Reformar la letra del himno nacional es un imperativo

Fernando González Davison     septiembre 16, 2024

Última actualización: septiembre 15, 2024 8:33 pm
Fernando González Davison

Los chapines estamos hartos de ver cómo los funcionarios públicos, la mayoría hipócritas del «Pacto», se ponen la mano en el pecho a imitación de lo que hacen los estadounidenses, al escuchar el himno nacional. Hasta el cansancio hemos visto a la nutrida banda de corruptos llevarse la mano derecha al pecho y en la otra haciendo la señal vulgar que todo vale. Yo apoyo las actitudes de Amílcar Pop de no hacer “el saludo” con su derecha en el pecho por esa razón como lo hizo en enero 2016 al asumir el impresentable Jimmy Morales la presidencia, y se negó también a cantar el himno nacional. Eso le valió el reclamo de la extrema derecha criolla (Rodrigo Arenas), pero él se defendió diciendo que su letra no llegaba a los pueblos originarios porque su raíz es liberal y del régimen que inició Justo Rufino Barrios contra los pueblos indígenas. Señaló que: “Nuestro himno fue escrito por un cubano. Nuestro himno nacional es ajeno para los pueblos originarios. Nuestro himno es extraño para los indígenas, incluido para muchos mestizos si lo analizamos”, señaló Pop. 

Me he propuesto no hacer ese saludo para no imitar a tales políticos-magistrados corruptos porque me avergüenza cuando están presentes en actos con políticos y funcionarios locales impresentables que al oír el himno con su mano en el pecho, los muy hipócritas sin conciencia social, pero buenos para la foto. “¡Guatemala feliz… que tus aras 
no profane jamás el verdugo;
 ni haya esclavos que laman el yugo
 ni tiranos que escupan tu faz”. Y es que los verdugos son esa gavilla de políticos , diputados y magistrados,  y los grandes terratenientes de Palma Africana, que torturan a la madre natura y a la nación. Junto con los narcos todos ellos cooptan a la patria que la tienen prisionera de sus intereses. Son muchos diputados, jueces y magistrados y la burocracia  puesta por los gobiernos anteriores que se llevan la mano al pecho al oír el himno nacional. Mejor deberían golpearse el corazón con mano como un acto de contrición y sirvan como se debe y dejen de ser traidores a su Guatemala. Ellos, diría Pop, son los tiranos escupen la faz de los mayas, los que permiten que las mineras hagan desmanes en el medio ambiente y a las empresas que ensucian su ríos y lagos, los pueblos que hacen maratones y dejan todo sucio a su paso, en lugar de limpiar el país en una cruzada nacional que rescate nuestro ambiente.

Sé que la música del himno es una maravilla y no hay que cambiarla nada, pero sí la letra de muchas estrofas para que esté a tono con las raíces de nuestros pueblos originarios. 

En 2016 escribí sobre los cambios a la letra del himno que se dieron en 1936 durante el gobierno de Jorge Ubico a pedido de España y se modificó el odio que había en sus versos en contra la España sangrienta, porque el autor Palma era cubano que había sido desterrado de la isla por combatir por la independencia de su país bajo dominio español. Por ese cambio de letra, Madrid condecoró a nuestro oscuro tirano. La letra puede modificarse. Hay que crear un grupo de literatos pluriétnicos que realicen los cambios que la sociedad demanda para que gocemos de un himno que nos una a todos a nivel nacional. Ya se hizo una vez. Se puede hacer de nuevo. El Ministerio de Cultura es el obligado a juntar a un grupo de expertos para hacer los cambios.

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