Fiscalizar el poder

Elías Talé     julio 23, 2024

Última actualización: julio 22, 2024 7:26 am
Elías Talé

En más de una ocasión, el presidente, ministros y otros funcionarios públicos han basado sus acciones en videos virales, noticias o investigaciones de medios independientes que exponen las preocupantes condiciones en las que se encuentran diversas entidades gubernamentales. Entre los ejemplos más notables se encuentran el despido de la exministra María Iturbide por el uso indebido de vehículos oficiales y el retiro de agentes de la Policía Nacional Civil que prestaban servicios a personajes que muy bien podrían costearse seguridad privada pero han preferido robarle al pueblo de Guatemala. Estas situaciones recurrentes parecen indicar un patrón preocupante.

El gobierno tiene la labor ardua de cambiar el sistema disfuncional y en decadencia en el que vivimos. No es una sorpresa saber que las instituciones de gobierno tienen al frente a personas que no tienen el don de servicio. El cambio que esperan muchos guatemaltecos no solo es de forma, sino de fondo. Es necesario seguir trabajando para cambiar la situación tan trágica que atravesamos. El presidente Bernardo Arévalo, junto a su equipo, suelen brindar una reacción y luego pasan a tomar medidas. Ante el ojo público se han tomado acciones, pero según lo expuesto en redes sociales u otros medios, la situación es grave. Si los videos o notas periodísticas no salieran a la luz, ¿las cosas seguirían igual?

Ante lo expuesto anteriormente, es necesario resaltar la importancia de la prensa independiente en un país democrático. La información divulgada no solo ha servido para informar, sino también para exigir acciones que mejoren las condiciones en las que vivimos. Los políticos y trabajadores del Estado suelen olvidar que su salario proviene del pueblo de Guatemala. Se burlan en nuestras caras y no muestran respeto hacia la población que lucha día a día para salir adelante. Las malas prácticas en el ámbito público son el resultado de pésimas gestiones y líderes que fomentan el mal uso de los recursos públicos. Esto debe cambiar con el tiempo.

Cuestionar, analizar, fiscalizar e investigar son actividades peligrosas para quienes se atreven a realizarlas. Durante muchos años, el Estado guatemalteco no ha garantizado la seguridad a los ciudadanos que se han atrevido a hacerlo, no existe una cultura de rendición de cuentas por parte de los trabajadores públicos, principalmente en aquellos que manejan fondos públicos. Sobre todo, el principal problema que se debe exponer es que los legisladores no se han preocupado por formular y aprobar leyes a favor de la prensa independiente, hacen falta garantías que brinden seguridad a quienes se atreven a fiscalizar al poder. Varios periodistas han tenido que recurrir al exilio por el alto riesgo que corren sus vidas al exponer investigaciones o críticas incómodas hacia personajes oscuros. Brindarles seguridad, libertad y respeto a la prensa marcaría un cambio positivo que nos dirigiría hacia el desarrollo.

Exponer situaciones que afectan a la población no debe ser un delito. La verdad no incomoda cuando se actúa con rectitud. Caso contrario, genera alarma o amenaza a quienes han incurrido en un delito. La lucha por la libertad de prensa no es exclusiva de los periodistas; todo el pueblo tiene derecho a estar informado. No podemos vivir en la ignorancia mientras abusan de nuestra patria. El rol crítico y fiscalizador hacia el poder debe seguir, es necesario sumarnos a esta causa y exigir al Congreso de la República que legisle a favor de los intereses del pueblo.

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