Esta postura fue anunciada en cadena nacional, como respuesta a la posibilidad de represalias contra la comunidad migrante tras el retorno del expresidente Trump al poder. “Esperamos que la nueva administración norteamericana del presidente electo democráticamente, Donald Trump, sea abierta al diálogo constructivo y amistoso, y que no tome represalias innecesarias contra nuestros migrantes, quienes aportan significativamente a la economía norteamericana”, manifestó Castro.
Actualmente, la base militar Soto Cano, ubicada en Palmerola, alberga a la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, una instalación clave para la cooperación militar entre Estados Unidos y Honduras desde 1982.
La presidenta señaló que esta colaboración ha sido sostenida sin costo para los estadounidenses y que su continuidad dependerá del respeto hacia los derechos de los migrantes hondureños.
La mandataria hizo un llamado a la administración estadounidense a mantener un diálogo constructivo que priorice el bienestar de las comunidades migrantes, quienes contribuyen significativamente a la economía norteamericana.