Que cien días no es nada

Helmer Velásquez     abril 25, 2024

Última actualización: abril 26, 2024 12:58 am
Helmer Velásquez

Los famosos cien días, no son más que una cábala, que permite atisbar el rumbo que asumirá el gobierno recién electo. Plazo, que se utiliza desde el gobierno recién instaurado para demostrar los primeros frutos de la nueva gestión. Sus logros. La oposición, en contrario, lo utiliza para demostrar el error de haber electo a quien ejerce gobierno, pues los primeros cien días evidencian sus falencias. Lo cierto es que la
Administración Arévalo, apaga su primera velita de cien jornadas, sin desplegar las alas. Le quedan algo así como mil trescientos sesenta días en el cargo. No es mucho tiempo, así que habrá que correr si se quiere dejar huella histórica positiva. No hay tiempo para tender la hamaca y echarse a descansar.

Que indicios resaltan de los cien días: el más obvio, la Fiscala en el cargo, campante, del brazo y por la calle con Alcaldes, Diputados y Cortes. El atisbo indica que la señora terminará su período y hasta aspire a otro cargo público. La persecución político judicial sigue intacta, la Procuraduría General de la Nación no ha podido, enderezar este entuerto, José Rubén preso y los demás procesos siguen su curso. Ningún indicio de cambio. El diálogo nacional aún no comienza ni se ven señales. El deterioro institucional sigue imparable, esto obviamente no es atribuible a los cien días ni al Ejecutivo, lo cierto es que no hay indicadores de que la cosa vaya a cambiar, basta ver lo que pasa al TSE, para preocuparse del futuro. Violencia común y costo de la vida al alza, dos puyas que afectan a los más pobres. El Programa del Adulto Mayor, no parece estar reenfocándose hacia los ancianos más pobres y abandonados del área rural e indígena y por último en enredo sin gracia en que devino la elección de gobernadores. Lo positivo: el diálogo Movimiento Campesino, Autoridades indígenas Gobierno. Abre una perspectiva halagüeña, la positiva imagen internacional, reforzada con giras por el mundo, la fluidez del contacto de ciudadanía y binomio presidencial. Haber roto la “mordida” como forma de facilitar diálogo Ejecutivo Congreso de la República. Muy relevante. Un gabinete paritario. Lo del código de ética y Comisión anticorrupción es decorativo. En síntesis, arribamos a cien días de buenas intenciones y poca acción contundente, que marque línea de futuro.

El mal presagio: que luego de cien días, cuando termina oficialmente “la luna de miel” sociedad y gobierno, la oposición, política, económica y mafiosa, arrecie la ferocidad de sus ataques basados en su demostrada capacidad de mentir y errores -bisoños- de gobierno. Neutralizar aquel discurso y acciones de sabotaje político solo será posible si el gobierno asume con mayor decisión entereza y ahínco medidas de impacto social: acciones de emergencia para contrarrestar el hambre estacional que ya se abre en el campo y evitarla a futuro. Más acción política para detener la persecución político judicial, no solamente ampararse en el discurso de separación de poderes, puede haber acciones contundentes del Ejecutivo sin violar aquel “sagrado” principio, y fundamentalmente iniciar el ofrecido diálogo político que haga emerger la voz de la sociedad en las decisiones de gobierno. Devolver a la sociedad su capacidad de incidencia en los asuntos públicos, lo cual a la vez un antídoto contra el aislamiento político de la Presidencia.

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