La Casa Verde, el nido de las operaciones corruptas de Miguelito

Redacción     abril 28, 2024

Última actualización: abril 27, 2024 5:09 pm

En diciembre de 2020, Giammattei anunció el cierre del Centro de Gobierno, una verdadera telaraña para atrapar todos los negocios públicos sin excepción, donde colocó como responsable a su pareja sexoafectiva, Miguel Martínez, alias Miguelito o El Principito. Pero el Centro de Gobierno nunca fue clausurado, se convirtió en la Casa Verde, como popularmente llamaban los proveedores al lugar donde se procesaron todos los negocios turbios hasta enero de este año.

La Casa Verde está ubicada en la esquina de la 6ª calle y 2ª avenida de la zona 10. Fue una de las oficinas no oficiales donde despachaba Alejandro Sinibaldi en la época en que simultáneamente se desempeñaba como ministro del Micivi y precandidato presidencial del Partido Patriota. Dos de los lugartenientes del Sipi en aquella época, R. Mejía y Botox S., pasaron a ser los coordinadores del taller de máquinas de la corrupción a cargo de Miguelito.

Desde ese lugar se manejaban todos los contratos públicos. Los “delegados” -así se denominaban los integrantes de la red- eran asignados a los Ministerios e integraban las juntas de licitación. Se trataba de jóvenes sin gran experiencia en la administración pública, muchos de ellos provenientes de Santa Lucía Cotz. y otros exoficiales del Ejército, también jóvenes que habían renunciado a su carrera en la milicia. Por órdenes expresas de El Principito, estos jóvenes estaban por encima de la autoridad de los ministros en materia de negocios. Los delegados veían todos los detalles y pasaban las recomendaciones para la aprobación del “jefe de jefes”.

En el Micivi, el Mides y otros ministerios con grandes volúmenes de compras usaron un sistema de juntas rotativas. Eran los mismos 20 o 30 delegados que se turnaban para distintos eventos de licitación. Adjudicaban a quienes se les indicaba desde la Casa Verde y eliminaban a ciertos competidores legalmente. En Guatecompras aparece en cuántas juntas de adjudicación participó determinado número de funcionarios. En un caso del Micivi una sola persona participó en 50 eventos en un año, esto es más de una junta de licitación por semana.

Muchas de las adjudicaciones las dieron a empresas que no cumplían los requisitos. La forma de negociar era así: empezaban exigiendo el 30 por ciento de comisión a los contratistas y proveedores y luego rebajaban al 20 por ciento, pero la adjudicación se concretaba hasta que los contratistas caían con los adelantos. Al final del periodo de Giammattei se generalizó el descontento entre los proveedores, pues los pagos se ralentizaron más de lo normal y los condicionamientos aumentaron. Por ejemplo, a los constructores les indicaban en qué lugar comprar el asfalto, el hierro o el cemento, según fuera la obra. Si no lo hacían, no había paga.

En los últimos meses de 2023, desde la Casa Verde -también conocida como “Ciudad Vieja” o “Arriba”- se ordenaron adelantos a los amigos de Miguelito cuando no procedían, pero su interés era comprometer el gasto de 2024 del nuevo gobierno. Al integrar las grandes inversiones en infraestructura, salud (en tiempos de pandemia), gasto social y seguridad, entre otras, en las instalaciones de la Casa Verde, El Principito manejó no menos de Q40 millardos durante todo el periodo del gobierno.


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