Ocho décadas después

Elías Talé

octubre 29, 2024 - Actualizado octubre 28, 2024
Elías Talé

La historia es fundamental para el desarrollo de un país. Guatemala, con su rica historia marcada por procesos como la independencia y la Revolución de 1944, es un claro ejemplo de ello. Al explorar las redes sociales, he notado una tendencia preocupante: muchas personas, especialmente de la tercera edad, desaniman a los jóvenes a hablar sobre el evento histórico de la Revolución de 1944. Argumentan que los jóvenes están expuestos a información superficial que no les permite comprender la complejidad de estos procesos.

Considero que esta postura es errónea. Aunque es cierto que los jóvenes pueden no tener un conocimiento profundo de la historia, existen numerosos recursos disponibles para aprender y desarrollar un pensamiento crítico. La literatura histórica, por ejemplo, ofrece una visión más completa de los hechos y nos permite analizarlos desde diferentes perspectivas. Además, el pensamiento crítico nos habilita para cuestionar las fuentes de información y construir nuestras propias interpretaciones. Es a través de este proceso que podemos evitar caer en la ignorancia y comprender mejor nuestro pasado.

Si bien la juventud no presenció los eventos tan emblemáticos de la Revolución de Octubre, podemos decir con mucha seguridad que hemos aprendido sobre la importancia de los cambios sociales en favor de las mayorías y sobre todo, de la necesidad de tener una memoria histórica para no repetir errores del pasado que tanto daño le han hecho a nuestra nación. En la presente columna más allá de los datos históricos, me gustaría enfocarme en el presente y analizar aquellos aspectos que, siendo exitosos hace ocho décadas, siguen siendo relevantes en la actualidad.

El Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), a mi juicio, es una de las instituciones públicas que más ha dejado de cumplir con las expectativas de la población. La escasez de medicamentos, a menudo de baja calidad, las largas esperas para obtener citas médicas, escaso personal para atender a la población y la centralización de servicios han convertido al IGSS en una institución que, lejos de garantizar el derecho a la salud, lo vulnera. Esta situación contrasta con los ideales que impulsaron su creación en 1944. Aquel logro histórico, que buscaba brindar atención médica a los trabajadores, parece haberse desvanecido con el paso de los años. Como paciente de esta institución, puedo afirmar con certeza que la calidad de los servicios es lamentable.

Existen numerosos cambios que urge implementar en el IGSS. Entre las prioridades, considero fundamentales: agilizar los procesos administrativos,extender los horarios de atención al público,mejorar la calidad y el compromiso del personalpara brindar un servicio eficiente,incrementar el número de médicos y personal para la atención,promover la transparencia y rendición de cuentas en todas las operaciones de la institución. Es urgente analizar las causas de esta decadencia y buscar soluciones, solo así podremos recuperar la confianza de la población en el IGSS y garantizar acceso a la salud.

La situación laboral en Guatemala es un problema crónico que afecta a millones de trabajadores. A pesar de la existencia del Código de Trabajo, muchas empresas privadas incumplen constantemente sus disposiciones, ofreciendo condiciones laborales precarias. Jornadas laborales excesivas disfrazadas de «millas extra», escasas oportunidades de crecimiento y salarios mínimos insuficientes para cubrir las necesidades básicas son comunes en el sector privado. Aquellos que promueven el modelo empresarial extranjero como la solución a nuestros problemas laborales deberían reconsiderar su postura a la luz de estas realidades. Es evidente que el capital privado, tal como se practica en nuestro país, no garantiza el bienestar de los trabajadores.

La educación rural fue uno de los grandes logros de la Revolución de 1944. La formación de maestros y la expansión de las escuelas en las zonas rurales representaron un avance significativo para el país. Sin embargo, ocho décadas después, la situación es preocupante. La educación pública, en todos sus niveles, ha sido relegada a un segundo plano, las escuelas rurales se encuentran en condiciones lamentables.

Resultaría contradictorio celebrar una revolución que priorizó la educación y al mismo tiempo, ignorar las necesidades educativas de las actuales generaciones. Es fundamental ser coherentes con los ideales revolucionarios y trabajar activamente para garantizar el acceso a una educación de calidad para todos los guatemaltecos, especialmente aquellos que viven en áreas rurales, el simple hecho de eliminar el magisterio y no crear más universidades públicas nos traduce cual es la importancia que las autoridades le brindan a la educación.  

La Revolución de 1944 es un hito histórico fundamental para Guatemala. Si bien es crucial recordar y conmemorar este acontecimiento, es igualmente importante reconocer que el camino hacia un desarrollo equitativo y con oportunidades para todos aún es largo. Lamentablemente, muchos gobiernos posteriores a la Revolución han desviado los esfuerzos iniciales, estancando el progreso y en algunos casos, incluso profundizando las desigualdades a través de la corrupción y el mal manejo de los recursos públicos.

Es por ello que invito a todos los ciudadanos a no solo celebrar la Revolución, sino a comprometerse activamente en la lucha por recuperar los ideales que la inspiraron. Debemos trabajar juntos para promover la justicia, la transparencia y la rendición de cuentas, y exigir a nuestros gobernantes que cumplan con su deber de servir al pueblo.

Etiquetas:

Todos los derechos reservados © eP Investiga 2024

Inicia Sesión con tu Usuario y Contraseña

¿Olvidó sus datos?