Sobre la basura

“Por falta de experiencia se cae en el terreno de la fantasía”.

Méndez Vides

febrero 20, 2025 - Actualizado febrero 19, 2025
Méndez Vides

En Guatemala ha existido toda la vida una actitud de desdén hacia los baños y depósitos de basura, porque están lejos de lo vistoso y público.  Nos recuerdan a la muerte, a la podredumbre de los cuerpos en los mausoleos, a la extinción de la vida.  

Los baños son el lado oscuro de la casa, y el basurero todavía peor, donde anidan las cucarachas, arañas, ratas, gusanos, es el despojo de atrás, donde no se pasa a las visitas, donde se coloca todo lo desechable. 

La mala costumbre de los botaderos clandestinos, no es solo culpa de los ciudadanos con menos recursos, porque es común ver saltar bolsas o pañales desechables de autos finos.  Por eso suena ingenua la crisis de la Ministra Orantes, por estar decidida a dar un giro cultural de un plumazo, como si la cosa fuera soplar y hacer botellas.  La resistencia en muchos hogares a lavar la basura, las latas después de consumido el contenido, o apartar cartón limpio del manchado por pizza, es conflictivo.  

Pero como somos obedientes, estamos siguiendo las reglas, aunque los camioneros andan rebeldes e inquietos, y los guajeros enardecidos, porque los cambios de conducta anden difíciles, mientras el nuevo Gobierno emprendió una guerra sin cuartel contra los ciudadanos a quienes les parece que hay otras batallas más importantes que librar, como los hierros oxidándose de las obras a medias por todo el país, el problema del tráfico, porque lo que se ve en el área metropolitana se repite en las carreteras, y en las ciudades del interior.   La Antigua colapsó el sábado pasado, la séptima calle mantuvo un tren infinito de vehículos del medio día hasta ya entrada la noche, afectando los monumentos con la vibración.   Xela sufre, y en Cobán lleva largo tiempo ir al mercado y volver.   Chiquimula y Zacapa ya viven la misma experiencia.  Y todo porque en lugar de estar resolviendo, creando vías, poniendo el tren ya presupuestado en la metrópoli, se detiene las obras iniciadas, y cuando por fin quieran arrancar las nuevas, vendrá el siguiente gobierno que las suspenderá.   

Los grandes problemas nacionales son el tráfico y el manejo de agua, asuntos que deberían de resolverse desde el Estado, no dejarlo a más de trescientas municipalidades para que cada quien haga lo suyo, porque entonces el presupuesto se disipa en obras menores que no contribuyen a la totalidad.  

El proyecto de la Ministra Orantes es comprensible, porque ella quiere que de la noche a la mañana vivamos como en otras latitudes, donde sí está resuelto el círculo completo, pero aquí todavía hay botaderos clandestinos a diestra y siniestra, y no gusta mayoritariamente a la gente pensar en la basura ni en los baños.  

No hay que ser ingenuos, primero es lo primero, o por falta de experiencia se cae en el terreno de la fantasía. 

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