De cualquier forma, Noboa ya perdió o la decadencia del autoritarismo empresarial

Javier Calderón Abullarade

febrero 14, 2025 - Actualizado febrero 13, 2025
Javier Calderón Abullarade

La victoria de Daniel Noboa para la presidencia del Ecuador hace peligrar a los sectores público y privado guatemaltecos e irónicamente al modelo de gestión autoritario preferido por la derecha empresarial y radical chapina. La presidencia de Noboa, ganada “por un pelo”, ha sido incapaz de solucionar los problemas que destruyeron la confianza de la mayoría de los ecuatorianos en su modelo político democrático liberal.  La incapacidad del presidente de controlar el aumento del crimen organizado y la delincuencia común facilita el comercio de cocaína hacia el Pacífico guatemalteco. La ausencia de políticas para dinamizar la economía ecuatoriana presiona a la migración de ecuatorianas hacia los Estados Unidos de América, vía Guatemala. Y su modelo de gestión pública empresarial, vertical, despótico y anti-estatal influyen en los guatemaltecos que quieren institucionalizar un modelo político autoritario similar.

Los empresarios guatemaltecos también corren riesgo ante el fracaso de este modelo de gestión pública empresarial ecuatoriano. Las inversiones de empresas como Multi-inversiones, en la industria alimentaria ecuatoriana, o CBC, en la industria de bebidas, arriesgan la regularidad de sus operaciones y aumentan sus costos debido a la crisis energética del Ecuador. Ante este problema, Noboa ha tenido cuatro ministros de energía en un año, señalamientos de corrupción por la compra urgente de barcazas y plantas térmicas y poco éxito con una ley de incentivos para la inversión privada en electricidad que asegura poco el retorno de las inversiones en el sector eléctrico. Así, los fracasos de Noboa auguran una profundización de estas crisis en un país que no era así.

            Durante la primera década del siglo veintiuno el Ecuador desarrolló su economía e institucionalizó una democracia confiable, luego del caos de la década de los noventa. Cómo lo muestra Latinobarómetro, la mayoría de los ecuatorianos confiaban en la capacidad de su democracia para sacar al país adelante. Pero desde la segunda década de los dos mil la economía comenzó a estancarse, el empleo formal comenzó a caer; los señalamientos y casos de corrupción aumentaron luego de la salida de Correa del poder; y los narcotraficantes aumentaron sus operaciones en el Ecuador, resultado de la debilidad de las instituciones de seguridad pública, de la corrupción política y de reajustes en las rutas del comercio de la cocaína desde Colombia.

            Entonces, los ecuatorianos dejaron de creer que la democracia podía resolver estos males y comenzaron a soñar con las “virtudes” de un gobierno autoritario, “a-la-Bukele”. La elección “raspada” de Noboa en 2023, contra Luisa González, surge de estos cambios estructurales y de expectativas. Noboa simbolizaba al hombre fuerte, conservador, mestizo y efectivo para resolver problemas, aun pasando sobre la ley. Pero ¿cuáles han sido los resultados de este modelo político? Internacionalmente el presidente obtuvo el rechazo diplomático internacional y se hizo el hazmerreír del mundo ante la invasión de la policía ecuatoriana a la Embajada de México en Quito y ante su absurda amenaza de subir los aranceles a los productos mexicanos. Su debilidad se evidenció con la vergonzosa inasistencia de todos los presidentes latinoamericanos a la Cumbre Iberoamericana, celebrada en Ecuador.

            Además, la percepción de inseguridad sigue aumentando, aunque Noboa dio más autoridad al Ejército para combatir a los narcotraficantes. Esta estrategia se vio empañada por el secuestro, tortura e incineración de cuatro menores de edad por un escuadrón de limpieza social del Ejército ecuatoriano. Pero la peor afrenta al presidente es que los cantones en donde aumentó la presencia militar son de los que más votaron por la candidata opositora. E incapaz de solucionar la crisis agrícola y energética por la sequía de 2024, Noboa redujo el consumo eléctrico industrial, dañando al empleo formal urbano y rural. Así, en un país que reciente el aumento de la desigualdad socioeconómica, de la inseguridad y de la corrupción, irresueltas por un gobierno autoritario, conservador y empresarial, es posible que la “vieja política” del correísmo regrese al poder. De cualquier forma, Noboa ya perdió.

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Javier Calderón Abullarade es un historiador, politólogo y escritor guatemalteco, nacido en Huehuetenango. Ha apoyado proyectos de desarrollo económico, seguridad ciudadana y arte guatemalteco. Actualmente, cursa un doctorado en la Universidad de Reno, Nevada, en donde investiga la historia colonial y de la Guerra Fría de Guatemala, además de la historia de Ecuador.

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