Luis Aceituno, el día triste de su partida

La escena artística guatemalteca lamenta el fallecimiento del periodista y escritor.

Ana Lucía Mendizábal

diciembre 8, 2024 - Actualizado diciembre 9, 2024

El mundo cultural de Guatemala lamentó la partida del escritor, periodista y crítico Luis Aceituno, quien con su trabajo inspiró a generaciones de comunicadores y artistas. Quienes fueron sus colegas, amigos y alumnos han expresado su dolor ante la pérdida de quien fue el editor de la sección cultural de eP Investiga.

En 2010, Luis Aceituno publicó una antología de sus columnas realizadas para elPeriódico y los tituló El día que mataron a Jonn Lennon y otras historias del lado B. El triste crimen al que se refería Luis sucedió el 8 de diciembre de 1980. Irónicamente, como lo hizo notar el escritor Allan Martínez en sus redes sociales, la mañana de este domingo 8 de diciembre también se despide Luis, un referente del periodismo cultural de Guatemala, mentor de generaciones de comunicadores y un exquisito escritor.

Las muestras de pesar y cariño se han multiplicado en los círculos artísticos, culturales y periodísticos del país como pocas veces sucede.

Entre quienes expresaron dolor por su partida, a través de las redes sociales se cuenta el cineasta Julio Hernández-Cordón. “Hay días profundamente tristes, hoy descubrí uno, cuando se muere tu mentor”, manifestó quien también fue periodista cultural.

El escritor Raúl de la Horra hizo patente su sentir al manifestar: “Es muy difícil perder a alguien cercano como Luis Aceituno, el hermano que siempre anhelé tener y tuve.  Lo voy a extrañar. Pero a quien más falta le va a hacer es a Guatemala, porque él fue un pedacito importante de la conciencia y de la identidad de todos nosotros a través de sus escritos. Se le echará en falta”. 

Dante Liano hizo lo propio con un sentido texto: “Luis Aceituno ha muerto, allá en su Guatemala irrenunciable. También, irrenunciable, su vocación literaria. Fue escritor de relatos breves, memorables, talentosos. Se dedicó a tiempo completo a la literatura y mantuvo vivo el fuego de la cultura desde la sección cultural de elPeriódico. Tuvo abierto ese oasis dominical y se convirtió, con los años, en punto de referencia indispensable para las artes y las letras del país”.  Agregó: “No menos importante: fue un puente seguro entre quienes vivíamos fuera y la realidad interna. Dirigirse a Luis Aceituno cuando se quería comunicar con Guatemala era un movimiento natural y espontáneo. Era una presencia necesaria. También: amigo constante, seguro, afectuoso, sin excesos ni hipocresías. Sus conocimientos eran extensos, cosmopolitas, nuevos. Va a hacer mucha falta. El mapa de Guatemala se desdibuja, se aleja, se empaña sin Luis”.

El editor Raúl Figueroa Sarti comentó: “Con la partida de Luis, la vida cultural de Guatemala no solo pierde a un escritor, sino también a un gran promotor. En un ambiente en el que el periodismo cultural ha sido prácticamente inexistente, el trabajo realizado por él ha sido de gran valor. Con El Acordeón contribuyó a que en Guatemala se pudiera leer autores desconocidos. Pero su gran aporte, desde mi punto de vista, fue La Revista, la publicación semanal que cada viernes se publicaba en el Diario de Centro América.

Los escritores Enán Moreno y Violeta Benítez de León, quienes en los últimos años fueron sus vecinos, también expresaron su sentir ante la pérdida. Moreno comentó: “Es domingo, y la nefasta noticia llega temprano: Luis Aceituno ha muerto. No pudo más su corazón. Quizá la tristeza, sus males o la soledad; él, tan amante de la vida. Últimamente éramos vecinos y nos veíamos seguido, al entrar o salir de casa o en alguna reunión familiar, como el fiambre compartido hace unos días. Desde mi terraza yo veía su auto estacionado en su lugar, ese auto que ahora se ha quedado solo, abandonado, quieto y en silencio, tal vez sufriendo la orfandad de su dueño. La amistad con Luis siempre fue llena de afecto, de calidez en el abrazo y de conversación amena y provechosa”, comentó. “Nos harás falta, Luis; pero tu ausencia nos llevará a mantener tu recuerdo. Y cuando la tristeza y la nostalgia lleguen, podremos buscarte, y te encontraremos vivo en El lado B o en las notas de un Acordeón”, agregó.

Benítez de León también manifestó su sentir: “Amanece este frío domingo de diciembre, más frío después de una llamada telefónica.  Es Gloria (Hernández)… Pendientes de Luis desde hace días, hoy se ha ido, pero siempre estará presente. Su Acordeón, su Lado B, su plática interesante y amena quedan en nuestra memoria.  Gracias, querido amigo, por tu aprecio y cariño, por tu sabiduría, por tu amistad. Descansa ya, en la paz eterna, cobijado por las buganvilias y las rosas de tu bella ciudad.

Otro escritor que se sumó a las condolencias fue Byron Quiñónez, que comentó: Conocí a Luis Aceituno allá por 1997, en elPeriódico, cuando él dirigía magistralmente la sección cultural y la revista El Acordeón y yo corregía textos. El gusto por la música rock y la cultura pop nos hicieron buenos amigos, y fue él quien me brindó los primeros espacios para escribir notas culturales”.

La escritora Mónica Albizúrez señala: “Sobre todo, periodista, pero también escritor de cuentos, gestor cultural y amigo. Ese fue Luis Aceituno. Su capacidad para transmitir la indignación y el asombro quedarán en la memoria de sus lectores que veían en su columna semanal una ventana por donde iluminar la realidad. Luis Aceituno poseía la palabra ágil y punzante”.

“Leerlo fue para mí asistir al poder de la síntesis y la sensibilidad. Sería largo de enumerar lo que Luis Aceituno ha representado para la cultura del país y creo que a él no le gustarían las enumeraciones. Quisiera recordarlo el día de su muerte como un antigüeño universal, como el hombre que, en medio de las máquinas que pararon la impresión para siempre de El Periódico, daba testimonio de una vida de trabajo. Espíritu contrario a las modas y a los lenguajes domesticados, defendió la obra de escritores devaluados, como José Milla y Vidaurre. Su ironía y su risa abierta resuenan en este día”, añade Albizúrez.

El crítico literario Luis Eduardo Rivera escribió una reseña acerca de su relación con Aceituno. “Acabo de enterarme que ha fallecido uno de mis mejores amigos, con quien compartí tantos momentos entrañables, sobre todo en nuestros años juveniles en París. Ha muerto Luis Aceituno, escritor, periodista y catedrático universitario, víctima de una deficiencia cardiaca que padecía desde hacía algún tiempo. Pero nunca imaginé que se nos fuera tan pronto”.

“Era probablemente el miembro más joven del grupo de escritores  que se reunía cada verano, a principios de los años noventa del siglo pasado  en casa de Ana María Rodas. Una buena parte de este grupo veníamos de distintas partes de Europa y de los Estados Unidos. Tertulias inolvidables. De estas reuniones surgió la idea de fundar una revista literaria que nos sirviera de vocero a los escritores que vivíamos tanto dentro como fuera del país. El proyecto se hizo realidad cuando se fundó elPeriódico. La aparición del suplemento cultural El Acordeón que Luis dirigió desde sus inicios,  fue y será tomada como un acontecimiento mayor en la cultura de Guatemala, hasta que las fuerzas oscuras que se han apoderado de la justicia en el país lo suprimió. La importancia que este suplemento ha tenido a lo largo de varias décadas dentro de la vida literaria del país queda largamente demostrada. Sirvió de faro espiritual para toda una generación de lectores, así como fue un lugar siempre abierto para sus colegas escritores”, añade Rivera.

“Me resulta difícil  hacerme a la idea de que Luis ya no está entre nosotros. No es mi intención hacer un panegírico  sobre su persona. Sólo quiero  manifestar el dolor que me ha causado  esta pérdida, en momentos en  los que Guatemala necesita más que nunca  la presencia de sus espíritus más lúcido que, con su inteligencia y su talento, como lo hizo Luis Aceituno durante años  en su columna semanal Lado B, con su prosa aguda, brillante, lúcida y llena de humor y veracidad, sirvan de guía intelectual para sus lectores”, agrega el también escritor. Mis condolencias a su familia, y sobre todo a su compañera de vida, la escritora y académica Gloria Hernández. Descansa en paz, mi entrañable hermano. Desde ya nos haces una falta inmensa”, concluye Rivera.

En esta foto tomada por Luis Eduardo Rivera aparecen Dante Liano, José “Pepe” Mejía, Arturo Taracena y Luis Aceituno.

Las muestras de cariño siguen multiplicándose e incluyen las de entidades culturales como la Academia Guatemalteca de las Letras, el Ministerio de Cultura y Deportes, la Asociación Gremial de Editores y Filgua, entre muchas otras.

Periodista y escritor

Aceituno transitó por redacciones de medios como Siglo VeintiunoelPeriódicoDiario de Centroamérica y eP Investiga. El suplemento El Acordeón que fundó en elPeriódico fue referente para la cultura del país. Además, fue catedrático en las universidades, San Carlos de Guatemala, Rafael Landívar y Francisco Marroquín. Dirigió durante cuatro años el cine club Nervio Óptico Gran Reserva del Centro Cultural de España en Guatemala y fue parte del Taller de apreciación cinematográfica en la misma entidad.

En 2019 fue juramentado en la Academia Guatemalteca de la Lengua, donde se presentó con un trabajo dedicado a José Milla y Vidaurre, uno de los autores consentidos por su pluma.  

Luis sentaba cátedra por donde pasaba, porque, como muchos han dicho, “era una enciclopedia”. Sus conversaciones estaban plagadas de experiencias, conocimientos y un fino humor.

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