Es imposible imaginar que una persona decente va a apoyar a los conocidos corruptos y a todos los que han tenido qué ver con las administraciones de Giammattei, Jimmy, Pérez Molina, Sandra Torres con sus conocidos achichincles de narcos y de delincuentes que se ocultaban bajo la piel de ministros, diputados, jueces y alcaldes transeros de diversa calaña, algunos que aún se mantienen incrustados en la administración pública e incluso y sobre todo en los organismos judicial y descentralizados del Estado, que tienen en común atacar y criticar la gestión del presidente electo por las urnas con casi sesenta por ciento de los votos que son un mandato a favor de Bernardo Arévalo de León.
El presupuesto 2025 fue aprobado el jueves por el Congreso con ciento cuarenta votos. No obstante SEGEPLAN, INCEFI y otros tanques de pensamiento lo han criticado por diversos ángulos, además que es muy poroso para la corrupción y en eso el presidente Arévalo debe de ser contundente y vetarlo porque la sociedad lo rechaza.
Sé que en estos momentos cruciales es necesario expresarle nuestro apoyo como lo hemos hecho desde hace un año porque los dinosaurios siguen prestos para acabar con nuestra democracia. El presupuesto es visto por la población como un arca abierta para llenar el bolsillo de los mismos de siempre.
Mejor es lanzar la batalla contra quienes pretenden derribar al Ejecutivo como se observa con un poder judicial y del MP comprometidos por desacreditar y cuestionarlo, a pesar de lo que el pueblo expresado en las urnas electorales, mientras un juez venal hace poco dispuso desconocer la existencia del Partido Semilla, como si tuviera el poder legal de hacerlo, rompiendo la ley al atribuirse funciones que solo competen a las autoridades electorales.
Nuestro presidente ha sido y es paciente porque el tiempo lo juzga a su favor para que la jefa del MP deje su cargo, aunque ya ha sido juzgada por el tribunal del pueblo que rechaza su falta de moral por no perseguir a los verdaderos delincuentes, pese a que tiene en su haber pruebas para iniciar medio centenar de procesos, y ha preferido engavetar en resguardo de los intereses de quienes la llevaron a ese cargo.
En esa lucha por la decencia damos nuestro apoyo al presidente porque es imprescindible, pero también se le exige que evalúe a sus altos funcionarios y remueva a los que no han cumplido las expectativas de su parte, como el ministro de Finanzas Públicas para darle una nueva energía a su gestión en la lucha contra la corrupción y eficientar la falta de acción que se observa en ministerios poco operativos, al actuar con pasividad y falta de liderazgo para atender las necesidades más sentidas de la población.
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