La Escuela Nacional de Arte Dramático en la encrucijada

Aunque este establecimiento, que fue fundado en 1957, nunca ha contado con las condiciones para el desarrollo de su misión, el último traslado de su sede a un edificio que no cumple con requerimientos de seguridad, ventilación ni funcionalidad podría ser el empujón que lo precipite al vacío. Mientras los maestros claman por que se atiendan las problemáticas, el Ministerio de Cultura explica las razones de la mudanza y propone algunas medidas paliativas.

Ana Lucía Mendizábal

enero 26, 2025 - Actualizado enero 30, 2025

Para identificar la ubicación del apartamento en que ahora se encuentra la Escuela Nacional de Arte Dramático, el Ministerio de Cultura y Deportes lo pintó de azul y blanco. Foto: Carlos Alonzo

La frustración es evidente entre los docentes de la Escuela Nacional de Arte Dramático Carlos Figueroa Juárez (ENAD). Muchos de ellos tienen décadas de luchar contra corriente para que se mejoren las condiciones de la entidad cuya misión es formar actores y actrices, pero han visto cómo las autoridades que se han relevado con cada cambio de gobierno en el Ministerio de Cultura y Deportes, o los ignoran o toman medidas que no se apegan a las necesidades del alumnado y del claustro.

El último episodio de lo que parece un drama sin fin sucedió a principios de enero, cuando se realizó un apresurado traslado del establecimiento, de la 8ª avenida 11-49, zona 1, a un apartamento de dos niveles de un edificio ubicado en la 10ª avenida 4-05 de la misma zona. Los catedráticos señalan que este nuevo local no cumple con los requisitos mínimos que debe tener una escuela de arte dramático. “Si en el anterior edificio las condiciones estaban a un 30%, en este, al que nos trasladaron estamos a -30%”, afirma el maestro Roger Ovalle, quien imparte el curso de escenografía y ha sido docente durante décadas en el establecimiento.

En una ventana, desde la que se pueden ver cajas y archivos, se colocó un cartel para identificar la nueva ubicación de la ENAD. Foto: Carlos Alonzo

Consecuencias de la corrupción

Al consultar al Ministerio de Cultura y Deportes acerca de las razones del traslado, Karina Matzir, quien se encuentra a cargo de la Dirección de Formación Artística, confirma que el inmueble que fue alquilado por el gobierno anterior, donde la escuela permaneció entre 2023 y 2024, es propiedad de una de las empresas señaladas en el caso B410. “Fue la causa principal por la que era necesario el cambio del inmueble, según la política de cero tolerancias a la corrupción”, indica.

Matzir expresa que, desde noviembre de 2024, “se conversó con la directora del establecimiento, indicándole los motivos del traslado. Por lo que era necesario que propusieran (los maestros) un nuevo inmueble”. Ante lo que la directora de Formación Artística señala como “poca anuencia de los maestros” para buscar un edificio, “la dirección de Formación Artística tomó las acciones pertinentes considerando a la población estudiantil”, asevera. La funcionaria asegura que en 2024 la ENAD tenía 17 estudiantes y ahora, solo 11. Sin embargo, los maestros reportan que ya hay inscritos tres estudiantes nuevos, por lo que ya son 14, y aún se tiene abierta la inscripción durante las próximas tres semanas, por lo que el número podría aumentar.

Falta espacio, ventilación y seguridad

eP Investiga visitó las nuevas instalaciones de la ENAD y lo primero que se hace evidente es la falta de espacio en todos los ambientes.  El escritorio de la directora se colocó en lo que solía ser un servicio sanitario. La sala de maestros tiene espacio solo para cerca de cinco catedráticos y el claustro está compuesto por 13 docentes.

Al salir de esa habitación hay una vidriera en la que se han colocado libros que sirven para la consulta de los estudiantes. La maestra Claudia Chinchilla Vettorazzi, quien imparte cuatro cursos en la escuela, entre ellos Literatura, comenta: “todavía hay muchos libros en cajas, pero no hay espacio donde colocarlos”.

Los estrechos pasillos llevan hacia un estacionamiento con espacio para un vehículo en el que se supondría estaría el área de ensayos, además del desarrollo de las clases prácticas como expresión corporal, danza, estudio del movimiento, esgrima artística, mimo y pantomima, maquillaje, vestuario, escenografía y luminotecnia.  Sin embargo, en ese lugar se encuentran ubicadas cajas y materiales diversos, que según comenta la maestra Chinchilla son elementos que sirven para algunas clases, pero también hay papelería y, muebles y aparatos descompuestos.

La maestra Claudia Chinchilla Vettorazzi explica que en la nueva sede no existe suficiente espacio para almacenar implementos propios de las materias que se imparten. Foto: Carlos Alonzo

“No podemos sacar lo que ya no funciona como las computadoras o escritorios descompuestos porque están cargados al inventario de la escuela. Además, hay algunos elementos como madera, colchonetas, vestuario y luces que son utilizados en las clases, pero no tenemos espacio para colocarlos”, cuenta la docente.

Al consultar a Matzir acerca de esta situación asevera: “En la ENAD se cuenta con un servidor que dentro de sus funciones está realizar los procesos de baja de bienes no fungibles. A la fecha, no han realizado dicha gestión. De la misma manera se ha proporcionado una bodega para el traslado y resguardo de la escenografía y otros bienes”, señala la directora de Formación Artística.

En cuanto a la falta de espacios para la realización de ensayos, Matzir asegura que, “con el fin de apoyar a estudiantes en el desarrollo de su carrera, las autoridades han autorizado que realicen los ensayos de sus clases prácticas en el Teatro de Bellas Artes”. Cabe señalar que ese teatro se encuentra ubicado en la Avenida Elena 14-75, zona 1, es decir, tendrían que trasladarse 20 cuadras para realizar estas prácticas.   

La maestra Chinchilla Vettorazzi indica que al cuerpo docente, hasta el medio día del sábado 25 de enero, no se le había informado oficialmente acerca de las medidas mencionadas por Matzir. “De la bodega algo escuché, pero de los ensayos para los chicos, no sabemos nada en absoluto”, asegura.

Salones pequeños y sanitarios insuficientes

Al subir al segundo nivel, hay tres cuartos que sirven como salones de clase. En uno se encuentran los cinco alumnos de quinto grado. Al ingresar al aula donde la maestra Elvia Sanabria imparte su cátedra de Vestuario, se encuentran los tres alumnos de primer ingreso. Sanabria expresa que el espacio es bastante reducido. “Nos vemos en una penosa situación, porque mañana (la visita se realizó el miércoles 22) tenemos exámenes de admisión y si se inscriben más estudiantes no tenemos donde ubicarlos”, dice.

La docente también expresa su preocupación por el desarrollo de su curso, ya que como explica, anteriormente contaba con una mesa y una sala de trabajo, pero en la actualidad no tiene ninguna de las dos. “Ahora tendré que adaptar a los jóvenes a que trabajen aquí pero no es lo apropiado”, destaca.

Otro de los problemas que los docentes encuentran en este lugar es que el apartamento no cuenta con la ventilación apropiada, porque las ventanas están selladas.  Ante esta circunstancia, Sanabria indica que también le preocupa que, en los próximos meses, en su materia, los alumnos deben usar cemento de contacto (pegamento de zapatero) para la elaboración de botargas que se realizan con esponja. “Necesitamos ventilación y aquí no hay”, enfatiza la maestra quien ha trabajado en la escuela durante más de 15 años.

“Ahorita estamos atravesando un frente frío, pero nos imaginamos cómo será el ambiente en los meses de calor”, añade Chinchilla.

La falta de ventilación no es la única inquietud de Sanabria. “Cuando hacemos el examen final de mi curso realizamos una pasarela para que los estudiantes luzcan los vestuarios que han elaborado. Necesitamos que ellos vistan los trajes y sepan moverse con ellos para evaluarlos, pero aquí no hay lugar donde realizar la pasarela”, comenta.

Los 14 alumnos que se encuentran inscritos este año en los tres grados del Bachillerato en Arte con especialización en Actuación deben compartir un mismo servicio sanitario, ya que el que se supone deberían usar los varones está descompuesto. En el área del servicio hay dos inodoros, uno de los cuales está deshabilitado. El único lavamanos disponible para el uso de los estudiantes se encuentra manchado y deteriorado y, aunque el personal de servicio ha intentado mejorar su aspecto, no lo ha logrado. Irónicamente, una de las dos ventanas que no están selladas, es la que se encuentra en la parte posterior del inodoro descompuesto.

En caída libre

Al ingresar al aula donde reciben clases los alumnos graduandos de este año, se encuentra con ellos el maestro Carlos González, quien es identificado por sus colegas como uno de los mejores luminotécnicos del país. Además, es quien tiene más tiempo trabajando en la escuela.

Después de 34 años de trabajo en la ENAD, el maestro Carlos González tiene poca esperanza en que se realicen cambios positivos. Foto: Carlos Alonzo

El maestro González refiere que la historia de la ENAD ha estado llena de contratiempos. Cuenta que, después de pasar sus primeros años en el segundo nivel del edificio del Conservatorio Nacional de Música, en 1985, el actor Luiz Tuchán empezó a procurar la reforma de la escuela. “En ese entonces, alquilaron una casa en la 9ª. calle y Avenida Elena. Era muy bonita y todo estaba acondicionado. Tenía grandes áreas de ensayo”. Sin embargo, al trasladarse la administración de la ENAD del Ministerio de Educación al Ministerio de Cultura y Deportes en 1986, sucedió lo que para él fue “la peor desgracia para la escuela”.

Asegura que mientras estaban con el Ministerio de Educación, todo estaba en orden y los salarios siempre estaban a tiempo. Sin embargo, con el Ministerio de Cultura y Deportes todo comenzó a venirse abajo. “Como el ministerio no pagó el alquiler, ni los servicios, nos sacaron a la calle los muebles… fue una gran vergüenza. Menos mal el que era director del Teatro Nacional (Centro Cultural Miguel Ángel Asturias) en esos tiempos nos dijo ‘vénganse para acá’”.

Roger Ovalle coincide en el relato y cuenta que lo que se suponía que sería una estancia temporal en el sótano del CCMAA se prolongó por 31 años. En ese espacio, el principal problema que enfrentaba la escuela es que, por ser un sótano no había suficiente oxígeno ni ventilación. “Sin embargo, teníamos espacio donde ensayar y había lugar afuera para que los chicos pudieran estar en los jardines y en el parqueo”, destaca Ovalle.

El maestro Ovalle comenta que fue durante el gobierno anterior cuando se realizó el primer traslado, él habló con algunas de las autoridades de ese tiempo, él les advirtió: “vamos a estar otra vez de aquí para allá y la escuela va a sufrir. Dicho y hecho, nos pasaron a una casa que no llenaba todas las necesidades, pero estábamos céntricos. Pero en noviembre nos dijeron que teníamos que desalojar porque se vencía el contrato”. El 2 de enero se efectuó el traslado.

Durante esas más de tres décadas de estancias en el sótano del teatro, surgieron algunas iniciativas para dotar de un espacio digno a la escuela. Por ejemplo, al ingresar al portal de Guatecompras, se encuentran dos concursos. El primero, publicado el 1 de abril de 2008, como Estudio de Factibilidad y Diseño Final para la construcción del edificio de la Escuela Nacional de Arte Dramático, a cargo de Formación Artística de la Dirección General de las Artes. El segundo, del 30 de enero de 2009, con el mismo nombre. Ambos concursos fueron declarados desiertos.

Entre 2016 y 2017 hubo una propuesta del proyecto de construcción del edificio de la escuela, el cual ocuparía un espacio que pertenece al CCMAA, este terreno está ubicado en la 6ª avenida, entre 21 y 22 calles, frente a las oficinas centrales del IGSS, un espacio que el propio Efraín Recinos habría previsto para alojar al establecimiento. Lorena Recinos, hija del ingeniero Recinos comenta que, cuando ocupó la dirección del complejo cultural, llegó a ver esos planos que se encontraban en las instalaciones del teatro. Sin embargo, no se ha echado a andar ninguno de los proyectos.

¿Por amor al arte?

Los problemas que ha atravesado la ENAD también incluyen los bajos salarios que reciben los maestros y, en el caso de quienes trabajan bajo contratos temporales, la falta de estabilidad laboral. “Somos de los peor pagados del sistema”, indica González. “Percibimos Q421.95 por partida (lo que debería corresponder a un curso), pero yo cobro dos partidas e imparto cuatro cursos”, agrega Chinchilla. González comenta que él gana Q900 después de 34 años de trabajo. “Uno está aquí por los jóvenes que vienen con ilusión y uno tiene que darle ánimos”, añade.

En años anteriores ha habido falta de personal docente. “La contratación de los maestros ha sido muy irregular, porque en otros años, han firmado contrato hasta en abril, mientras tanto los chicos se quedaban sin docentes por mucho tiempo”, asegura Chinchilla. Cita el caso del Maestro Nery Aguilar (quien falleció hace un par de años), pero que antes estuvo cerca de seis años impartiendo el curso de actuación ad-honorem. Se esperaba que el Ministerio reconociera su trabajo, pero eso nunca sucedió y el maestro falleció sin que se le hubiera pagado nada.

Ovalle comenta que, a muchos de los maestros les dan contratos temporales de dos o tres meses. Chinchilla añade que el año pasado fueron varios los maestros que terminaron renunciando ante este tipo de circunstancias. “Los que estamos bajo el renglón 011 (empleados que reciben un salario mensual y tienen acceso a prestaciones de ley) seguimos al pie del cañón”, enfatiza la maestra.

A los bajos salarios se suma el hecho de que el Ministerio de Cultura y Deportes no provee de elementos como agua purificada, café, botiquín ni implementos necesarios para las materias que se imparten.

Chinchilla cuenta que durante el año escolar se presentan tres o cuatro funciones “para que los patojos tengan práctica y se invita a escuelas. No se cobra nada, pero entre los maestros tenemos que pagar a una enfermera, porque no podemos presentar una función si no hay presente un paramédico. La enfermera puede cobrar entre Q100 y Q150 por función. Si son cuatro, son cerca de Q600 y tienen que salir de nosotros porque el ministerio no paga nada”, asevera.

La directora Matzir afirma asegura que su dirección ha brindado apoyo necesario de acuerdo con su disponibilidad presupuestaria”, pero que “no se conoce solicitud alguna de lo indicado”.

Otro problema que afecta la economía de los maestros es que el edificio no cuenta con parqueos para ellos, por lo que se ven obligados a cubrir ese gasto que puede ser de entre Q50 y Q60 diarios.

Inseguridad y temores

A los problemas estructurales y funcionales se suma el temor que manifiestan los catedráticos debido a que cerca de esta nueva sede de la ENAD funcionan varios hoteles de paso y hay delincuencia y sexo servicio. Esta situación se vuelve especialmente atemorizante debido a que la escuela funciona en horario vespertino y las clases concluyen a las 18:00 horas.

Matzir responde que la mayoría de los alumnos son acompañados por sus padres u otros familiares. “Lastimosamente la mayoría de los sectores de la capital no son ajenos a la delincuencia, en el Teatro Nacional, donde permanecieron muchos años, el índice de peligrosidad era más alto por ser zona roja”, comenta la funcionaria.

Una pasión sin recompensa

La maestra Chinchilla Vettorazzi, señala que las deficiencias que sufre la ENAD han hecho que las inscripciones disminuyan. “En años anteriores recibíamos entre 25 y 30 estudiantes de primer ingreso. Este año solo hay inscritos tres y el año pasado se inscribieron solo cinco”, comenta. Las inscripciones para este ciclo escolar siguen abiertas e incluso los próximos tres jueves habrá exámenes de admisión.

Matzir declara que “la influencia de los docentes es importante en la promoción y difusión de la carrera que se imparte en la escuela”.  Añade que, “la Dirección de Formación Artística implementó en el ciclo escolar 2024 estrategias de publicidad y promoción en las páginas oficiales del ministerio y cuando fue solicitado se brindó impresión de volantes y trifoliares”.

Los docentes enfatizan en que los cambios de sede que han sido al menos dos en los últimos años afectan también la imagen de la escuela. “Los compañeros operativos tuvieron que colgar un cartel para que las personas nos ubiquen”, subraya Chinchilla.  

Al consultar acerca de los presupuestos que se manejan para la ENAD, la directora de Formación Artística enfatiza en que el valor del arriendo de la propiedad anterior era de Q46,750.00 mensuales y en la actualidad se pagan Q15,000.00.

Para este año se tiene previsto un presupuesto de Q761,734.04, para la ENAD. Está distribuido de la siguiente manera:

  • 2 operativos 011: Q121,433.50
  • 1 directora 011: Q87,831.50
  • 8 maestros 011: Q132,350.04
  • 3 maestros 021: Q79,364.00
  • 1 administrativo 021: Q72,150.00
  • 4 docentes sub-18: Q88,605.00
  • Arrendamiento anual: Q180,000.00

Comentan que, a pesar de estas limitaciones, su misión sigue clara y se fortalece en la constancia y entrega de los jóvenes aspirantes a actores. Muchos de ellos llegan de lugares muy lejanos como Sacatepéquez, y colonias como El Mezquital o El Milagro. “Regresan a sus casas cerca de las 9 de la noche, pero lo hacen porque tienen la pasión. Ellos se merecen nuestro esfuerzo”, concluye Chinchilla.

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