Un análisis de la prensa diaria sí que da cuenta de la vigencia de los intereses espurios, mediocres y malsanos de los enemigos de Manuel Colom Argueta. A Manuel lo asesinó el statu quo de ayer y de hoy: los oligarcas, los partidos de la derecha anticomunista, los mediocres que ni a bachiller llegan y legislan, ideólogos, pseudoperiodistas y demás. Y por supuesto los sicarios del poder: militares de su tiempo, judiciales y altos jerarcas policiacos.

Sobre los enemigos de hoy: un simple análisis de la prensa diaria lo muestra. Miremos Prensa Libre del sábado pasado: la parálisis del TSE amenaza elecciones del 2027: son penosos los intereses chanceros de los actuales magistrados; Sugieren cambios a la ley de aceptación de cargos: el caso Malouf revela el nivel de pudrición adentro del Organismo Judicial. Desde su lucha como dirigente estudiantil en la Facultad de Derecho Manuel peleó por la excelencia y la democracia real en la USAC y en la nación; Santa Catarina y San José Pinula crecen desordenadamente: no sólo fue el mejor alcalde, sino tuvo la visión de una región metropolitana moderna, y a la vez fue presidente de la ANAM. Si su legado se hubiera mantenido, no tendríamos esa mediocridad y corrupción en el sistema distrital y edilicio; Alza al gas incidió en la inflación: sólo basta ver la plataforma programática de su partido socialdemócrata en formación -URD-. Manuel creía con fuerza en la planificación del desarrollo y la economía popular.

Por eso lo eliminaron. El informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico -CEH-detalla su asesinato como un caso ilustrativo, que bien debe ser releído y reflexionado por la generación joven.

Durante sus estudios de secundaria y más tarde en la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, -cuya dirigencia tiene un papel mediocre y vergonzoso actualmente- Manuel ocupó diversos cargos dirigenciales: «Manuel Colom era efectivamente el gran líder nacional del país. Creo que eso nadie lo cuestiona y sin duda era el candidato ganador en cualquier elección que se pudiera prever». (Testigo de referencia CEH).

Durante su mandato como alcalde, 1970-74, alcanzó gran popularidad y cariño por parte de la población, y comenzó a ser víctima de amenazas y recelos por todo el sector de la derecha y ultraderecha del país.

Documentos desclasificados de la agencia de inteligencia CIA de los Estados Unidos ya lo ubicaban como una amenaza y lo asociaban, sin mayores pruebas, como intelectual de la izquierda radical, comprometido con la guerrilla urbana. La CIA consintió su hostigamiento y posterior asesinato.

Tras el asesinato de Alberto Fuentes Mohr, nos dice la CEH y después del 15 de marzo de 1979 su partido FUR (Frente Unido de la Revolución) queda inscrito como partido político. Muchos amigos le sugirieron salir del país, pero Manuel se queda apostando por la democracia electoral. Con su carisma como arma frente a los mediocres políticos del entorno.

El 22 de marzo de 1979 se observa un inusitado desplegado policial en los entornos donde Manuel transitaba.  Salió de su oficina, que quedaba a poca distancia de la Embajada de Estados Unidos, en la 6ta calle 7-55 de la zona 9, con rumbo a la Universidad de San Carlos. Conducía un vehículo Toyota, escoltado por un Mercedes Benz, con sus dos guardaespaldas: Héctor Barrillas e Hilario Hernández, documenta de buena manera la CEH.

Aproximadamente a las 11 de la mañana, primero es atacado el Mercedes Benz, por dos vehículos de fabricación americana. Los guardaespaldas son eliminados con certeras balas, en la cabeza. Luego un automóvil de color rojo y dos motocicletas inician la persecución de Manuel, para ser interceptado en la 3ª Avenida y 5ª Calle de la zona 9 donde fue ametrallado.

Manuel recibió 24 proyectiles calibre 45. Sus familiares pronto aseguraron que el operativo fue dirigido desde un helicóptero que sobrevolaba el área y entre sus tripulantes se encontraba el general David Cancinos, Jefe del Estado Mayor del Ejército. Esta versión fue confirmada luego por la CEH, mediante las declaraciones de un testigo que aseguró lo siguiente:

«David Cancinos, personalmente, desde un helicóptero supervisó el operativo que se había planificado en una forma de círculos concéntricos; si salía del primer círculo del operativo, lo esperaban en un segundo, y así. Efectivamente no lo lograron en el primer punto, sino en un siguiente círculo del operativo». (Testigo de referencia de la CEH).

Altos miembros de la comunidad empresarial, al reaccionar ante la ejecución avalaron la violencia política. Según informe de la Embajada de los Estados Unidos reveló declaraciones de altos oligarcas indicando que: «Era comunista y se lo merecía; su muerte fue el trabajo del jefe del Estado Mayor del Ejército, general Cancinos, quien busca allanar el camino para ser candidato presidencial en 1982, y que Colom tenía que ser eliminado eventualmente, pero ¿por qué tan temprano?» (Embajada de los EEUU en Guatemala, telegrama al Departamento de Estado, 27 de marzo de 1979, documentado por la CEH).

Sus familiares publicaron un mes después un campo pagado en el que detallan los entramados del asesinato, protagonizado por pugnas al interior del ejército, de cara a la continuación del largo período de militarismo, y de democracia de fachada, que venía desde 1970. Como bien se relata en abundantes escritos sobre dicha era, el período presidencial de Romeo Lucas García cubre de 1978 a 1982. Este último año comprende el golpe de Estado ejecutado por el propio alto mando del ejército, que encumbra a Efraín Ríos Montt como Jefe de gobierno, iniciando así otra larga noche de cruenta violencia política, que es la madre de la actual clase política, que hoy se premia con un aumento de sueldos en el parlamento, que no corresponde, ni a su valía, ni mucho menos a sus resultados. ¡Manuel Vive!