Aunque en las últimas décadas el cine guatemalteco se ha anotado algunos triunfos con premios y nominaciones a nivel internacional, la industria cinematográfica parece estar siempre a punto de surgir, sin llegar a desarrollarse plenamente. Por eso, la creación en 2020 de la Academia Guatemalteca de Artes y Ciencias Cinematográficas se vio como un paso adelante en el camino hacia un verdadero despertar de esta rama del arte en el país.
La cineasta Mónica Walter Palmieri, quien ha trabajado en cadenas internacionales como NBC, Central Comedy y en producciones para Netflix, es la actual presidenta de esta entidad que se define como “una asociación que está velando por los intereses del gremio organizado de cineastas de Guatemala”.
Un trabajo regional
Walter Palmieri explica que uno de los principales logros de esta asociación es ser parte de la Federación Iberoamericana de Academias de Artes y Ciencias Cinematográficas (Fiacine). Esta entidad regional está conformada por 13 academias que son consideradas autoridades del cine en cada país. “Velamos por la promoción, preservación, desarrollo y la formación de la industria cinematográfica en Iberoamérica”, explica.
Para Guatemala, según explica Mónica Walter, es importante tener un puesto en la mesa de esta federación porque permite la proyección de los cineastas guatemaltecos a nivel iberoamericano. “Gracias a la Federación podemos ir a muchos eventos del cine iberoamericano”. Asegura que existe expectativa respecto a las producciones guatemaltecas. “Siempre están esperando cuál es la siguiente película de Guatemala o cuáles van a ser las siguientes producciones que van a ser lanzadas en el país”, señala.
Dentro de la labor de promoción, la Academia Guatemalteca de Cine es la encargada de seleccionar las películas que van a las diferentes premiaciones de las academias alrededor del mundo. Esto incluye los premios Óscar, en Estados Unidos; Goya, en España; Ariel, en México; Macondo, en Colombia y los de la Academia brasilera. Según anota la cineasta, el ideal de Fiacine es que todas las academias organicen sus propios premios y que en todas estas premiaciones se entregue un galardón a Mejor Película Iberoamericana, para el estímulo del cine de la región.
Para realizar la selección de las películas que competirán por Guatemala en los diversos certámenes internacionales, se han establecido procedimientos específicos orientados a llevar a cabo esta elección con profesionalismo y transparencia. “Usamos una plataforma para la visualización de las películas, que es la misma que utilizan todas las otras academias. Esta es proporcionada por una entidad española. Ellos nos ofrecen esta página en la que los miembros de la Academia pueden ingresar a través de una contraseña personal e intransferible. La votación también se realiza por medio de un código personalizado. Todo esto para garantizar la ética en las elecciones y la seguridad de las producciones que se presentan al concurso.
Participantes selectos
En la actualidad hay 50 miembros en la Academia Guatemalteca. Todos ellos han cumplido con los requisitos exigidos por la entidad para formar parte. Estos requisitos incluyen tener una reconocida trayectoria en el medio cinematográfico y ser directores, productores, guionistas, actores, jefes de vestuario, maquillaje o sonido y haber participado en al menos dos largometrajes.
En Guatemala, a diferencia de otros países, se admite también a personas que ocupan puestos técnicos como asistentes de producción, asistentes de dirección y otros, pero en estos casos se exige haber participado en tres largometrajes.
Motivos de esperanza
La presidenta destaca que la industria de Guatemala está en desarrollo. Aún así, indica que “como país tenemos ángel, porque la industria iberoamericana siempre espera con expectativa las películas guatemaltecas”.
Otra de las razones por las que se puede ver con ojos positivos el futuro, es la reciente creación de distintas carreras relacionadas con el cine a nivel universitario en cuatro casas de estudios superiores. “Nosotros como Academia también hemos tratado de acercarnos a estas universidades e incluso ahora tenemos un convenio con la universidad Da Vinci”, explica.
Estos esfuerzos obedecen, según Walter Palmieri, al interés que hay por conocer las inquietudes de las nuevas generaciones, en cuyas manos estarán las próximas producciones que presente el país.
Lo que hace falta
A decir de la cineasta, una de las más grandes carencias que enfrenta el gremio cinematográfico es la no existencia de legislación. “No tenemos una ley de cine que nos apoye con un fondo para que pueda formarse un instituto”, señala. Indica que, aunque en el Ministerio de Cultura y Deportes existe una Unidad de Cine, que es dependiente del Departamento de Apoyo a la Creación, esta no ha funcionado en los últimos tiempos y tampoco es suficiente para fomentar y generar políticas públicas que estimulen el crecimiento de la industria.
“Sin fondos es imposible crecer. Para seguir generando los fondos se necesitan políticas públicas, no solo financiamiento, sino que también necesitas que exista un órgano que regule y que pueda ayudar a gestionar y nos represente ante entidades internacionales como la Caci que es la encargada del programa Ibermedia”, añade.
Aunque Guatemala ha participado anteriormente en estos espacios que brindan financiamiento a proyectos nacionales, los esfuerzos no han sido sostenidos ya que, como señala Walter, ha habido años en los que no se pagan las cuotas necesarias para la pertenencia. Por eso, ella señala que el apoyo gubernamental es imprescindible.
La cineasta indica que, respecto a la Ley de Cine, en la actualidad la Academia también participa en una revisión de la propuesta que hay planteada y que nunca ha sido aprobada. Esta nueva versión estaría siendo trabajada en conjunto con miembros del gremio organizado y con diputados.
“También queremos incluir al Ministerio de Cultura y Deportes en este proceso”, asegura la presidenta. Además, también se sostienen pláticas con el Departamento de Apoyo a la Creación para reactivar la Unidad de Cine, sobre todo porque esta dependencia es la encargada de gestionar pagos a entidades internacionales como Ibermedia, permisos para producciones y financiamientos.
Lo bueno y lo malo de la pandemia
La Academia Guatemalteca de Artes y Ciencias Cinematográficas surgió poco tiempo antes de la pandemia de COVID-19. Esta crisis sanitaria afectó a toda la industria cinematográfica, por lo que las acciones que pudieron emprenderse fueron limitadas. Los trabajos cinematográficos no fueron tan abundantes como podrían haber sido en épocas normales. Sin embargo, Mónica Walter ve con entusiasmo que, en lo que va del año, han detectado, a través de un mapeo, que existen al menos 15 producciones que se encuentran en distintas fases. “Hay dos o tres largometrajes que se están filmando, y uno que está por empezar, además de varios cortometrajes”, detalla. “Cuesta, pero vemos que este año salieron algunos de los financiamientos que se solicitaron en años anteriores”, añade.
Además, explica que hay varias películas que se filmaron antes de la pandemia que están para estrenar. Precisamente de la cantidad y calidad de estos estrenos dependerá que Guatemala cuente con candidatas para las próximas premiaciones.
Aparte de los retrasos que acarreó la pandemia, hubo también aspectos positivos, que son señalados por Mónica Walter. “Muchas cosas se hicieron vía internet”, apunta. La Academia estableció un programa de conversatorios que se presentan algunos jueves, con los cuales se han enriquecido muchos cineastas y aficionados al cine. “Son herramientas que nos permiten conocernos y adentrarnos en el quehacer del cine”, asegura.
Se han organizado talleres con expertos de diversos países y, gracias a la virtualidad, se ha logrado que en ellos participen personas del interior del país.
Recientemente concluyó el proyecto Somos diversas, que duró casi dos años y que se financió con un fondo de la UNESCO. En este participaron colectivos de mujeres de siete países. Consistió en buscar mujeres cineastas, evaluar sus necesidades y brindar talleres en cada país. En Guatemala, la encargada de impartirlos fue Pamela Guinea. Participaron 238 mujeres de Argentina, Chile, Colombia, Guatemala, México, República Dominicana y Venezuela.
Durante la gestión de la Academia también se ha logrado compartir experiencias exitosas de guatemaltecos que han triunfado en el exterior, tal es el caso de Arturo Castro y María Mercedes Coroy. Recientemente la Academia guatemalteca participó en los Premios Platino y se espera la participación del país en Iberseries que se realizará en los próximos meses.
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