Varios funcionarios públicos, principalmente del sector conservador, han utilizado la red social “X” para expresar su rechazo a la decisión del gobierno Arévalo-Herrera de votar a favor de incluir a Palestina para su integración en la Organización de las Naciones Unidas.
El oportunismo es una de las principales características de muchos políticos guatemaltecos, quienes aprovechan cualquier tema de coyuntura internacional para posicionarse y ganar visibilidad, sin importar si esto realmente beneficia al país. Las calles siguen siendo inseguras, las escuelas no ofrecen calidad y las ofertas de trabajo son mínimas. ¿Acaso la situación de nuestro propio país, con altos índices de desnutrición, pobreza y embarazos en menores de edad, no merece la misma atención y prioridad por parte de nuestros representantes? Además es preocupante como cambian su narrativa de un momento a otro. Antes su postura se inclinaba a cero intervención extranjera, pero ahora anhelan estrechar lazos de amistad con los Estados Unidos de América, ¿contradictorio, no? Esta falta de coherencia genera desconfianza y cuestiona su verdadero compromiso con el país.
Cabe recordar que, durante el gobierno anterior, se declaró a Guatemala como: “Capital Pro Vida de Iberoamérica” lo cual hace sentido del voto del gobierno a favor del pueblo palestino para ser incluido como miembro de la ONU, ante los hechos debemos tener presente que Guatemala está a favor de la vida, o al menos eso dicen los políticos conservadores que a la misma vez se contradicen. ¿Están a favor de la vida pero apoyan a un estado violento? Es importante que los políticos guatemaltecos sean más objetivos y eviten sesgos ideológicos al abordar temas tan sensibles como la violencia y la defensa de la vida. Valorar la vida en todas sus formas, sin importar el contexto o las circunstancias, debería ser un principio fundamental para cualquier servidor público. Es fundamental que quienes se identifican como cristianos en la esfera política guatemalteca actúen de acuerdo con los valores que predica su religión, promoviendo la paz, la justicia y la defensa de la vida en todas sus expresiones.
Si Jesús, aquel de quien tanto hablan, estuviera entre nosotros, los llamaría fariseos. No se trata de recitar las escrituras, sino de ponerlas en práctica. Valorar la vida de todas las personas sin excepción alguna es un mandato divino.
El mensaje hacia los funcionarios públicos es claro: tienen la obligación de trabajar para crear mejores condiciones de vida para sus votantes. Dejen de lado el oportunismo y dediquen su esfuerzo al servicio público. En un futuro próximo, espero que la nueva clase política del país no utilice estos discursos para ganar simpatizantes, sino que realmente se comprometan en ofrecer mejores condiciones de vida para todos los guatemaltecos.
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