Guatemala es un país de rica diversidad cultural, donde coexisten múltiples idiomas, tradiciones y cosmovisiones. A pesar de ser mayoritarios en términos poblacionales, los pueblos Maya, Xinca y Garífuna han experimentado históricamente mayores niveles de desigualdad y exclusión. Estos grupos han enfrentado barreras significativas para hacer oír sus voces y acceder a oportunidades equitativas, lo que ha limitado su participación en la toma de decisiones que afectan sus vidas. Es positivo reconocer los esfuerzos de la X Legislatura por establecer mecanismos de diálogo como el de «puertas abiertas», que buscan fomentar una comunicación más cercana con la sociedad civil.

Los Diálogos entre el Organismo Legislativo y los Pueblos Indígenas para la Construcción de la Política de Pueblos Indígenas representan un avance significativo hacia una Guatemala más inclusiva. Como participante en uno de estos diálogos, puedo afirmar que los pueblos indígenas han demostrado tener una visión clara y contundente sobre cómo mejorar la gestión pública y cómo responder de manera efectiva a las necesidades de las grandes mayorías.

En la mesa de trabajo en la que tuve la oportunidad de participar, surgieron valiosas propuestas que podrían mejorar significativamente el servicio público, de las cuales quisiera mencionar algunas:

• Descentralización de los servicios: Existe una evidente brecha entre las leyes y su aplicación en la realidad, a pesar de poseer una ley de descentralización o incluso tener avances tecnológicos, la centralización de servicios dificulta la prestación oportuna y eficiente en las comunidades. Los pueblos exigen que el Estado, particularmente el organismo legislativo, se acerque a las comunidades para brindar una atención más personalizada y oportuna.
• Reformas a la Ley Orgánica del Organismo Legislativo: La rendición de cuentas es un principio fundamental en cualquier democracia. Los legisladores, como representantes del pueblo, deben ser evaluados por sus resultados y sujetos a sanciones, incluyendo la revocación del cargo, en caso de incumplimiento de sus funciones o de actos de corrupción.
• Revisión de los Acuerdos de Paz: A pesar de su importancia histórica se debe reconocer que los Acuerdos de Paz fueron un instrumento que no favoreció a los pueblos indígenas. Es necesario revisar y reformular estos acuerdos para que respondan a las necesidades actuales y a las demandas de las comunidades.

Estas son solo tres de las once propuestas generadas en la mesa de trabajo donde tuve el honor de participar, junto a hombres y mujeres comprometidos que, de manera desinteresada, dedican su tiempo y esfuerzo a construir un mejor país. A lo largo de los años, muchos diputados han ocultado su origen indígena, lo que ha impedido una verdadera representación de los pueblos originarios.

Departamentos con una significativa población indígena, como Totonicapán, Sololá y Quiché, han sido históricamente representados por personajes que no merecen ser los voceros de estos pueblos honorables, los pasados y actuales servidores públicos velan por su propio interés antes que el bienestar de sus comunidades.

Se deben redoblar los esfuerzos para construir un país más unido, organizado y con igualdad de oportunidades. La exclusión de la única mujer indígena de la junta directiva del próximo año, nos muestra claramente que aún persisten prácticas excluyentes en el Congreso. En contraposición a lo que indica el diputado Nery Ramos, excluyendo a la única representante de pueblos originarios se sigue perpetuando malas prácticas.

Con gran expectativa, espero que el informe de resultados del diálogo entre el organismo legislativo y los pueblos indígenas marque un antes y un después en la relación entre el Estado y nuestras comunidades. Este documento contiene propuestas concretas para avanzar en el reconocimiento y garantía de nuestros derechos, es momento de escuchar y trabajar para todos los pueblos que conformamos Guatemala.