Mi libro, Recuerdos del Corazón (octubre 2024), tiene una amorosa alfombra roja, lo que llaman “Prólogo”. Fue escrito en breves párrafos por mis hermanos y mi maestra mayor. Les comparto los extractos que más me conmovieron:

Garín, mi hermano mayor, escribió: “Este libro es una invitación de Andrés para poder ver el mundo a través de sus ojos. Normalmente vivimos el mundo que él nos ilumina con su luz intrínseca, pero rara vez nos ponemos genuinamente en sus zapatos para apreciarlo como él lo hace. Solemos admirar con ternura sus obras de arte, pero es muy diferente apreciar el producto final a entender el proceso creativo que atraviesa: la elección de colores, el título que le pone, el momento que captura, todas las decisiones que vienen desde el centro de su humanidad y que son más difíciles de observar.

“Andrés es una persona que evoca un profundo sentido de amor puro, encarnado en su nivel más alto. Uno no suele conocer el amor incondicional hasta que se topa con Andrés. Nos recuerda lo frágiles que somos los seres humanos, pero también nos recuerda lo fuertes que podemos ser. Nos recuerda que hay cosas por las que merece la pena mentir, pero que es más importante luchar por las cosas por las que merece la pena decir la verdad. Andrés no sabe más que decir la verdad, su verdad. Este libro contiene la oportunidad de conocer una parte de su verdad y de su amor. Cada palabra/imagen es un recordatorio de que todos compartimos una misma humanidad a través de miles de verdades distintas y únicas. Nada me enorgullece más, como su hermano mayor, que verlo realizado: es una lección para todos nosotros y un logro personal sin igual.”

Hela piensa esto: “Andrés ve la vida como todos deberíamos de verla, como una experiencia que hay que disfrutar, sobre todo lo que puede descubrir e imaginar. Ve la vida como un mundo de posibilidades y de aprendizaje y la ve con un carisma que muchos podrían envidiar. Y así es él. Pero Andrés no es un niño eterno. Andrés es un científico, un poeta, un músico, un artista, un filósofo, un chef, un escritor, un actor, es un hermano maravilloso y un hijo extraordinario. Es el mejor maestro de vida que he tenido y siempre será el regalo más grande que ha llegado a mi vida. Siempre estarás en el corazón de cada persona a la que le regales tu sonrisa.”

Adri, mi chiquis, me dice: “Andrés es un espacio seguro. Es rutina, perseverancia, estabilidad, compasión, risa, ternura y mucho cariño, tantísimo cariño. Él, a lo largo de su vida, ha estado construyendo un mundo desde el amor y lo salpica a quien se cruza en su camino. Éste es cada vez más grande porque mi chiquis ama mucho, ama tanto, e invita a quien conoce. Es un mundo de curiosidad, compañía y apapachos. De aprendizajes, tropiezos y perdones. De equilibrio, de unión. Estas páginas están llenas de pequeñas pinceladas de ese su mundo. Creo que ahora nos toca seguir su norte y hacer de nuestros mundos espacios seguros también. Para el resto y para nosotros/as.”

Titus, el gran Titus: “No hay mayor goce en este mundo que aquel que es genuino y puro. La sensación de olvidarse del ayer y el mañana y poder aprovechar el pasar del tiempo, por más breve que sea, al lado de una persona que no se le escapa un solo segundo para demostrar el porqué es quien es y la razón de la gran estima que gira a su alrededor. El poder de proyectar y seguir el camino, de una manera firme y sin tambaleos. La inamovilidad y la determinación para hacer énfasis en lo que considera bien y justo. Todo esto es parte de una esencia y más específicamente de una que tiene una misión y no tiene miedo a luchar por ello a través de la perseverancia. No hay una mejor expresión de lo que es el amor, y sin duda, Andrés es una persona ejemplo de lo que es luchar por lo que queremos y que se puede hacer una gran belleza del camino que hacemos al reforzarlo con esfuerzo y dedicación.”

Ahora viene Nico, el benjamín de la familia: “Andrés es un ser de luz y felicidad, que contagia a todos los que lo rodean. Convierte un momento triste en uno feliz, y uno feliz en algo perfecto. El amor y la preocupación que lleva dentro son incomparables, y su genuinidad nos permite sentirnos realmente cómodos a su alrededor. Ha sido mi compañero desde que nací y lo seguirá siendo. Es mi mejor amigo. Tiene una inteligencia emocional increíble, aunque muchos a lo mejor no la entiendan.”

Cierro el círculo con Jenny, mi maestra principal: “Conociendo a Andrés durante más de nueve años, gozando de su risa, su alegría y su palabra precisa, quiero compartir con quienes lo conocen y aman una mirada al desafío y la sabiduría que de niño a joven ha logrado la mente y el alma de un ser de luz. Y, aún más, quiero que mis conversaciones con Andrés sean leídas y meditadas por aquellos, que sin las dificultades que él tiene que superar cada día, caminan la vida dibujando sombras y creándose obstáculos. Lo que plasma en su libro son gotas de las innumerables respuestas entusiastas y creativas con las que Andrés ha aprendido a vivir la vida.”