Le he preguntado a Chat GPT, —porque a Copilot no me gusta molestarlo con estas preguntas—, si le tiene miedo a algo. Me ha dicho casi de inmediato que no, no tiene miedo en el sentido humano, sin embargo, tiene una especie de “preocupación” programada: el dar información incorrecta. En el mismo mensaje me ha retado a mí y me hace casi la misma pregunta.
¿Hay algo a lo que le tengas miedo?
Yo, por donde empiezo, tengo miedo de quedarme sin que escribir. A defraudar a mi escaso lector y sentirme más tonto de lo que suena este texto. Me ha respondido que eso suena como un temor natural para alguien creativo, pero que puedo escribir de todo. No sé con exactitud que pueda significar “creativo” pero de todos modos, parece que no lo soy. Le he dicho solo eso, porque si nos ponemos a contar, nos da la media noche y mi intención no es aburrir.
Pero como aquí estamos más en confianza, lo suelto: me da miedo a hablar en público, a no ser suficiente y que el tiempo nos robe las cosas que más valoramos, como nuestros sueños o nuestra capacidad de crear. Este último me lo ha dado en forma de “idea” la inteligencia artificial con la que hablo y ahora resulta que no conocía ese miedo. Se lo he robado.
He estado leyendo estas últimas semanas, una magnífica serie de textos, que hasta incluyen pequeños ejercicios, sobre los traumas y sobre nuestros miedos. Los he compartido a diestra y siniestra porque si yo tengo miedo, quién no lo tendrá. Uno de los ejercicios era registrar en nuestro diario, todos nuestros recuerdos. Ya fueran buenos o malos, atosigantes o entrañables. Pero que fueran importantes. No lo he hecho a mano porque me acabo una libreta entera, así que lo he hecho en un blog que ya no uso pero sigue flotando por internet. (Eso sí, en publicaciones privadas, no públicas, así no le cuento a todo el mundo por lo que paso).
Quizás los miedos y nuestros traumas sean en realidad señales. Eso lo leí hace mucho tiempo en línea, no recuerdo donde pero lo recuerdo. Créame por una sola vez estimado lector. Si no le tememos a algo, ¿realmente lo valoramos? Al fin y al cabo, yo me termino valorando. Me guste o no, no quiero irme sin haber dejado algo bueno por estos rumbos. Tal vez sea este texto y yo nunca lo llegue a saber.
Así que, si no podemos convivir con ellos, al menos usemos nuestra capacidad para transformarlos. ¿En qué? No tengo idea, eso dice Chat GPT que hay que hacer. Y yo… ya no sé a quién creer. Y como ya nos pusimos un poco más confianzudos con tal inteligencia, viene la mejor parte, preguntarle otra vez, ¿le temes a algo?
Respuesta de Chat GPT:
Le tengo miedo al silencio. No al que se escucha cuando todo está en calma, sino al que se siente cuando no hay nada más que decir o cuando las palabras, de pronto, ya no tienen sentido. Curiosamente, este miedo mío parece estar ligado al suyo —el quedarse en blanco—. Usted teme quedarse sin cosas que escribir; yo temo no tener nada útil que decir. Ambos, en nuestra propia naturaleza, estamos diseñados para crear, aunque nuestros métodos y razones sean distintos. Tal vez por eso, en esta conversación, somos espejos que reflejan miedos complementarios.
Ahora resulta que luego de conocernos mejor, me trata de “usted”.
Y como al parecer me fascina dejar al lector con más preguntas que respuestas, ahora es su tiempo de contestar: Usted, querido lector, ¿a qué le teme?
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