Jacobstein enfatizó que la liberación de estos presos políticos fue el resultado de meses de presión pública y privada, y aclaró que no hubo concesiones ni intercambios con el gobierno de Nicaragua.
“Únicamente Ortega y Murillo pueden liberar a esas personas. Todavía hay presos políticos en Nicaragua, pero las autoridades tomaron su propia decisión de liberar a estas personas y permitir que Estados Unidos facilitara el transporte hacia Guatemala”, indicó.
Según las autoridades norteamericanas, los excarcelados permanecerán en Guatemala el menor tiempo posible mientras aplican a los programas de refugio. “Estamos trabajando de cerca como socios con Guatemala y proporcionando lo que necesitan en este tiempo difícil”, afirmó Jacobstein.
El gobierno de Bernardo Arévalo anunció que se les brindarán 90 días para que puedan regularizar su situación en el país y que al menos seis de ellos han manifestado su interés en pedir refugio en Guatemala.
En cuanto a la privacidad de los excarcelados, Jacobstein destacó que el anonimato es una medida que busca proteger su intimidad. “Como gobierno de los Estados Unidos respetamos su privacidad, pero ellos tienen la libertad de hablar con quien deseen”, concluyó.
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