La fama de Miguel Ángel Asturias era mundial y ya todo lo bueno estaba escrito cuando, en 1967, la Editôra Brasiliense lanzó la primera traducción de El Señor Presidente al cuidado de Antonieta Dias de Morais —poeta, escritora y traductora de más de cuatro libros de Asturias—; consiguiendo una traducción muy bien lograda con notas al pie de página que explican el significado de guatemaltequismos y decisiones de traducción, con el afán de mantener la sonoridad y la fuerza de la obra. Lo que se lamenta es la ausencia de presentaciones o comentarios de la obra escritos por Dias de Morais, es una constante en cada traducción.
En el caso de El Señor Presidente, ese silencio lo llenó un comentario del crítico brasileño más importante de la época, Otto María Carpeaux, que escribió el prólogo. Allí se refiere a la obra como algo más que una novela política, comenta los detalles del texto como “cruelmente realistas”. Dice que el conjunto de la obra y el estilo son los de un nuevo tipo de novela poética, a lo Ulises de Joyce, afirmando la riqueza en metáforas, expresiones idiomáticas, onomatopéyicas y neologismos. Considera la novela como compleja, fantástica y a veces “hermética”. A diferencia del crítico peruano José Miguel Oviedo que sostiene la maestría de Asturias en una literatura de transición en el medio siglo y posterior a la vanguardia, para Carpeaux es una novela de la vanguardia literaria.
Cuando Asturias obtuvo el Nobel —en Brasil ya circulaba su obra—, en Portugal se terminaba de traducir El señor Presidente, Leyendas de Guatemala y Week-end en Guatemala. Los brasileños esperaban para el año siguiente tener su propia traducción de Week-end…, mostrando dos posturas diferentes desde el comienzo: la versión portuguesa traduce el titulo como Fim de semana na Guatemala, mientras que los cariocas respetan la fidelidad del título, Week-end na Guatemala. Esto no solo creó tensiones en los círculos literarios, sino abrió la discusión en torno al título, los portugueses mostraron rechazo al uso de palabras anglosajonas en los textos, mientras que el argumento de los brasileños fue fidelidad y la existencia de la ironía en el titulo por el contenido del libro.
Week-end en Guatemala, traducido por Antonieta Dias de Moraes, cuenta con un comentario de Oswaldo Corrêa Louzada Filho. Él fue un crítico paulista y quizá el más prematuro de la literatura brasileña. En la presentación pregunta por qué Asturias utiliza ese lenguaje casi hermético y esa acumulación de alegorías y metáforas, a lo que responde: “nada de eso es accidental” y agrega la obediencia a un impulso estetista. Después de responder fundamenta con ejemplos concretos de la obra donde muestra la genialidad del autor guatemalteco, al finalizar hace una pequeña analogía entre Vidas Sêcas de Graciliano Ramos —un clásico de la literatura brasileña— y Asturias, habla de las formas particulares, estéticamente bellas, de ambos autores para denunciar la relación de las fuerzas desiguales en dos sociedades tan distantes, pero tan cercanas.
Pasan casi cinco años para la publicación de la Trilogía bananera. Viento fuerte y Los ojos de los enterrados traducidos por Antonieta Dias de Moraes, El papa verde por Gloria Rodríguez. Solo en Viento fuerte se puede leer una presentación hecha por la crítica Bella Jozef, una de las mujeres más importantes dentro del mundo literario en aquellos años. Ella comenta el rompimiento de las estructuras lingüísticas con la tradición española con el afán de resucitar el lenguaje. Asturias, dice la maestra, no cae en el simplismo de usar regionalismos, sino reestructura el lenguaje por dentro, él se da cuenta del enorme potencial psíquico del lenguaje hablado y de las asociaciones propias del habla popular. Señala un vínculo entre Asturias y Guimarães Rosa, dada la desestructuración del lenguaje emprendida a través de la evidencia de falta de lenguaje. Concluye que Asturias inspirado en fuentes muy antiguas encontró formas nuevas de expresión para realizar la epopeya del hombre americano, del ser mítico y atemporal.
De los demás libros no se sabe mayor cosa más que los comentarios de la Editôra Brasiliense: “Asturias realiza admirablemente la tarea de informar aquello que puede ser incluido como causa del problema de los pueblos latinoamericanos … Esta es una obra de ficción, pero muy verosímil en cada instante del libro, esto no puede ser olvidado”. Entonces el silencio reina entre las columnas asturianas en Brasil.
Desde 1973 hasta 1999 no se escucha casi nada sobre Asturias dentro de las letras brasileñas. Fue gracias a Adriana Junqueria Arantes que, en el centenario de Asturias en 1999, se traduce y publica con la embajada de Guatemala en Brasil, Tijón, Gongól e Outros Escritos, obra a la que no se pudo tener acceso, pero de Arantes se sabe que es la contemporánea que mejor ha leído al autor chapín. En el 2004 disertó con una tesis titulada: Hombres de maíz: o entretempo de um romance.
Arantes analiza a profundidad el opus magnum del autor guatemalteco. Recorre la poética del libro y analiza el encuentro con las textualidades mayas, habla de la estructura del texto, siguiendo la circularidad de los narradores dentro de la obra y la no linealidad de la narración. Profundiza en temas recurrentes en las discusiones asturianas como el regionalismo, la vanguardia, etcétera.
El texto cuenta con una sección muy interesante donde crea un paralelo entre Macunaíma de Mário de Andrade y Hombres de maíz, discutiendo las similitudes de la experimentación lingüística y asumiendo que ambas se valen de la incorporación del universo del lenguaje oral para la arquitectura de los textos. Encuentra sintaxis alteradas e inclusión de vocablos diferentes, adopción de modelos y expresiones coloquiales en el texto escrito, uso de un léxico escatológico para la definición del erotismo en los personajes —encuentra diferencia entre el erotismo andradiano y el asturiano— . Abre la discusión a la afirmación de José Miguel Oviedo del 2001 quien argumenta que si se le quiere encontrar un antecedente literario a Hombres de Maíz, Macunaíma sería el más próximo aunque según Oviedo, la obra de Asturias carece del humor burlón del escritor brasileño.
En el 2016 se puede encontrar una traducción de El Señor Presidente publicada por la Editora Manderéu Ltda. y traducida por Luis Reyes Gil, uno de los traductores contemporáneos más importantes, traductor de Onetti y de obras del boom latinoamericano. La traducción cuenta con una presentación firmada por la editorial donde se menciona que, para algunos críticos literarios, el boom latinoamericano debió haber nacido con Asturias, pero solo ocurrió en los 60´s. Se habla del flujo narrativo frenético y destrozado como algo elegante, fuerte e innovador. Se comenta la voz dada a los personajes, generalmente marginados y como ésta los llena de relevancia y actualidad. Manderéu coincide con la mayoría de los conocedores de Asturias dándole importancia histórica para la literatura latinoamericana. Cuenta también con un comentario crítico del venezolano Arturo Usla Pietri traducido de castellano a portugués, lo cual es interesante que se haya incluido.
La segunda traducción de El Señor Presidente es más sobria que la primera, se lee de una forma más fluida. Existe una cuestión con relación a los cambios de la gramática portuguesa, estos hacen que el texto esté escrito bajo las reglas de la nueva gramática y diverge bastante con la primera traducción. Se encuentran menos comentarios al pie de página y el traductor respeta los textos en español dejándolos tal cual, El cantar de los cantares es uno de ellos. En el 2023 se realiza una cuarta reimpresión de esa edición.
En el 2022 se tradujo lo último de Asturias, Hombres de Maíz por Pinard. Es la primera vez en la historia que se traduce en Brasil, —existe una traducción en Portugal de los años 70 de la cuál no hay registros—Bruno Cobalchi Mattos fue el traductor del opus magnus de Asturias. Se abre el camino para futuras traducciones. Mattos se refiere a la obra de Asturias como un texto de riqueza y diversidad en el lenguaje. Hace mención del maravilloso desfile de juegos de sonoridad, neologismos y largos pasajes de prosa poética al lado de malas palabras, canciones populares y leyendas tradicionales. Tacha de monumental la obra de Asturias.
Homens de milho termina con un comentario final de quién buscó al mesías en su tumba, lo encontró y lo resucitó: Adriana Junqueria Arantes. Ella de una manera sintética habla cuestiones ya mencionadas en aquella tesis —más madura sin comentar sobre Andrade y Asturias— dice algo fundamental: “Pido al lector que regrese al título de la novela: Hombres de Maíz. Momento inaugural de la construcción discursiva para su autor, tal título tan ajeno a la cultura occidental promueve, de inmediato, la interceptación de dos líneas de fuerza: por un lado, la perspectiva de las llamadas vanguardias históricas latinoamericanas —generación a la que pertenecía Asturias— y de otro a la de la cosmogonía ancestral maya. Es esa la convergencia entre los dos diferentes mundos que la novela construye…”
En definitiva, lo que se ha hecho y dicho en Brasil por el escritor guatemalteco no es poca cosa. Asturias ha sido bien tratado por los círculos literarios cariocas y estos no se conforman con que las grandes editoriales traduzcan. La edición del opus magnus de capa dura y diseño muy hermoso en manos de Gabriela Heberle, fue financiado por 1046 personas que apoyaron la noble causa comprando el libro de antemano entre los meses de marzo y abril del 2022. Esa edición, más que un homenaje al nobel guatemalteco, termina así:
«Impresso em junho de 2022, durante a pandemia do coronavírus. Neste momento, o número de mortos passa de 18 mil na Guatemala e de 666 mil no Brasil.»
Guararema – Mogi das Cruzes
9 de junio de 2024
Luis Enrique Morales es un aforista, escritor y columnista nacido en Quetzaltenango, Guatemala, en 1989. Reside en São Paulo, Brasil, desde enero del 2024. Vivió en Estocolmo, Suecia, entre el 2012 al 2023 donde estudió filosofía y pedagogía en la Universidad de Estocolmo, licenciándose en 2018. Ha escrito ‘Aforismos y otras mentiras’ (2020), publicado por Simón Editor en Jönköping, Suecia, seguido de ‘Aforismos de noviembre’ (2021) por Editorial Rötter en Estocolmo, Suecia.
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