Tambores de guerra

“Somos como un hoyo negro en el espacio”

Méndez Vides

septiembre 19, 2024 - Actualizado septiembre 18, 2024
Méndez Vides

El temor por el estallido de una gran guerra, como las que se sucedieron en el Siglo XX, aumenta el sentido de incertidumbre, porque en la actualidad el combate ya no implica la crueldad de cuerpo a cuerpo, ni el dominio de armas automáticas, ahora se maneja desde lejos, con tecnología, con drones “suicida”, que no puede ser así porque no se autodestruyen por voluntad propia sino funcionan como explosivo ideado para ingresar a los lugares más inesperados a destruir.   Ahora se puede apuntar desde miles de metros y acertar en pocos minutos.

Dicen que un dron puede ser del tamaño de una abeja, para identificar coordenadas o para espionaje.

Ahora se trata de armas y falta de escrúpulos para presionar el botón de lanzamiento desde otro hemisferio o galaxia.   De un lado al otro de la frontera, se lanzan pequeños drones cargados de explosivos.  

Los rusos atacan a los soldados ucranianos que penetraron en su territorio luego de estar a la defensiva, y Corea del norte exhibe sus reservas de misiles, como mostrando los dientes.   No importa quien contra quien, sino el ánimo encendido, encarnando una búsqueda para reducir la población mundial.   

Pero quien más sorprende es Israel, con su escudo global similar a los que imaginaron los Supersónicos, que sus enemigos buscan romper con nuevos métodos y misiles que recorren en pocos minutos trayectos de más de 2 mil kilómetros, modificando el rumbo para distraer.   Y esta semana la noticia sorprendente fue la repentina explosión de walkie-talkies, pages y placas solares en Líbano, sorprendiendo y dejando sin comunicación a los jóvenes que ya temen a los teléfonos, mientras se anuncia nuevos ataques y bombardeos precisos.   Lo que indica que la guerra del futuro empleará la infiltración masiva, donde la superioridad tecnológica podría ser el factor de triunfo, y traerá como amenaza la mortandad masiva.

Globos espías son derribados, naves extrañas han puesto a cuidar más que nunca a los Estados Unidos su espacio aéreo.

Las fragatas rusas hacen ejercicios navales en la costa de Venezuela, y se espera la postura de China.  

No esperemos guerras como las antiguas, ahora todo será desde la distancia, y no habrá escape.  

Guatemala al menos no está en guerra contra otros países, porque nos basta internamente para vivir enfrentándonos, fragmentados.   Aquí los extranjeros han sido generalmente bien recibidos si proceden de los países desarrollados, el problema es contra quien vive cerca, y hasta las familias se enfrentan.   En materia de guerra somos como un hoyo negro en el espacio.

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