La Conjura

Helmer Velásquez

agosto 8, 2024 - Actualizado agosto 7, 2024
Helmer Velásquez

Cuando uno se toma el tiempo de vivir el pulso político de este país querido y seguir al pie de la letra los aconteceres y sus probables consecuencias, no tiene más conclusión, de que acá se fragua algo en contra de la precaria institucionalidad democrática y la voluntad popular. La memoria es traicionera, olvida lo que uno no quiere olvidar y refresca imágenes y acontecimientos que uno preferiría tener sepultados, es decir, no es cierto aquello que repetían los abuelos: el tiempo todo lo borra, cuando mucho atenúa el impacto, relativiza los hechos.

A que viene aquello, he tenido en la mente estos meses, los pasos seguidos por la ultraderecha chilena y Agencias de Inteligencia Norteamericanas para dar el golpe de estado, en aquel apreciado país del Cono Sur: desde las cacerolas, la acción política reaccionaria, los paros de camioneros, el sabotaje y las enormes campañas propagandísticas pregonando el “caos y el hambre producto de las políticas socializantes del gobierno del Doctor Salvador Allende”. La derecha política, por su parte, arguyendo el viejo Dios Patria y Libertad, conspirando con los cuarteles, creando desorden, anunciando al pueblo la llegada del ateísmo y el fin de las libertades. Coinciden mis recuerdos con conocer, qué ahora que en Guatemala los camioneros amenazan con un paro, los amigos del terrorismo piden cárcel para el presidente, una fugaz exministra, orgánica a la cámara de la Construcción, insinúa corruptela presidencial, a partir de pagos preferenciales a constructoras de obra pública; la señora aquella, de allá por la línea, en la misma sintonía, insiste en defenestración y cárcel al presidente, el COCODE de la Cañada calla, lo que se explica como asentimiento con los conjurados. Las comisiones para elección de cortes son entrampadas por sus propios miembros. Conocidos abogados al servicio de los poderes.

La idea genial de la conjura: crear imagen de caos e inoperancia pública. Siguen los pasos de un viejo libreto, lo único que les falta en la acción perversa es el Tío Sam, me parece que con la administración actual no lo tendrán de su lado, por ello y en vergonzosa actitud, hasta manta pro-Trump tenemos en la tierra de los chicharrones. Ridículo pero cierto. La conjura, gusta de azuzar viejos fantasmas, hasta el punto, que recientemente revivieron a la UASP, en una versión pálida y lumpeniana, pretendiendo ser expresión del pueblo descorazonado por alto costo de la vida y exclusión. Un viejo decálogo. Nada nuevo, ni creativos son los conjurados. La receta es la misma. Así, mientras se mantengan en esa actitud “política” el problema no trasciende, el pueblo organizado esta claro de las prioridades y las dificultades que enfrenta este gobierno para desplegarse y el boicot judicial con el que se le pretende cercar. Siguen viejas huellas de gorilas, como se decía antes. Lo aplicado con Allende, parece repetirse ahora en Guatemala. Allá en el culmen de la sedición, llegaron a la violencia. Asesinaron a Allende. Necesitaron de la aviación para realizar el magnicidio: Asesinar el Compañero Presidente. Así que, en Guatemala mientras esto sea solamente el sainete político que hemos conocido hasta ahora, podemos estar tranquilos y atrancar la puerta para que el pasado corrupto y criminal no pase. Si acuden a la violencia, la historia, de nuevo se teñirá de rojo, con sangre de pueblo, de demócratas. Lamentable nadie espera ello.

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