La propaganda de Nayib Bukele me recuerda la que llegó como una onda al gobierno de Chile en 1912 al punto que decidió enviar una misión a Guatemala para analizar los súper logros educativos del dictador Manuel Estrada Cabrera, según pregonaba su maquinaria de propaganda al mundo. Pero cuando la misión chilena se hizo presente en Guatemala analizó la situación in situ y comprobó que era un engaño.
Para salir de dudas fui a El Salvador hace unos días porque tenía muchos años de no visitar a nuestro país hermano y tenía curiosidad por preguntar a la gente lo que opinaba de su gobierno. También quería recordar sus paisajes ondulados y volcanes para una nueva novela histórica en proceso, al tiempo que recordaba mis vaciones de niño en Ayagualo, cerca de Santa Tecla. Entré en auto por la frontera de la Chinamas por oriente y encontré al pasarla que seguía el mismo clima seco y árido, aunque reverdeció más adelante en algunas plantaciones entre suaves montañas deforestadas. El dinamismo comercial de Sonsonate es impresionante, quizás porque está cerca del principal puerto, Acajutla. Tanto esa ciudad como la histórica Santa Ana su población tiende a concentrarse en las suaves montañas que producen maíz y granos básicos y café bajo las faldas del volcán Izalco, antiguo faro de Centroamérica, donde, además, se produce caña de azúcar, bálsamo, coco y frutas cítricas, ganado vacuno, porcino y equino. Se parece a nuestra bocacosta, con similares condiciones de pobreza y la basura como parte del paisaje en las carreteras.
Las personas a las que les pregunté si estaban conformes con la seguridad dijeron que sí, pero no con la corrupción que seguía igual. En Santa Ana vi una manzana en pleno centro con estructuras de metal quemadas: el mercado principal se incendió hace tres años, me indicaron, pero que en ese lapso la alcaldía dominada por el partido gobernante de Bukele no ha hecho nada. Las personas agregaron que sus autoridades municipales y las centrales más bien vivían de actos de corrupción y estos últimos años contrataron estudios de esto y lo otro para reconstruir el mercado pero sin verse un solo albañil trabajando para construir un nuevo mercado. Desde el año 2020 a la fecha los vendedores ocupan las calles aledañas al mercado quemado con tenderetes inseguros en las aceras donde los vehículos rozan a vendedores y compradores. La gente popular ha oído de lejos sobre los bitcoin y nadie los usa. Por eso en enero pasado El Salvador dejó de usar el bitcoin como moneda de curso legal tras anunciar en 2021 con bombo y platillo que el país sería el primero en aceptar ese tipo de pago de manera oficial. Fin de la fantasía de la moneda digital. Solo se usan dólares. El salario mínimo son $360.00 al mes, o sea, Q3780.00 al mes, mientras que en Guatemala es un poquitín más elevado. Amigos periodistas me indican que el gran engaño sobre la situación salvadoreña se escribe con imágenes en las oficinas en la Secretaría de Prensa de la Presidencia, donde unas cien personas difunden solo noticias positivas sobre Bukele y, por supuesto, con engaños o fake news, al punto que en Europa algunos amigos y banqueros creen que “El Salvador es el nuevo Singapur de Centroamérica”, pero sin ninguna mención a la desastrosa situación de pobreza generalizada de su gente, siempre tan trabajadora, pero que recibe poca atención real del gobierno, mientras la corrupción campea, y no solo en el pequeño mercado quemado de Santa Ana. Su propaganda ha calado tanto que los magnates Roberto Kriete, Stanley Motta, Juan José Gutiérrez, Ramiro Ortiz y Carlos Slim, dirigentes de grandes grupos empresariales del continente, se han reunido en estos días en El Salvador, en el marco de la XX edición del Encuentro Empresarial de Padres e Hijos 2025. Sus fotos con Bukele me recuerdan la que se tomó Slim con Pérez Molina durante su presidencia, algo que en verdad enferma, la unión del gran dinero con el poder político autoritario.
Entretanto la gente pobre de nuestros dos países tiende a emigrar porque la diferencia de renta (salario) que se obtiene en Estados Unidos es muy superior a la local. Para reflexionar, nos dice Benjamín Kurylo: “El proceso de concentración del poder y de degradación democrática que vive El Salvador tiene como correlato un opaco manejo de los recursos y el debilitamiento de los organismos de control. Con las instituciones cooptadas o neutralizadas y un gobierno que opera con impunidad, Nayib Bukele está lejos de sus promesas electorales de transparencia”, en la revista Nueva Sociedad No. 310. Corrupción en El Salvador, el doble juego de Bukele.
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