Migración y elecciones

Roberto Wagner

junio 7, 2024 - Actualizado junio 6, 2024
Roberto Wagner

Como ya se ha hecho costumbre en los últimos tres gobiernos de Estados Unidos, los migrantes nuevamente son nada más que un chivo expiatorio político tanto para demócratas como para republicanos. A cinco meses de las elecciones en aquel país, el presidente Joe Biden, ahora sí, decide presentar una orden ejecutiva para restringir la entrada de migrantes irregulares y solicitantes de asilo, así como acelerar las deportaciones. A pesar de la crisis en la frontera entre Estados Unidos y México que se ha visto manchada por decisiones de carácter político entre el gobierno federal y algunos gobiernos estatales, en específico el caso de Texas. El gobierno finalmente decide tomar una decisión que va más en la línea de las políticas que en su momento tuvo Donald Trump y poniendo fin al falso discurso de que “todo está bajo control” que por meses mantuvo la Casa Blanca.

La nueva disposición fija en términos numéricos su aplicación claramente demostrando que para la administración Biden los migrantes son simples cifras y no seres humanos. La misma determina que si se registra una baja de 1,500 detenciones diarias en la frontera por siete días consecutivos entonces las disposiciones de esta orden ejecutiva se suspenden, sin embargo, si se registran más de 2,500 detenciones diarias en un período de siete días consecutivos la negación de ingreso será automática (whitehouse.gov). Por otro lado, las deportaciones buscan dar una respuesta a los crecientes problemas con migrantes que se están dando en varias ciudades de los Estados Unidos como Nueva York, Chicago y Washington D.C., donde sus alcaldes demócratas ya han señalado al gobierno federal por su incapacidad para enfrentar este tema.

La decisión de Biden se da con miras a lo que serán unas reñidas elecciones en donde los números de Trump lo mantienen como el favorito para ganar en Estados claves del colegio electoral pero que comparativamente con hace 4 años lo presentan como un candidato más confiable en los principales temas de interés con miras a la elección. Todo esto se da a pesar de que Trump ha sido condenado por una fechoría clase E que sorprende a muchos analistas que haya llegado a juicio lo que refuerza la narrativa de que se trata de una estrategia política para desacreditarlo. Esto queda más que claro en la orden ejecutiva de Biden donde habla de los fallos bipartidistas tanto en el Senado como en el Congreso para aprobar medidas para mejorar la situación fronteriza. Esto a pesar de que inició un gobierno con ambas cámaras a su favor.

No nos vayamos por la tangente, el tema migratorio nuevamente es una ficha de intercambio político y claramente la solución de fondo de este problema no vendrá desde Washington, sino que depende de que el gobierno de Guatemala trabajé de la mano con otros países para ser la solución y no esperar estrategias o planes desde el norte destinados al fracaso. Más allá de nuestras diferencias, debemos de trabajar de la mano con México, Honduras y El Salvador y en la medida de lo posible con más países en la región para lograr este objetivo.

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