El viejo de la montaña

¿Que no es posible?. Todo es posible en el reinado de la mente. Todo es posible en La Dimensión Desconocida. Locución de apertura de la serie televisiva The Twilight Zone

Jaime Barrios Carrillo

enero 26, 2025 - Actualizado enero 25, 2025

El cerebro humano es capaz de reproducir imágenes y emociones que mentalmente constituyen viajes en el tiempo. Y si bien nuestros pies estén plantados en el presente, seguimos soñando con las posibilidades de viajar al pasado o al futuro. Como en una serie de televisión de los años sesenta, en blanco y negro, que trataba de cuestiones fantásticas, a veces terroríficas. Una mezcla de ciencia ficción en películas de terror.

Esta era la imagen con la que se presentaban las primeras temporadas del programa Dimensión desconocida.

La serie The Twilight Zone cuya traducción literal sería Dimensión crepuscular fue lanzada en los países de habla hispana como Dimensión desconocida, fue creada por el guionista y productor Rod Serling que supo darle una característica de unidad estética con ética en sus 156 capítulos distribuidos en cinco estaciones desde 1959 a 1964. Serling no trabajó solo en los guiones sino incorporó nombres hoy emblemáticos como el escritor de literatura fantástica Ray Bradburry y actores como Charles Bronson y Robert Redford. También in integró a directores de cine como Don Siegel y Richard Donner. Fue una serie más allá del entrenamiento y la fantasía porque además de los temas de ciencia ficción, las distopías y hasta el terror los capítulos trataban dilemas morales, políticos y sociales y apelaban a la reflexión existencial.

Un capítulo de la serie trataba de un hombrecillo fanático de la lectura hace un pacto con el Diablo que consiste en que podrá vivir encerrado en una biblioteca. Se trata desde luego de una biblioteca infinita donde aquel hombrecillo, corto de estatura y que padece una miopía profunda podrá leer a perpetuidad. Es un ser humano muy solitario, una especie de autismo o absoluta asocialidad. Lo único que le interesa son los libros.

Cuando el Diablo lo hace ingresar a los salones de la biblioteca infinita el hombrecillo se emociona hasta el tuétano. Nunca ha sido más feliz. Camina entre montañas de libros y estanterías repletas y no se fija en una biblia muy grande tirada en el suelo con la cual tropieza. Cae metiendo los brazos para no lastimarse el rostro, pero los lentes de los anteojos se hacen pedazos. El Diablo ha desaparecido y nadie aparece al llamado de sus gritos mientras contempla con su vista muy nublada todo lo que le rodea. Más allá de la fantasía de la película se encuentra una metáfora fílmica sobre un tema siempre actual: los límites de la lectura.

En otro capítulo un científico desesperado que ha encontrado a la mujer de su vida busca desesperadamente detener el tiempo para vivir con su amor. Por medio de experimentos en un laboratorio, logra por fin detener el tiempo. Nada se mueve, todo está como paralizado menos él que tendrá que vivir en un mundo sin movimiento donde el tiempo se ha detenido.

Recuerdo también una entrega cuya trama era un mundo devastado después de una guerra atómica. Les ayudaba con gran efectividad un enigmático anciano que vivía en una cueva herméticamente cerrada por puertas de metal en lo alto de una montaña.

Los recursos escaseaban y la desesperación reinaba y en una pequeña comunidad rural se luchaba por sobrevivir. Podríamos aplicar aquí una contundente frase de Albert Einstein sobre la posible tercera guerra mundial y el peligro nuclear: “No sé con qué armas se peleará la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con palos y piedras”.

Escena del episodio El viejo de la montaña.

Del viejo de la montaña se decía que poseía conocimientos y sabiduría ancestral que podían guiar a los sobrevivientes hacia un futuro esperanzador. Tenía un emisario que era el único ser humano que podía entrar a la cueva y salir con informaciones y mensajes del viejo de la montaña. Respondía a las preguntas y cuestionamientos que le hacían, también por medio del emisario, un antiguo ingeniero de informática que era considerado un portador de la esperanza llevando las directrices del viejo y compartiéndolas con el resto de los supervivientes.

La comunidad seguía las enseñanzas del viejo de la montaña. A través de su guía, aprendían técnicas de supervivencia, métodos de cultivo y estrategias de conservación de recursos. Parecía que la comunidad había encontrado una forma de adaptarse al entorno desolado.

Sin embargo, el tiempo y la incertidumbre comenzaron a sembrar dudas en la cabeza de algunos de los supervivientes. Algunos cuestionaban la autoridad del viejo de la montaña y se preguntaban si su sabiduría era suficiente para asegurar su supervivencia a largo plazo. Surgieron voces disidentes, impulsadas por la desesperación y el temor a un futuro incierto.

Conforme la comunidad se volvía más dependiente de la inteligencia artificial, la máquina comenzó a mostrar signos de error, generando órdenes contradictorias. El Viejo de la Montaña ya no era efectivo. Un día un grupo se rebeló contra el ingeniero que ejercía la función de emisario y lo asesinó.  Armados con su desconfianza y frustración acumulada, marcharon hacia la cueva del viejo de la montaña. Estaban decididos a confrontarlo y tomar el control de sus fuentes de conocimiento.

Al irrumpir en la cueva, no encontraron a ningún viejo de la montaña ni a otro ser humano, sino un artefacto misterioso y desconocido para ellos: una antigua y completa computadora. Sin comprender su función ni su propósito, los rebeldes, llenos de ira y resentimiento, decidieron destruirla.

La destrucción de la computadora fue un acto de rebelión contra la dependencia de la comunidad del viejo de la montaña. Los rebeldes creían que debían tomar las riendas de su propio destino y buscar soluciones propias para enfrentar los desafíos que les deparaba el futuro. Al destruila también eliminaron una fuente de conocimiento y posibles respuestas a sus preguntas más urgentes. La comunidad se vio privada de una herramienta que podría haberles proporcionado información invaluable para enfrentar los desafíos de su entorno hostil.

En medio del caos y la desconfianza, la comunidad se encontró en una encrucijada. ¿Podrían encontrar el equilibrio entre la tradición y la innovación? ¿Podrían aprender a confiar en su propio juicio y experiencia, al mismo tiempo que abrazaban nuevas tecnologías y perspectivas?

Lo que había sucedido era que la computadora se había averiado y el ingeniero/emisario, incapaz de repararla, dejaba a la sociedad en una situación desesperada. La situación refleja las advertencias presentes en la literatura y el cine sobre los peligros de confiar ciegamente en la tecnología, recordando obras como I, Robot de Asimov, donde el descontrol de las máquinas es siempre un temor latente. La historia del viejo de la montaña, símbolo de sabiduría ancestral, se entrelazaba con una comunidad que, durante generaciones, había dependido de su guía para tomar decisiones cruciales.

Este relato distópico del viejo de la montaña deja al televidente con una sensación inquietante, un eco de las narrativas que han explorado las complejidades de la relación entre humanidad e inteligencia artificial. La comunidad, incapaz de volver a sus raíces o avanzar con tecnología descompuesta, se fragmenta y pierde su esencia. Así como en las películas y novelas inspiradas en la inteligencia artificial, el final sugiere que sin un equilibrio entre lo humano y lo digital, el destino puede ser sombrío. Una distopía de dimensión crepuscular. La historia nos recuerda que el control sobre la tecnología, o la falta de él, es uno de los grandes dilemas del presente, explorado tanto en las páginas como en las pantallas del cine.

Los pobladores de la comunidad del episodio El viejo en la montaña.

El relato de la comunidad y el viejo de la montaña nos recuerda, asimismo, la importancia de la sabiduría ancestral, pero también la necesidad de adaptarse y explorar nuevas ideas en un mundo cambiante. En esta historia, la comunidad se enfrenta a un dilema crucial, y solo el tiempo y sus propias decisiones revelarán si logran encontrar un equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo. La destrucción de la computadora representa un acto de rebeldía, pero también plantea la pregunta de sí un rechazo de la tecnología puede llevar a consecuencias imprevistas. Sobre todo en esta época de la inteligencia artificial que puede transformar la historia y caracterizar todo el tiempo transcurrido desde la invención de la escritura en Mesopotamia como una nueva prehistoria.

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