El mundo contemporáneo se caracteriza por ser inestable, volátil y lleno de incertidumbres. Nada de lo que se creía una conquista alcanzada está asegurada, sea esta política, económica o social. Creíamos que la democracia llegó para quedarse y el año pasado estuvimos a un paso de sepultarla cuando el pacto de corruptos buscó hasta el último momento de la transición, perpetuarse en el poder.
Creíamos que el poder electoral solo tenía margen para mejorar y fuimos testigos de cómo se atropelló dicha institución por parte de un MP comprometido con el plan golpista, llevándose por el suelo el prestigio que en algún momento llegó a tener la institución electoral del TSE.
A nivel internacional las amenazas de conflicto se multiplican día a día y el famoso orden mundial emanado de la segunda guerra mundial ha quedado en la historia, dando lugar a un desorden multipolar y al resurgimiento de fuerzas fascistas que se pasean en las redes sociales sin el menor rubor.
Lo políticamente correcto quedó para los mojigatos que no se atreven a mostrar sus más bajos instintos luciendo discursos racistas, anti derechos, pro corrupción e impunidad que las mafias reclaman para revertirse de legitimidad.
El surgimiento de este nuevo medio en el momento más crítico y oscuro para el periodismo nacional, incluso más peligroso que en épocas de dictadura atestigua la frase que titula esta columna. El empoderamiento de gobiernos corruptos (tres al hilo Pérez, Morales y Giammattei) que encontraron en el periodismo independiente a su peor enemigo, desplegaron estrategias anti democráticas para derribar el pilar del periodismo, sabedores que sin él, los abusos y la corrupción se impondrían, desplegando planes para sabotearlos económicamente y perseguir a sus principales exponentes.
Este medio es herencia directa del legado periodístico de José Rubén Zamora Marroquín, quien guarda prisión desde hace 17 meses castigado por la ira del aprendiz de dictador Alejandro Giammattei, al verse descubierto en su orgia de corrupción por muchos de los trabajos investigativos publicados por el extinto elPeriódico.
Si bien vivimos una época donde el fascismo y las mafias políticas y económicas reclaman patente de corso, las sociedades también cuentan con ejemplos inspiradores como el de José Rubén Zamora para defenderse y mantener viva la esperanza de un mundo mejor.
Por eso aunque los vientos sean huracanados y los pronósticos nada halagadores, las reservas de liderazgo valiente y coherente como el que prodiga Chepe Zamora, se constituyen en los mástiles indispensables para impedir el naufragio del país ante los cantos de sirena de populistas y fascistas y fuente de inspiración para el surgimiento de proyectos prometedores como este medio que nace valientemente en tiempos recios.
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