“Están allanando la casa de Jose Rubén”. La voz al otro lado del teléfono era de Lucy, subdirectora de elPeriódico. Eran aproximadamente las 12:00 del mediodía del 29 de julio de 2022, un año que marcó un antes y un después en la vida de ese medio y del periodismo guatemalteco.
La frase se quedó en mi cabeza como un eco. Busqué más información, fuentes que me dieran más detalles de algo que me parecía inaudito. Ningún medio serio había publicado la noticia, solo los netcenter, que llevaban meses recibiendo información directamente del Ministerio Público (MP) tenían, desde horas antes, tuits que anunciaban lo que estaba sucediendo.
Pronto los medios de comunicación empezaron a publicar sus reportes. Emisoras Unidas entrevistó en vivo al fiscal Rafael Curruchiche, jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), quien confirmó el allanamiento y aseguró que la persecución contra Jose Rubén era en su calidad de empresario, no de periodista. Sus actos contradijeron rápidamente sus palabras: horas después, la FECI ejecutó un allanamiento en las oficinas de elPeriódico, lugar donde funcionaba la rotativa del medio.
El personal administrativo que estaba esa tarde en la oficina fue retenido durante más de 16 horas. No podían comer, tomar sus medicamentos o hablar con sus familiares en el exterior. El taller donde se imprimiría el medio quedó totalmente sitiado, nadie podía entrar o salir.
Pronto intuimos que el propósito del allanamiento era impedir que imprimieramos la edición del 30 de julio, en la que informaríamos sobre la captura de Jose Rubén, la retención de su familia, entre ellos dos menores de edad, el allanamiento al medio de comunicación y demás vejámenes que la Fiscalía había cometido en un caso del que se negaban a darnos información.
La edición impresa fue posible gracias a la solidaridad de otro medio de comunicación, que prestó su rotativa y esperó hasta pasada la medianoche para imprimir elPeriódico. Al día siguiente, antes de que los fiscales abandonaran las oficinas del medio y de que una jueza ejecutara una exhibición personal para verificar que nuestros colegas estaban bien, circuló la edición número 9,279 de elPeriódico, medio que por casi tres décadas investigó y denunció la corrupción a pesar de las amenazas contra su fundador y sus periodistas.
Pero el MP no renunció a su intento de silenciar a elPeriódico: días después la FECI anunció el embargo de las cuentas del medio y lo asfixió económicamente. Sus reporteros y reporteras siguieron publicando, pero cada vez era más difícil salir, por lo que la familia Zamora decidió cerrar el impreso. La noche del 29 de noviembre de 2022 se imprimió su última edición, la número 9,402.
Durante cuatro largos meses vimos a los ojos la venganza de todo un sistema contra el periodista Jose Rubén Zamora, sus abogados, sus familiares y los periodistas que trabajaban en su medio.
El diario continuó con su edición digital y durante seis meses más distribuyó sus noticias por medio de un PDF en el que informaba, entre otras noticias, sobre el proceso contra Jose Rubén y denunciaba las ilegalidades que se cometían a lo largo del caso. Esto fue suficiente para que el MP solicitara abrir una investigación contra varios periodistas del medio.
Seis periodistas y tres columnistas fueron investigados por un caso de obstrucción de justicia por cubrir y escribir sobre el juicio contra Jose Rubén. La mayoría de los señalados optó por el exilio para resguardar su libertad. Dos años después, los intentos de la FECI por procesar a los comunicadores sigue ahí, pese a que la justicia ha dejado claro que no se puede investigar a nadie por hacer periodismo.
elPeriódico cerró definitivamente el 15 de mayo de 2023 con su edición (digital) número 9,517. Su fundador, ampliamente reconocido por su incansable lucha por la libertad de expresión y contra la corrupción, lleva más de 725 días en la cárcel.
La huella que dejó elPeriódico en Guatemala es inalterable. Sus investigaciones siguen generando denuncias penales contra actores corruptos y son un faro para los periodistas que seguimos ejerciendo desde otros medios a pesar de las presiones, el exilio o la constante amenaza de enjuiciamiento.
El pasado viernes, Pedro Vaca, relator para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hizo una declaración que dibuja la fragilidad de nuestra democracia: “No me encontré con un solo periodista que me dijera que está tranquilo, que siente confianza y que está libre de miedo para ejercer la libertad de expresión”, dijo el relator.
Agregó que los periodistas con los que conversó percibían una interpretación del periodismo como el delito de obstrucción a la justicia, el mismo delito por el que han sido objeto de investigación los periodistas y columnistas de elPeriódico y el propio Jose Rubén en uno más de los casos en su contra.
Han sido dos años duros para el periodismo y mucho más para Jose Rubén, quien se ha enfrentado a este proceso con serenidad y ejemplar estoicismo a pesar de que, en la gestión de Giammattei, fue víctima de torturas y tratos crueles en la prisión donde se encuentra.
Aún así hay medios que continúan investigando, periodistas que siguen escudriñando lo público y siendo luz para que la ciudadanía pueda saber.
Hoy, 29 de julio de 2024, dos años después de su detención arbitraria y opaca, exigimos la liberación del periodista Jose Rubén Zamora y el ejercicio de un periodismo libre, sin presiones, sin amenazas y sin censura.
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