En una democracia, el Poder Judicial desempeña un papel fundamental en la protección de los derechos y libertades de los ciudadanos, así como en la garantía del equilibrio de poderes. Cuando se pierde la independencia y la imparcialidad del Poder Judicial, se abren las puertas a peligrosas consecuencias, entre ellas la posibilidad de caer en dictaduras. De estas últimas no hay buenas ni malas; dictaduras son dictaduras y otorgan poder absoluto y avasallan a los pueblos absolutamente. Las dictaduras de apariencia “buena”, terminan cobrando la factura incluso a quienes en sus inicios apoyaron a sus “líderes”; el precio del apoyo que ofrecieron y del cual se beneficiaron, los coloca a la merced del dictador y su dictadura.
La historia nos cuenta que las dictaduras no son sostenibles y, eventualmente, ceden a la voluntad de los pueblos que terminan revelándose, no sin antes haber destruido los pilares democráticos fundamentales, responsables de velar por la protección de sus derechos y libertades. No pretendo utilizar estas líneas para ahondar en lo que en otras naciones ha sucedido y está sucediendo, mi opinión contrastará con aquellos que apoyan las dictaduras jóvenes o en formación, o se sumaría a la de aquellos que hoy sufren las consecuencias de haber sacrificado su democracia. En ambos casos caeríamos en una controversia estéril que no toma en consideración la historia de las dictaduras, del porqué se forman, las condiciones que permiten que surjan, de cómo se llevan a cabo, de sus consecuencias a corto, mediano y largo plazo, y de su inevitable fracaso. Lo que pretendo es llamar la atención acerca de lo que está en juego en Guatemala durante las próximas elecciones de Magistrados de Cortes que se llevarán a cabo el 21 de junio, y en las cuales se definirá el futuro del país. Con el control total del Poder Judicial se abre la puerta al eventual control de los tres poderes del Estado, sin equilibrio. Bajo este esquema, ¡perdemos todos!
Guatemala siempre ha vivido bajo pseudodictaduras, sin embargo, incluso hasta en los momentos más críticos de nuestra historia democrática, una entelerida independencia de poderes nos ha permitido mantener a flote la república sin caer en una dictadura perfecta como las que hoy parecen estar de moda. Los últimos dos gobiernos dejaron pavimentado el camino hacia este modelo, y dependerá de los resultados en las elecciones de Cortes si logramos salvar lo que queda de democracia o si de una vez por todas empeñamos el país.
Cuando el Poder Judicial es cooptado por intereses políticos o corruptos, se pone en riesgo el sistema democrático en su conjunto. La falta de un Poder Judicial independiente puede conducir a la impunidad que conlleva el abuso de poder, la vulneración de los derechos humanos y la erosión de las libertades individuales. Además, la manipulación de la justicia en beneficio de un grupo en particular, eventualmente socava la confianza de la ciudadanía en las instituciones democráticas, las cuales bajo una dictadura dejan de cumplir su propósito ya que atienden a los intereses de la dictadura.
Históricamente hemos visto cómo la pérdida de independencia del Poder Judicial ha allanado el camino hacia regímenes autoritarios y dictaduras. Los líderes autoritarios suelen valerse de la manipulación del Sistema Judicial para consolidar su poder, reprimir a la oposición y silenciar cualquier forma de disidencia. Sin un Poder Judicial fuerte e imparcial que actúe como contrapeso, la democracia se ve amenazada y la sociedad queda expuesta a los abusos de poder.
Por tanto, es crucial que en las próximas elecciones de Magistrados de Cortes se proteja la independencia del Poder Judicial como pilar fundamental del Estado de derecho. Los ciudadanos, las instituciones y la sociedad en su conjunto deben estar alerta y ser vigilantes en la defensa de un Poder Judicial imparcial y libre de interferencias políticas. Solo así se podrá prevenir el peligro de caer en dictaduras y preservar los valores democráticos que tanto cuesta construir y mantener. El futuro de todos los Guatemaltecos está en juego.
Etiquetas:Cortes derechos ciudadanos dictaduras equilibrio de poderes Magistrados Poder Judicial