Autonomía USAC: Pasado, Presente y Futuro

Edgar Balsells Conde

octubre 9, 2024 - Actualizado octubre 8, 2024
Edgar Balsells Conde

Octubre trae a la conciencia colectiva  el legado de los diez años de primavera democrática (1944-54). Ello hace recordar múltiples realizaciones como diversas autonomías: la del deporte, del seguro social y universitaria; así como las  conquistas sociales que es preciso poner al día para salvarse del anacronismo y la rutinización,  y además urgidas de cambios de fondo.

Estudiar el presente, y es más, predecir eventos futuros a partir de legados, figuras e imágenes del pasado, no deja de tener síntomas angustiantes para la memoria colectiva, para el ciudadano de a pie; y no digamos para quien  investiga, indaga y hace periodismo de opinión.

Nos lo dice Gonzalo Ricci, un prolífico cientista político sudamericano, quien releyendo a recordados pensadores, asevera que  la idea de la felicidad está atada a la redención del pasado.  A su ambigüedad y elementos truncos; y es que la Revolución de Octubre y los 10 años de democracia sigue siendo una remembranza de frustración también.

La historia reciente bien recuerda a la generación de Manuel Colom Argueta buscando reconstruir políticamente el legado de Arévalo y Árbenz, y que fue cercenado por mentes asesinas en plena época de gobiernos militares. Luego vinieron los acuerdos de paz, con la ilusión de retomar el rumbo, con poca fortuna y muchas agendas irrealizables. Y el presente y sus protagonistas es el mayor testigo de ello.

La Autonomía de la Universidad de San Carlos es, hoy por hoy, uno de esos anacronismos. Hay que repensarla y tomar ventaja de las ventanas de oportunidad para la reforma. Y es más para la refundación.

El pasado 25 de septiembre, la Corte de Constitucionalidad publicó el análisis y resolución sobre  la sentencia del pasado 29 de mayo del presente, dictada por la Juez “B” del Juzgado Segundo Pluripersonal de Primera Instancia Civil del Departamento de Guatemala, constituida en Tribunal de Amparo, en la acción constitucional de amparo promovida por Astrid Lemus Rodríguez, contra el Rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala.  Y la resolución es la siguiente:

Primero, resolver  sin lugar el recurso de apelación promovido por el Rector en relación a la demora planteada para diferir la elección de autoridades componentes del Consejo Superior Universitario -CSU-. Segundo, el Rector debe convocar, en un plazo de quince días hábiles contados a partir de recibida la ejecutoria del presente fallo, a sesión de los demás miembros del CSU, en la que incluya en la orden del día la elección de Vocal Primero de la Junta Directiva de la Facultad de Derecho.

La Corte sienta precedente para respaldar la sentencia del pasado 18 de septiembre planteada por Rodolfo Chang Shum, bajo la dirección y procuración de Astrid Lemus y resuelta por la Sala Primera del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, constituída en Tribunal de Amparo y que resolvió lo siguiente:

El CSU, de forma urgente, y dentro del plazo de cinco días de estar firme el presente fallo, convoque a la elección de los integrantes del mismo, cuyo período del ejercicio del cargo para el cual fueron electos haya vencido. Y vale aclarar que son la mayoría de sus integrantes.

Para un ponente de la Autonomía Universitaria de los tiempos de la primavera democrática hubiera sido surrealista -y casi impensable- que la misma se estuviera defendiendo en 2024 con recursos legales  que ordenen llevar a cabo elecciones facultativas y de autoridades académicas, porque ello es lógico y normal en  las visiones de universidad pública latinoamericana.

Y pensar que dentro de tal CSU hay un personaje que ha durado dos décadas en el seno de las altas decisiones, simplemente porque, deliberadamente digo yo, no se han puesto de acuerdo los colegios profesionales de los contadores públicos y los de ciencias económicas. El susodicho individuo, de cuyo nombre no quiero acordarme, moralmente debió dimitir desde hace tiempo; pero, todo lo contrario,  en fecha reciente  ha sido premiado  como designado para representar a la USAC en la silla de la Junta Monetaria. ¡Que tal! Hasta ese extremo hemos llegado.

Como bien nos dice Ricci, estudiando al malogrado Walter Benjamin: se redime el pasado, pero únicamente el pasado que quedó trunco, el pasado que no pudo ser. Hay una ambigüedad en la noción del pasado y, gracias a la esperanza digo yo, ese pasado trunco se clava en el presente como una posibilidad. Debemos entonces desentrañar en ese pasado no sido para mirar hacia delante.

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