El concepto de Gobierno Abierto -GA- u Open Government -OG- ha ganado relevancia en los últimos años, como un modelo de gestión pública que promueve principalmente la transparencia, la activa participación ciudadana y la colaboración entre el gobierno y la sociedad.
Este enfoque, busca transformar la manera en que los gobiernos interactúan con sus ciudadanos, ofreciendo un marco que gira en diversos lineamientos, para así lograr una administración más democrática, de datos abiertos, inclusiva y eficiente.
Pero ¿qué es realmente el Gobierno Abierto? y ¿por qué muchos nos encontramos enfocados en este tema?
El GA es una filosofía y un conjunto de prácticas que buscan hacer que las actividades del gobierno sean transparentes y accesibles al público. Su objetivo es garantizar que la ciudadanía tenga acceso a la información gubernamental, permitiéndose a esta última, participar en la toma de decisiones, siendo la base de ello, el principio de rendición de cuentas por parte de las autoridades.
Respecto a la segunda interrogante, muchos ciudadanos, pertenecientes a diversos sectores, nos hemos sumado a colaborar en la implementación de un modelo de Gobierno Abierto, entendiendo claramente sus implicaciones, así como los enormes beneficios que de este esfuerzo se deriven.
Los esfuerzos conjuntos lograrán su réplica en muchos territorios, para así escalarlo al central. Es decir, se visualiza la implementación de este modelo, desde lo micro a lo macro, provocando su aplicación y apoyo orgánico desde y hacia sus altas esferas.
Por supuesto, nada de esto será posible, si no se cuenta con la genuina voluntad política y ciudadana, representada en sus distintos sectores.
Dicho modelo de gobernanza requiere el cumplimiento de múltiples pasos y requerimientos para certificarse como tal.
Los principios esenciales en los cuales se basa un verdadero modelo de GA, son los mencionados en el primer párrafo de este artículo y los cuales se enumeran y explican a continuación:
1) La transparencia; 2) La participación ciudadana; y 3) La colaboración entre sectores.
La transparencia debe conceptualizarse como el vehículo que permitirá alcanzar las metas. Es decir, ésta no es la finalidad en sí, sino el medio para alcanzar a aquellas.
¡Las metas serán la inversión y el desarrollo!
Ese vehículo debe estar compuesto de elementos que permitan que los gobiernos sean abiertos en sus operaciones y decisiones, lo cual implica factores como la publicación proactiva de datos y documentos, de manera que la información esté disponible a la ciudadanía.
Ejemplo de ello son los portales de datos abiertos, donde se puede acceder a la información sobre presupuestos, contratos públicos y otros aspectos del funcionamiento gubernamental.
Nuestro país, a diferencia de otros, goza de varias herramientas que brindan esta clase de información, como Guatecompras y el Sistema Nacional de Inversión Pública de Guatemala, SNIPgt, sin embargo, no es fácil ni amigable al usuario, lo que provoca apatía y la desanimación para usarla, además de la poca o nula persecución penal de lo que ahí se evidencia, lo cual desmotiva aún más al ciudadano, favoreciendo con ello la corrupción. A pesar que esto constituye otro tema a tratar, sin duda alguna se relaciona con éste.
En esencia, los niveles de transparencia con los que opere un gobierno, serán los vehículos necesarios que permitan la inversión correcta de sus recursos, la efectividad de sus funciones y como fin último, el desarrollo.
El segundo elemento es la participación ciudadana, la cual es fundamental. Un GA fomentará dicha participación, activando los procesos en la toma de decisiones, a través de consultas públicas, encuestas y plataformas que permitan la interacción de los ciudadanos, para expresar sus opiniones y propuestas. Este elemento es clave para asegurar que las políticas públicas reflejen las verdaderas necesidades de la sociedad.
Por último, la colaboración intersectorial, es decir, ese elemento que busque la cooperación entre el gobierno y la población, para generar soluciones innovadoras a los desafíos públicos que se presenten, aprovechando el conocimiento y las habilidades de los diversos actores.
Para que un GA funcione verdadera y efectivamente, es necesario un compromiso a nivel administrativo y político, así como la creación de un marco normativo y técnico que lo sustente.
El marco normativo/legal, consistirá en ese conjunto de normas y regulaciones que promuevan esa transparencia, ese acceso a la información pública y la protección de los datos personales.
Asimismo, la tecnología jugará un rol preponderante en todo este proceso, activando esos portales y plataformas en línea, las cuales permitirán una relevante gestión pública. Dichas herramientas deberán ser de fácil y rápido uso, lo cual aumentará la confianza en el gobierno y sus actuaciones financieras.
Por supuesto que la resistencia al cambio por parte de las estructuras tradicionales de poder, la falta de recursos y capacidades técnicas, así como la necesidad de proteger la privacidad y la seguridad de la información, son grandes obstáculos que hay que enfrentar en este esfuerzo que estamos construyendo muchos actores, pero los mismos no deberán desanimarnos, pues estamos claros que el camino no será fácil, pero los beneficios son indiscutibles.
Vivir bajo los sistemas de un GA mejorará la eficiencia y efectividad de la administración pública, gestándose una efectiva sinergia entre gobierno y los demás sectores, lo cual permitará encontrar soluciones efectivas y eficientes a los problemas de la población, aprovechando el conocimiento colectivo.
Muchos países cuentan con gobiernos transparentes, accesibles y debidamente certificados como GA.
Hoy más que nunca, si combatir la corrupción es una agenda prioritaria, tanto del gobierno central como de muchos gobiernos locales, apuntarle a este tipo de gobernanza, debidamente certificada, permitirá contar con mayores niveles de integridad en la administración pública, lo que traerá consigo el desarrollo y el empoderamiento ciudadano asertivo, quien bajo un rol activo en la toma de decisiones y en la supervisión de la gestión pública, fortalecerá sus capacidades para influir en las políticas que afectan a sus vidas.
En conclusión, hoy los guatemaltecos podríamos tener la oportunidad de transformar las relaciones entre los gobiernos y sus ciudadanos, trabajando por ese tipo de gobernanza transparente, participativa y colaborativa.
A pesar de los grandes desafíos que esto conlleva, se confirman ser más los beneficios en términos de fortalecimiento democrático, reducción de la corrupción y empoderamiento ciudadano.
Si usted, estimado lector, está de acuerdo con todo lo anterior y se encuentra interesado en esto, le invito a sumarse a este esfuerzo. ¡Aquí estamos para seguirlo construyendo juntos y avanzar hacia una sociedad más justa y democrática!
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