La ironía es palpable durante las festividades locales, mientras las autoridades municipales ostentan fastuosos eventos y derrochan recursos en celebraciones, las necesidades básicas de la población continúan desatendidas. A pesar de alegar escasez de fondos, un minucioso análisis del presupuesto municipal suele revelar una realidad contrastante: los gastos excesivos en fechas festivas desmienten la excusa recurrente de la “falta de dinero” en el municipio.
Los medios de comunicación han documentado exhaustivamente cómo los políticos guatemaltecos aprovechan cualquier oportunidad, incluidas las festividades, para hacer campaña y proyectar una imagen de trabajo constante, mientras ocultan sus verdaderas intenciones y desvían fondos públicos. Este patrón, no es novedad para la ciudadanía.
Las revelaciones del medio de comunicación Ojoconmipisto sobre el despilfarro de fondos públicos en festividades locales son alarmantes, el uso de 500 empleados municipales en la ciudad de Guatemala para el festival navideño, o la adquisición de pistas de hielo en Huehuetenango y Jalapa con un costo de Q89 mil 800 y Q203 mil 500, ¿Qué pensarán los vecinos al respecto? Aunque la situación se vuelve más grave si analizamos los gastos empleados en las ferias patronales, donde encontramos montos arriba del millón de quetzales. “En primer lugar es para la cabecera de Quetzaltenango con Q5 millones 575. El segundo es Momostenango con Q1 millón 56 mil, y Santa Catarina, con Q421 mil” refiere Ojoconmipisto, esto según lo reportado, ¿qué podemos esperar de los montos no registrados o los intereses detrás de estos gastos desmedidos?
Las celebraciones que se impulsan con fondos públicos revelan una verdad incómoda; las pistas de hielo, arbolitos iluminados, villas navideñas y además atracciones en parques no son dádivas de los alcaldes o el concejo municipal, todo el dinero es financiado con nuestros impuestos, dinero tributado con esfuerzo, ante lo antes expuesto, es necesario cuestionar el gasto excesivo en estas celebraciones, especialmente cuando una gran porcentaje de la población vive bajo el lumbral de la pobreza y pobreza extrema. No cabe duda que nuestros gobernantes no han accedido al poder con fines de generar desarrollo en sus municipios, su percepción de la gestión pública se encuentra distorsionada, ya que no les permite invertir en las verdaderas necesidades de la población.
Cabe mencionar que el derecho a la recreación a menudo pasado por alto, la falta de espacios públicos adecuados obliga a muchos a buscar alternativas no tan adecuadas, con el tiempo se ha normalizado; ir de paseo familiar a los centros comerciales, lo que nos conduce a analizar como la privatización de espacios públicos y la falta de inversión en áreas verdes son problemas que deben abordarse. Es necesario que los servidores públicos prioricen la creación de lugares adecuados para el disfrute de todos, la recuperación de parques y plazas debe ser atendida con premura, la población merece espacios de ocio sin presiones comerciales.
La auditoría social es una herramienta útil para evitar el gasto de recursos públicos, especialmente en épocas donde los gastos suelen incrementarse, sebemos exigir transparencia y rendición de cuentas, recordemos que es un derecho ciudadano que debe ejercerse de manera activa, especialmente cuando se trata de fondos públicos.
Es imperioso fijarnos en los gastos excesivos en estas fechas, no es necesario despilfarrar para brindarle alegría a la población, cuando menos lo esperamos es cuando los criminales de cuello blanco hacen de las suyas para manipular el erario público y favorecer sus intereses. No debemos olvidar que estas festividades, a menudo esconden intereses políticos y actos de corrupción.
Los mensajes de alegría y buenos deseos de las autoridades deben ir acompañados de acciones concretas para atender las necesidades de las grandes mayorías, detrás del tan famoso saludo de “Feliz Navidad”, se esconde una interrogante que debemos responder: ¿a qué costo estamos celebrando?
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