Educación ambiental en tiempos festivos

Elías Talé

diciembre 10, 2024 - Actualizado diciembre 9, 2024
Elías Talé

El cambio climático, un problema cada vez más acuciante, afecta nuestras vidas de múltiples maneras, incluida la economía. A pesar de su evidente impacto, aún no ha logrado la atención global que merece, ahora bien, nuestras autoridades aún no han tomado decisiones contundentes para frenar esta situación preocupante. Un tanto irónico, sabiendo que Guatemala es celebré por su flora y fauna.

Los negacionistas ambientales ignoran la evidencia clara del cambio climático, la disminución de ríos, cuencas y lagos, el aumento en los costos de alimentos y los cambios extremos en las temporadas climáticas son pruebas irrefutables; las cosechas no son tan fáciles de producir, las temporadas de lluvias tardan, mientras las temporadas de calor aumentan a grados nunca antes vistos, es hora de reconocer que la naturaleza nos está enviando señales claras.

Las festividades que se aproximan son una oportunidad para educarnos en temas ambientales, debemos celebrar la vida y no el consumismo excesivo. Es momento de ejercer prácticas sostenibles para reducir nuestra huella ecológica, cada acción cuenta para preservar nuestros recursos, las acciones que tomemos en el presente tendrán impacto en el futuro.

La Ley de Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente, en su artículo 1 indica: “El Estado, las municipalidades y los habitantes del territorio nacional, propiciarán el desarrollo social, económico, científico y tecnológico que prevenga la contaminación del medio ambiente y mantenga el equilibrio ecológico.” Los festejos que se aproximan están relacionados estrechamente con la generación de una gran cantidad de residuos, muchos de ellos tóxicos como los provenientes de los fuegos artificiales. Estos residuos contaminan el aire, el suelo y el agua, afectando nuestra salud y la de generaciones venideras, sin darnos cuenta estamos acortando nuestra propia vida.

Asociado  a lo anterior la Ley de Educación Ambiental en su artículo 3 nos indica: “Se declara de urgencia nacional y de interés social, el fomento, la difusión y promoción de la educación ambiental” A pesar de ser calificado como “urgencia nacional”, con el paso de los años nos damos cuenta como los gobiernos y servidores municipales no le ponen interés a educación ambiental, incluso ellos mismos fomentan estás malas prácticas, es imprescindible que cada uno de nosotros desarrolle una conciencia ecológica. La contaminación afecta a todos, pero especialmente a las poblaciones más vulnerables, es necesario abordar esta problemática de manera conjunta, ya que la pobreza y la degradación ambiental están estrechamente relacionadas.

Ante esta situación, es esencial que Guatemala ratifique el Acuerdo de Escazú, la ciudadanía debe estar informada sobre cómo se invierten los recursos públicos en protección ambiental y cómo se garantiza la seguridad de los defensores ambientales. Uno de los principales problemas que suceden al defender a la madre naturaleza es la criminalización, este problema grave debe abordarse de inmediato.

La naturaleza es nuestra fuente de vida, estamos en la obligación de cuidarla y respetarla para garantizar nuestro bienestar y el de las futuras generaciones. Celebremos las próximas fiestas con consciencia ambiental, recordando que cuidar el planeta es cuidar de nosotros mismos.

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