Inicia el 2025

¿Habrá transparencia, diálogo constructivo e inversión?

Mariana Rohrmoser

enero 7, 2025 - Actualizado enero 7, 2025
Mariana Rohrmoser

Está por comenzar el segundo año del Gobierno del Presidente Arévalo y a medida que avanza se enfrenta a retos significativos que demandan decisiones firmes y estratégicas.

La transparencia y el desarrollo económico no son objetivos aislados; son pilares interdependientes que, bien manejados, pueden transformar la realidad nacional.

El principal desafío para este gobierno radica en desmantelar un sistema arraigado en la opacidad y estructuras corruptas que minan el desarrollo del país.

A pesar del reciente aumento del salario mínimo en un 10%, el cual puede considerarse como un gesto positivo para mitigar el aumento del costo de vida, este esfuerzo resulta insuficiente y poco integral en el marco de la crisis que afecta a la mayoría de los guatemaltecos.

A finales de 2024, la población esperaba un mensaje más sólido y transformador, sin embargo el anuncio se limitó a confirmar ese aumento salarial, cuando lo que debe realmente lograrse es una estrategia que alcance un correcto y eficiente actuar de la Contraloría General de Cuentas que garantice una fiscalización efectiva de cada gasto público, así como la implementación de esfuerzos ampliamente coordinados para implementar un plan que motive, facilite y promueve la auditoría social y propicie la rendición de cuentas.

Otra acción que merece una atención urgente es el fortalecimiento del sistema judicial.

Sin estos elementos antes citados el Estado de Guatemala no verá esa luz que propicie cambios sustanciales y seguirá destruyendo la esperanza que muchos guatemaltecos contemplaron cuando eligieron al presidente Arévalo, las cuales suponían decisiones firmes y valientes que proyectaban un verdadero cambio.

Sin embargo, iniciando el año, la sensación que circunda en el ambiente es ese letargo en el sector justicia e inversión, teniéndose ya ese incremento al salario mínimo, que, aunque significativo para muchos, el mismo no resolverá las profundas desigualdades ni la crisis que afecta a las familias guatemaltecas.

Tratando siempre de predominar en mis opiniones la crítica constructiva y propuestas, número y expongo las siguientes acciones a tomar:

  • Transparencia como base del cambio, implementando una plataforma de acceso digital, que sea realmente eficiente y amigable, la cual permita a los ciudadanos rastrear incluso en tiempo real la ejecución presupuestaria.
  • Priorizar reformas sustanciales a la Contraloría General de Cuentas, para que fiscalice eficazmente el uso de los fondos públicos.
  • Trabajar por el fortalecimiento del sistema de justicia, impulsando acuerdos legislativos que realmente garanticen la independencia judicial, incluyendo reformas para combatir la impunidad y proteger a los operadores que imparten la misma.
  • Crear alianzas con organizaciones de la sociedad civil para monitorear y acompañar dichas reformas.
  • Lograr la transformación económica inclusiva, fomentando un modelo económico realmente efectivo que priorice la creación de empleos formales mediante incentivos a las pequeñas y medianas empresas.
  • Vincular este aumento del salario mínimo con políticas integrales que incluyan control de precios básicos, acceso a financiamiento para emprendedores y reducción de la informalidad laboral.
  • Lograr la descentralización y participación ciudadana, transfiriendo competencias y recursos a los gobiernos locales, asegurando que las comunidades sean protagonistas en la planificación y ejecución de los proyectos de desarrollo, bajo una activa y efectiva auditoría social.
  • Institucionalizar espacios de participación ciudadana para involucrar a diversos sectores en la creación y evaluación de políticas públicas, fomentando el diálogo sincero, profundo y proactivo.

En conclusión, el éxito de este gobierno dependerá de su capacidad para trascender las expectativas de corto plazo y responder a las demandas estructurales de una ciudadanía cansada de promesas incumplidas.

Bajo esta premisa, el año 2025 debe marcar un nuevo capítulo en la historia de Guatemala, uno en el que el gobierno y la ciudadanía trabajen juntos para construir un país con una cultura por la transparencia, en donde se priorice la justicia, el desarrollo económico y la prosperidad.

La ciudadanía debe ser parte activa del cambio, siendo partícipe de constantes auditorías sociales, exigiendo rendición de cuentas y siendo un contrapeso constructivo frente al poder.

Por su parte, el presidente Arévalo tiene la oportunidad de liderar con valentía y determinación el rumbo de este país, demostrando que el progreso es posible cuando se antepone el bienestar común sobre los intereses individuales, bajo un liderazgo democráticamente definido, estratégico, sólido y fuertemente cohesionado con todos sus sectores, trabajando dentro del marco de la legalidad.

Si gobierno y sociedad caminan de mano, fortaleciendo la confianza mutua y priorizando las necesidades de los más vulnerables, Guatemala podrá superar los desafíos actuales y abrir las puertas a un futuro lleno de esperanza y oportunidades.

El tiempo de actuar es ahora y con esfuerzo conjunto, el 2025 puede ser el inicio de la materialización de los caminos ya trazados y convertirse en el año que pueda transformar para bien a este magnífico país y liberarlo de las oscuras cadenas corruptas que les impiden ese progreso a las generaciones futuras.

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