Aparece alguna noticia alarmante en las redes sociales, digamos que un aerolito va a chocar con la Tierra, y que según los cálculos la piedra espacial está apuntando a Guate, y saltan las reacciones de quienes no se conforman con leer sino comentan y opinan sobre todo, y se inmiscuye el jugueteo de ojalá caiga sobre el edificio del Congreso, u otro que cruza los dedos esperando que choque en Cobán (a saber por qué), otros en la casa de familiares o amigos, pero con tal chispa y ocurrencias que nos hacen reír, al punto que ya ni nos preocupamos sobre si es verdad el acontecimiento o un simple chiste, porque funciona, a todos nos gusta reír, así se olvida la gravedad de los hechos.

La noche del martes fue el debate entre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, y allí andábamos todos opinando al respecto con más interés que cuando se elige a nuestras autoridades, y rápido se dividen los grupos, porque unos juran que X venció a Y o a la inversa, y dan argumentos de lo más variopintos.   Para unos la candidata Harris demostró ser una fiera de la costa, de las que no se dejan y se van a las uñas, y para otros esa no pareciera ser una cualidad lógica para dirigir el país más poderoso del mundo, en todo caso que compita en estas tierras.   Para los primeros, ya ganó, y para los segundos fue su fin.   Y lo dicen con tal seguridad que hay que asustarse.   Sobre el candidato Trump, que ya estuvo en el cargo, los que lo apoyan dicen que lo vieron firme, con autoridad, mando, seguridad, y para otros estuvo acorralado por la actual vicepresidenta.  Los dos son figuras conocidas en todo el mundo, y nuestro destino quizá cambie o permanezca igual, porque son autoridades en otra dimensión, de otro tiempo, y Guate sobrevive bajo su peso, como juguete de plasticina, pero quizá no, porque de los chiquitos es mejor cuidarse, porque aquí hemos aprendido a subsistir bajo cualquier inclemencia, en huracanes y terremotos.   Y al rato saltan los memes y tiktoks, y los candidatos se transfiguran en animales o gente pública, y en signo de cualidades o defectos humanos, tan claros que los caricatureros no encuentran dificultad al hacer el trazo.

Se anuncia el fin del mundo y no hay problema en Guate, porque ya estamos sabidos, el tiempo pasa y todo se termina, y todos nos extinguiremos antes o después, y no hay autoridad humana que nos haga flaquear, menos en medio de la mayor limitación y presiones, porque somos aguantadores.  

Al preguntar por su satisfacción en el mundo, entre los más felices aparecemos los guatemaltecos, que escalamos alto, porque somos agradecidos, y sea lo que sea que seamos o hagamos, cada minuto se justifica .  Humor y resiliencia son cualidades de nuestra identidad.