Creo que para nadie es difícil preguntarse y recordar las veces que han escuchado que la juventud es el futuro. Estoy seguro de que se los han dicho personalmente en su momento, así como ustedes estimados lectores, lo han dicho también a otros conforme el tiempo ha avanzado. Y si bien cierto que es una frase que tiene la intención de motivar, incentivar, e invitar a diligencia y el esfuerzo, dichas palabras llevan tanto tiempo rondando el léxico de nuestra sociedad que lamentablemente ha perdido vigencia.
El decirle a la juventud que es el futuro es prometerle grandezas y fantasías para un mañana que quizás nunca llegue. Hoy una familia sufre y llora en la comunidad de Chacalté, la pérdida del joven Jorge Sebastián Pop, porque ese es su nombre, no un personaje del que mucha gente hizo mufa y burla, un joven con esperanzas de un futuro mejor para él y su familia, con sueños muy grandes, pero que la insensibilidad de una sociedad superficial adulto centrista, y la ineficacia de un Estado operando de forma limitada, hoy entierra una promesa que no llegará a tal mencionado futuro.
Hoy hay más de 100 alertas Alba-Kenneth activas por jóvenes y niños desaparecidos, hoy doscientos mil egresados del nivel diversificado de los cuales menos del 10% encontró un empleo formal, y que además no le retribuyen dignamente conforme a la tasa de inflación, mucho menos al esfuerzo de ese joven empleado. Hoy hay en promedio 8 muertes al día en el país, de las cuales al menos 6 son mujeres y hombres jóvenes que perecen víctimas de la delincuencia.
Son tantos los datos que demuestran como la juventud se marchita día con día que la lista parece interminable, y la esperanza de ser el futuro se ve cada vez más distante. Es lógico que un país donde no haya una garantía clara de un futuro se recurra a migrar, o sea alto el nivel de vulnerabilidad ante las falsas promesas y espurias oportunidades que ofrecen las pandillas, los cárteles, o cuando son de cuello blanco, los partidos políticos.
Es el momento oportuno de recordar a los cientos de miles de jóvenes que han entregado su vida por este país, por garantizar un futuro, pero también lo hicieron para garantizar un presente. Tanto los valientes jóvenes, estudiantes y maestros que se opusieron al régimen de Estrada Cabrera, como los que lideraron la Revolución del 44, así como todos los asesinados, perseguidos y desaparecidos durante el Conflicto Armado Interno; hasta los inquebrantables estudiantes que se han opuesto a la usurpación de nuestra única casa de estudios superior pública.
Pero en medio de todo este escenario y tratando de no sobre simplificar la solución, la juventud espera una sola cosa por parte de la actual administración, determinación. No importa si es para investigar, perseguir y procesar a los criminales, proveer de oportunidades económicas y educativas dignas o ampliar el alcance de la salud, el Estado debe de hacerlo con toda la autoridad, valentía y la determinación que le pueden dar ciertos productos que suelen ser encontrados por docena o en cartones de treinta unidades.
Con esa determinación y voluntad política necesarias podrán terminar de abrir el camino que en este primer semestre de gobierno encontraron. Honren la memoria de Jorge Sebastián y de todos aquellos jóvenes que no podrán ser parte del futuro de nuestro país trabajando bien, siendo intolerantes a la incompetencia y corrupción, pero sobre todo siendo implacables en su lucha contra las viejas estructuras que mantienen secuestrada la dignidad de nuestro pueblo.
Sembrar a medias una semilla no produce frutos, y la tibieza o el titubeo en la política generan altas perdidas para el país. No esperen al día de mañana porque ya no estaremos, y el país de la eterna primavera se habrá marchitado y convertido en un inerte desierto. El futuro no es mañana, es hoy, y hoy exigimos a un poder legislativo, judicial y ejecutivo que trabajan en favor del pueblo, y en especial de su motor, la juventud.
Héctor Raúl del Valle esnternacionalista. Involucrado en simulaciones diplomáticas, participación ciudadana y dedicado al servicio.
@hrdelvalle
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