Siempre es bueno traer a relación las ideas de quienes han sabido calibrar uno de los problemas de esta Guatemala pluriétnica y entre los pensadores resalta a inicios del siglo XIX la figura de José Cecilio del Valle que escribió lo siguiente y que he tomado de uno de mis estudios sobre este verdadero prócer:
“Hubo una pausa al entrar otros alumnos a sentarse pero Valle prosiguió con aire doctoral dictando una clase en la universidad allá por 1821:
“No será el indio un ser degradado que, en su misma cara, en los surcos de su frente manifiesta las señales de su humillación. Será lo que es el hombre: un ser noble que en la elevación de sus miradas da a conocer su esencia. Esos americanos tristes y desmedrados que solo hablan ayes y suspiros se tornarán en hombres alegres y hermosos… No serán humildes como los esclavos… Tendrán la fisonomía noble del hombre libre”. Luego vino el debate y al final Valle vaticinó: “Cruzándose los ladinos y los indios con los españoles y suizos, los alemanes e ingleses que vengan a América, se acabarán las castas y la división sensible de los pueblos pues será homogénea la población…”.
Valle enseguida resaltó el valor de la estadística:
“Esta importante ciencia tiende la vista por toda la extensión de un país, y recoge los hechos que más interesan. Calcula las leguas cuadradas que hay en la superficie de su suelo, los individuos que corresponden a cada una, el número de hombres y mujeres, el de los que nacen y los que mueren, la tropa existente para mantener el orden, el espacio de tierra a que se extiende la agricultura, el que se destina a pastos del ganado y el que ocupan los bosques y baldíos, los artículos que forman los tres ramos de industria: agrícola, fabril y mercantil, los frutos y géneros de exportación […]; los ingresos y gastos de la hacienda pública y los ramos que la componen…”.
El anfitrión Castilla, también señaló que la estadística debería proporcionar el número de esclavos que hay en este Reino. Refirió que la esclavitud propició el crecimiento de los ingenios azucareros y las grandes plantaciones de productos tropicales. Con su trabajo dieron vida a las zonas depauperadas por la caída de la población indígena luego de la conquista y sobre ellos recayeron los más duros trabajos en ciertas partes de Mesoamérica: lavaderos de minas, transportes, sementeras y el servicio doméstico. Produjo un nuevo mestizaje. Y, con La Biblia en mano, leyó esta parte de la Biblia:
“Levítico 25:44-46: Asegúrate de que tus esclavos y esclavas provengan de las naciones vecinas; allí podrás comprarlos. También podrás comprar esclavos nacidos en tu país, siempre y cuando sean de familias extranjeras que vivan en medio de ustedes. […]. Pero ninguno de ustedes, los israelitas, debe dominar ni tratar con crueldad a sus hermanos judíos”.
Barrundia dijo que ese párrafo no tenía nada de cristiano. Prefería lo que dijo Platón quien instó a prohibir a los griegos a tener esclavos griegos y que mejor fueran “bárbaros”, pero eran otros tiempos. García Granados expresó que, si bien la esclavitud antigua ha desaparecido, para no hablar de los esclavos negros en este continente, se observa la misma condición a los servi-quotidiani, de los mancipia, de quienes en Europa aristocrática hasta la persona misma pertenece al señor como sucede con las que atienden las labores domésticas de ese grupo y de ciertas capas medias criollas y de la aristocracia indígena. Hay señores k´iche´ de linaje que tienen como siervos a muchos vasallos llamados ‘ajol, y otros que les trabajan sus tierras y los llaman macehuales”. Castilla añadió que los curas párrocos tratan bien a sus amas y sirvientas en general y hasta las hacen suyas. Y todos sonrieron. Otro dijo que hay muchas formas de esclavitud real que se dan en el agro, en las ciudades, en casi todas las culturas, incluso con las esposas que sufren maltratos de los esposos por culpa del machismo. Valle, al cambiar de asunto, indicó que había diferencias entre los pueblos originarios, aunque en cada etnia había clases y diferentes intereses en pugna y entre blancos y castas. Dijo que el estudio de la economía sacaría al Reino del atraso. Los objetos de estudio de la Economía Política son las clases sociales, los gobernantes y las naciones. Esa diversidad de actores en la sociedad mercantil es la que produce intereses e ideas enfrentadas. Con voz pausada y tranquila expuso:
“Cada asociación, cada pueblo, cada clase, cada individuo tiene intereses distintos, cada interés inspira diversas ideas, y a la variedad de ideas es proporcionada de opiniones y sistemas. Teniendo a la vista las luces que arroja el choque de tantos intereses, abrazando la serie infinita de pensamientos el espíritu del Economista se engrandece y aprende a crear ideas viendo cómo se han creado las que han ido recorriendo”.
Enseguida se preguntó: ¿Por qué hay países de abundancia y lugares de miseria? ¿Por qué se estanca la riqueza en uno o dos puntos solamente y no se distribuye por todos? ¿Por qué hay pobres y ricos? Este es el gran problema de la Economía Política. Y prosiguió:
“En un área de millares de leguas geográficas, cinco o seis ciudades ricas y mil pueblos infelices. Para corregir eso propongo que la riqueza se difunda por toda la patria sin excluir a los indígenas, marginados…”.
Más adelante recordó que la economía autárquica o de subsistencia de muchos pueblos originarios, que regula la legislación indiana sobre sus tierras comunales, contribuyen mucho al bienestar de todos. Unas son para el común repartimiento, que se asigna a cada cabeza de familia o tributario para el sustento familiar; el área de los pastos y montes para el ganado del común. Y las tierras reservadas a los cabildos para las necesidades de estos y de sus pueblos, de donde extraen fondos para el pago de sueldos, trámites judiciales, obras públicas, festividades… Y enfatizó:
“Los indios forman la mayor parte de la población; es imposible que haya prosperidad en una nación donde no la gozare el máximo. Patriotas si queréis que sea feliz la patria trabajad para que lo sea el mayor número posible de sus hijos. Todo está enlazado en las sociedades políticas. La infelicidad de unos la produce al final en otros”.
Para concluir, expuso su pensamiento liberal: “Los puertos de Guatemala deben abrirse a todas las naciones del mundo. Que vengan al Golfo y Acajutla, a Omoa y Trujillo, a San Juan y al Realejo los comerciantes de todos los pueblos del globo. Cuanto más grande sea su número tanto más crecido será el de compradores…”.
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