Acueducto de Pinula

Para su construcción se siguieron los lineamientos de la ingeniería romana, con arcos elevados y canales hechos de ladrillo y mampostería que servían para la conducción del agua.

María Elena Schlesinger

mayo 5, 2024 - Actualizado mayo 4, 2024

Cuando se acordó el traslado de la ciudad de Santiago a una nueva locación, a raíz de los terremotos de Santa Marta (1773), se le encomendó al Arquitecto y Fontanero Mayor, Bernardo Ramírez, investigar los caudales de agua en el Valle de la Ermita o de la Virgen y proponer la ingeniería adecuada para llevar el suministro del agua a la que sería la nueva capital del Reino.

Don Bernardo realizó varias visitas de campo en el valle o llano, como se le llamaba entonces, y determinó que el caudal del río Pinula, que nace en el Sureste de la ahora cabecera departamental de San José Pinula, era suficientemente grande y caudaloso para surtir a la nueva capital.

En sus notas, el experto puntualizó que debido a los bajos niveles y a las planicies de los terrenos del valle, anegados hasta formar lagunas durante los copiosos meses de lluvia, de mayo a octubre (Tívoli y zona 9), la solución sería aprovechar la elevación del montículo indígena de talpetate localizado al sureste del valle y construir un acueducto para la conducción del agua.

Al respecto de este proyecto hidráulico, Ramírez hizo constar en documento de época: “Se comenzó a introducir la del río de Pinula, y en parte determinada se construyó una presa con su criba; desde donde salió la taujía con varios tiros y rumbos, bajando del llano que nombran De la Culebra por el borde o camellón que nombra este paraje”. (Gavarrete y Luján).

El Acueducto de Pinula o de la Culebra, junto con el sistema integral de aguas de la nueva capital, se comenzó a construir en el año de 1776, el mismo año del traslado, por lo cual sabemos que los primeros colonos tuvieron problemas con el abastecimiento de agua, y quedó finalizado en 1786.  Fue construido a partir de un sitio llamado El Cambray, y atravesaba el barrio de la Villa, el Boulevard 30 de junio o Avenida de la Reforma, Boulevard Liberación y Avenida de la Castellana, terminando en la planta central que se llamaba Cuarto de Trompeta ubicada en la 19-20 calle de la 2da y 3era Avenida de la zona 1, hoy Avenida Bolívar.

Para su construcción se siguieron los lineamientos de la ingeniería romana, con arcos elevados y canales hechos de ladrillo y mampostería que servían para la conducción del agua. El acueducto contaba con un sistema interno de desniveles para hacer que el agua aumentara de velocidad y presión, con cámaras internas para atrapar los desechos sólidos.  El acueducto dejó de funcionar a mediados del siglo XIX.  Nuestros antepasados describían la impureza del agua como “color de chocolate”, porque de los grifos salía lodo, diciendo en burla que al abrir los de la pila salían sapos y culebras.

En las casas de habitación de entonces, el agua chocolatosa del chorro de la pila era filtrada, entre otras formas, por medio de unos grandes filtros de piedra porosa en forma de embudo que generalmente se colocaba en el segundo patio de la casa. El embudo de piedra era sostenido en un trebe de hierro, dándole la altura suficiente para colocar debajo una tinaja botijona en donde caía, gota a gota, el agua purificada por miles de capas de piedra. Después de este proceso, el agua que llegaba a los vidrios, cristales y pocillos desportillados de peltre de la mesa familiar, era cristalina, fresca y con un delicado sabor natural a montaña y a barro.

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