Escribo esta carta porque es la única forma de comunicación con vos, espero encontrar la forma de hacerla llegar. Te escribo desde el exilio y vos ahora estás en la cárcel, quién lo iba a imaginar que al conocernos nos estábamos organizando para cambiar el país no para ir a la cárcel y mucho menos salir al exilio, pero hay muchas cosas que no podemos contralar ni mucho menos cambiar y muchas otras que no dependen de nosotros.

Tengo que confesar que tu detención me tomó por sorpresa, jamás imaginé que esto te sucediera, por tu participación política, pero sabemos que la verdad puede más que la mentira, que el dolor enseña y nos da fuerzas y que estos no serán eternos y que no pasarán.

Estaba viendo una serie en la televisión, cuando mi compañero me dijo, vos, conocés a este chavo y me mostró el video en donde te estaban deteniendo, me puse a llorar y un golpe bajo de la historia y de la memoria, trajo a mi cabeza recuerdos de aquellos pasados días en los que soñamos y en los que teníamos reuniones largas a nuestros veinte años.

Vos y yo nos conocimos en el 2015, fue Mynor el que te invitó a sumarte en el 2016, a organizarnos colectivamente, yo como buena heredera de la violencia y la desconfianza de la guerra, siempre dudé del mundo, dudé de vos, dudé de mí, tenía mucho miedo de quien se acercaba, tuve la posibilidad de conocer a tu papá y de trabajar varias cosas con él y eso me permitió romper estereotipos y barreras mentales que son las más peligrosas y trabajar así, las desconfianzas en el hacer político.

Recuerdo que cuando nos conocimos me hablaste de lo que te había contado tu papá de mí, muchas veces me daba miedo que me dijeran esas cosas, que sabían de mi existencia por otros, porque siempre fui tachada de muy radical o más de algún chisme vulgar habría sobre mí, me costó mucho confiar y son cosas que ahora veo a la distancia y es parte de los aprendizajes.

Me dijiste que fue tu papá el que te dijo que era vital e importante sumarte, que participar podía cambiar las cosas, siempre me hablaste de lo conflictuado que era para tu papá muchas de las posiciones que le tocaron vivir, pero yo trabajé con él y pude ver al final muchos de los esfuerzos que hizo inclusive desde donde estaba para hacer caminar las cosas.

Hay cosas que siempre voy a recordar de vos y es tu compromiso, es la certeza de saber que caminamos con las convicciones bien puestas, con los sueños hasta el cielo y con las ideas de cambio que caracterizaron las “jornadas del 2015”. Siempre fuiste puntual y siempre opinabas desde la calma y la tranquilidad. Fuiste muchas veces agua donde varios de nosotros éramos un mar de fuegos y se necesitaban otras perspectivas para poder continuar.

Estuvimos al frente de movilizaciones que cambiaron la historia del país, estuvimos al frente de proyectos que soñaron ser construidos diferentes, fuimos los estudiantes de la universidad pública, los hijos de los de abajo que buscaron cambiar las realidades que han provocado los de arriba.

Sé que somos y éramos unos soñadores, vos seguiste el camino de los partidos políticos, en el cual te has desempeñado con valor y respeto mucho eso de tu trabajo, nos hiciste la invitación cientos de veces, pero la verdad para mí era difícil organizarme con capitalinos de clase media que no tenían idea y que creo aún no intentan conocer la realidad del país y, además, ya sabés vos como soy de beligerante.

Vos no estás preso por ser un delincuente o un criminal, vos no estás preso por haberte prestado a actos ilícitos, vos estás preso por oponerte a la ignominia del criminal Colegio de Abogados, vos estás en la cárcel por que hay una dictadura judicial que encierra las mentes valientes y las convicciones de la gente que está comprometida para que las cosas cambien.

Lamentablemente Guatemala funciona aún de forma feudal y colonial, hay grupos y no solo de oligarcas, sino se ha creado ya una clase política criminal que no quiere soltar privilegios, que no quiere soltar beneficios y han sido capaces de cualquier cosa para que el país se mantenga de la misma forma que hasta ahora ha mantenido el statu quo.

Con la cabeza de cara al sol y de frente sin nada que temer y deber al mundo, nos verán volver, vas a salir de la cárcel fortalecido y yo voy a poder regresar para seguir este camino que muchas personas empezamos hace mucho antes que nosotras y que solo es parte de un gran sueño colectivo que es, reparar la casa.

Atentamente,

Lucía Ixchiu