Al mismo tiempo que escribo estas líneas, la exfiscal Virginia Laparra anuncia su exilio, siguiendo la sentencia condenatoria en su contra que operó como venganza personal de aquellos a los que denunció e investigó en su momento. El tiro de gracia de los patos a la escopeta me ha entristecido muchísimo, especialmente porque me cuesta dimensionar qué cosas nos han llevado a tener todo un aparato institucional de cobranza de vendettas y criminalización de enemigos que se hace llamar sistema de justicia.
El país que avaló la salida al exilio de Virginia Laparra es el mismo que expulsa todos los días a miles de guatemaltecos en búsqueda de una vida que hoy no pueden tener acá. ¿Qué cosas han sucedido que nos convirtieron en un país que arranca a sus hijos de la tierra y los expulsa? ¿Por qué este no es un país para vivir?
Con apenas unos días de antelación al exilio de Laparra, finaliza la Feria Internacional del Libro en Guatemala, efímera meca de la lectura en el país. Un evento cultural que atrae a miles alrededor del acto formativo por excelencia (la lectura), es una ocasión ideal para revisitar nuestra historia y nuestro contexto, para estudiar todo lo que nos ha llevado hasta acá.
El contexto actual nos exige lecturas furiosas, críticas e incisivas para desentrañar nuestro pasado, cuestionar nuestro presente e imaginar nuestro futuro. Todo presente es un llamado urgente a reacomodar nuestros pasos, y este, particularmente, nos interpela sobre la dirección en la que labramos el camino.
Porque no podemos labrar un camino sin saber a dónde queremos ir, es preciso que sepamos dónde estamos y cómo hemos llegado acá. Por eso, y para adicionar algunas recomendaciones a las abultadas listas de pendientes que han quedado luego de la FILGUA, propongo algunas lecturas que estoy convencido que evalúan con ojo crítico el país que hemos ido construyendo.
La primera recomendación es Las élites industriales en Guatemala de Paul Dosal. En esta obra, Dosal traza la evolución de las élites económicas del país desde finales del siglo XIX hasta finales del siglo XX. Es un examen minucioso del proceso de adquisición de influencia política y económica por parte de estos grupos empresariales que, aún hoy, mantienen considerables cuotas de poder.
La visión crítica y profunda de las dinámicas económicas y políticas que han moldeado Guatemala permite entender el ascenso y la consolidación de las élites industriales, así como la construcción de las estructuras de poder y desigualdad que persisten hasta nuestros días.
En su libro Colonialismo y Revolución, el sociólogo Carlos Guzmán-Böckler ilustra cómo las estructuras de explotación y opresión establecidas durante el período colonial han persistido a lo largo de los siglos, resalta los esfuerzos de la breve experiencia de la Revolución del 44, identifica la brutalidad con la que el estado ha respondido a las demandas de cambio, especialmente durante el Conflicto Armado Interno y estudia el origen de la identidad “ladina” como un esfuerzo de apartarse de lo indígena y asemejarse a lo europeo.
La perspectiva histórica que proporciona el libro resulta indispensable para entender las profundas raíces de los problemas sociales, económicos y políticos de Guatemala.
Además de entender las dinámicas de las élites empresariales y las estructuras de opresión, para entender la construcción del estado guatemalteco moderno en la posguerra vale la pena leer Undermining the State from Within: The Institutional Legacies of Civil War in Central America (Socavando el Estado desde dentro: las herencias Institucionales de la Guerra Civil en Centroamérica) de Rachel Schwartz.
Schwartz realiza un estudio sobre las dinámicas de las élites que han socavado las instituciones desde dentro, que permite comprender mejor los desafíos que enfrenta el país sobre gobernabilidad, justicia y desarrollo económico. El libro hace un análisis detallado del funcionamiento de la corrupción sistémica y del debilitamiento de las instituciones desde los procesos de construcción del estado.
Finalmente, propongo la lectura de The Guatemalan Military Project: A Violence Called Democracy (El proyecto militar guatemalteco: una violencia llamada democracia), de Jennifer Schirmer. La autora estudia las dinámicas de poder militar en Guatemala y sus efectos a largo plazo en la sociedad, haciendo un recorrido por las profundas raíces de la violencia estatal y el impacto de la justicia por las graves violaciones a derechos humanos del pasado. Además, propone una crítica aguda de la relación entre militarización y democracia, cuestionando las narrativas que justifican la violencia estatal como un medio para preservar el orden democrático.
De estas cuatro lecturas he obtenido siempre dos cosas: muchas preguntas sobre el país en el que vivo y una claridad reveladora sobre las fuerzas que han moldeado nuestra realidad. De esas inquietudes resulta la necesidad imperiosa de hacer que las cosas cambien. Llenar nuestra mente de preguntas es un compromiso valioso, un acto silencioso de rebeldía intelectual. Como canta Gil Scott-Heron, “The revolution will not be televised.”
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