Bernardo Arévalo: “Yo voy a nombrar al próximo Fiscal General de la República. Es cuestión de tiempo”

El presidente Bernardo Arévalo conversó con eP Investiga al conmemorar un año de su gobierno. La remoción de Consuelo Porras, la relación transaccional con el Congreso, sus retos en la gestión y su acercamiento con la administración entrante de Donald Trump fueron los temas que se abordaron en esta entrevista.

Pavel Gerardo Vega

enero 15, 2025 - Actualizado enero 15, 2025

El mandatario considera que la población guatemalteca tenía un cúmulo de expectativas alrededor de los cambios que esperaban ver de manera más rápida, pero justifica los resultados lentos por la corrupción enquistada que encontró en los ministerios y la falta de apoyo del Congreso de la República. 

Este martes 14 de enero, a pesar del retraso de dos horas, se realizó la Sesión Solemne para dar su informe de trabajo.

Fotos: eP Investiga.

¿Cuál considera que es su mayor error durante el primer año de gobierno?

-Lo que todo el mundo hubiera querido es que el triunfo contundente que tuvimos en las urnas se hubiera traducido también por el tipo de resultados. Que en el Congreso de la República hubieran garantizado una cuota de poder mayor y que una serie de cambios distintos se pudieran alcanzar. 

En el contexto de las condiciones políticas dentro de las que nosotros operamos, que incluyó un Congreso donde nuestra bancada es una minoría y que ha venido desarrollando una estrategia de trabajo con el resto de las bancadas, ha habido momentos en donde no se han logrado con la rapidez que la gente quisiera y que nosotros quisiéramos también.

Al principio no nos aprobaban los estados de excepción. Eso generó problemas, por ejemplo, en el kilómetro 44. Lo que se encontró en el Ministerio de Comunicaciones era muy difícil de abordar en términos de la complejidad y de la profundidad del tema de la corrupción.

Ahora, empezamos a tener claramente los resultados que demuestran la diferencia de la gestión en áreas como educación y salud. Por ejemplo, en el (Ministerio) de Comunicaciones tocará ser el año en el que vamos a ir generando los cambios. Todo eso va a ir dándole a la gente la sensación de que, efectivamente, el gobierno está respondiendo a las expectativas de cambio que tenía.

Usted califica a su gobierno como uno de transformación nacional. Tomando en cuenta los ofrecimientos de campaña y los resultados del primer año, ¿cuáles son esas claves importantes de la transformación nacional de las que usted habla? 

-Otra cosa que dije durante la campaña y de manera sistemática era que los problemas del país no los vamos a poder transformar en cuatro años porque estábamos hablando de 500 años de marginación, discriminación, 30 años de incompetencia y estafa. Eso fue algo que pusimos sobre la mesa. 

Lo segundo que dijimos es que para nosotros lo importante era precisamente dejar los cimientos de una vía de transformación que se va a ir alcanzando a lo largo del tiempo por gobiernos que vendrán después de nosotros y el reto era que, durante estos cuatro años, se lograra un cambio en la dirección en que estaba orientado el desarrollo político del país.

Y ahí reside ese cimiento de una transformación que empieza por rescatar el sistema democrático, los principios de funcionamiento transparente, honesto, porque es a partir de ahí de donde vamos a empezar a ver las transformaciones en el país. Y eso claro que está sucediendo, pero que evidentemente en el primer año de un gobierno de cuatro lo podemos ver incipientemente. 

Fundamentalmente, la crisis que tenemos de los últimos 30 años fue del secuestro de las instituciones del Estado para servir a esta élite corrupta. Lo que estamos haciendo ahora es agarrar y demostrar la capacidad de gestión que se tiene cuando sencillamente se pone a funcionarios honestos alrededor de esto, en educación, en salud, y estamos dando respuestas concretas y prácticas.

En un año las escuelas remozadas son el doble de lo que hizo el gobierno anterior en cuatro años. Se duplicó el dinero para implementos escolares y se llegó a beneficiar a tres millones de niños. Ahora todos los niños de las escuelas van a recibir libros, lo que no sucedía en décadas.

Tomando la analogía de que, literal y metafóricamente, en Guatemala el piso es de tierra y a partir de eso hay que trabajar. ¿Cómo se logra una transformación nacional cuando el piso es de tierra?

-Nosotros decíamos que la transformación consistía en recuperar las instituciones para que funcionaran y dar los resultados que la gente necesita en términos de salud, agua, carreteras, trabajo, agricultura, lo que usted quiera. Que necesitábamos lograr evacuar, quitar, eliminar esa política clientelar y corrupta y la cooptación de las instituciones de justicia. 

Es decir, la transformación para nosotros era sacar al país de esa cooptación profunda que tenía para ponerlo a funcionar, para que comencemos a construir el objetivo de una democracia funcional con justicia social. 

Lo que ofrecemos ahí son cuestiones que ahorita es lo que estamos intentando construir y estamos dándole seguimiento de cuántos puestos de salud, abastecimiento en los hospitales, mejoras en las escuelas, carreteras construidas. Es decir, el alcance de esa obra como resultado de que se rescatan las instituciones es una transformación fundamental, porque lo que nos hace es que nos saca de ese carril de un estado disfuncional construido para servir a esa élite corrupta y lo pone a funcionar en otra dirección.

¿Y se van a modificar las metas de gobierno? Por ejemplo, esos 400 puestos de salud, esas ocho escuelas regionales de institutos de diversificado que no se han empezado a ejecutar…

-Por ejemplo, las escuelas están ahorita en proceso de diseño y lo que estamos viendo y terminando de validar es el proceso de diseño para poder empezar a hacer la construcción. 

¿Y los 400 puestos de salud?

-Lo que pasa es que ahí ha habido una discusión entre las autoridades del Ministerio de Salud que ahora lo que están planteando es que deberíamos pensar no en el número de puestos de salud, sino en las redes que se van a construir. Y entonces vamos a seguir adelante construyendo puestos de salud, CAP, hospitales.

Hospitales tenemos tres en construcción ahorita. 

Que se adjudicaron en el gobierno pasado

-Que se adjudicaron, pero que nunca se habían construido.

¿Y usted sabe por qué no se habían construido? Pues no había interés en echar a andar el hospital porque no había oportunidad.

Los tiempos de la administración pública son difíciles. Actualmente hay más de 100 proyectos varados que se aprobaron en 2022 porque están judicializados. ¿Cómo se enfrenta ahora a ese Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) enquistado por toda la corrupción cuando el año pasado sólo se adjudicó un Centro de Atención Permanente (CAP) y un muro de contención en temas de construcción?

-En el CIV hay una serie de líneas distintas de trabajo que van a ser presentadas por el ministro de comunicaciones y su equipo. Y ahí existe un reconocimiento de que se tienen que identificar metas concretas con números específicos de kilómetros por construir en carretera primaria o en carretera secundaria, kilómetros por construir en obras de tierra. 

Parte de lo que se ha hecho ahora con la aprobación del Congreso es evitar las limitaciones que existían para poder seguir adelante con la construcción de las obras que habían sido adjudicadas anteriormente y poder avanzar y poder construir.

En el aniversario de la toma de posesión, se supo de una especie de cuestionamientos al ministro de Finanzas desde las distintas bancadas sobre estos proyectos de construcción de los Consejos Departamentales de Desarrollo (Codede) y del presupuesto en general. ¿Cómo va a operar este año con esa manera transaccional de los diputados que conforman la alianza intermitente con el Partido Semilla?

-Se han autorizado montos para los distintos consejos de desarrollo con la claridad de que el gobierno tiene dos retos que tienen que asumir instituciones como la Secretaría de Coordinación Ejecutiva y la Segeplan, porque van a aumentar el número de proyectos. Hay que agilizar la tramitación de estos.

Se están revisando los mecanismos, pero al mismo tiempo poniendo filtros para asegurar que en la aprobación de las obras no haya espacio para ese tipo de gestión. 

Por otro lado, estamos construyendo los mecanismos para facilitar la fiscalización de la obra cuando llega a aquellos espacios donde nosotros ya no tenemos una capacidad de control, que es en el poder local, donde llega a las alcaldías.

Se está trabajando con la Comisión Nacional Contra la Corrupción, con una metodología de seguimiento para monitorear y hacer una fiscalización efectiva de las obras para evitar la corrupción.

¿Y cómo se logra ese empate entre esa fiscalización y esa revisión o supervisión de los proyectos y el incentivo de los diputados y los alcaldes para adjudicarles a sus empresas cercanas?

-Yo lo que le puedo asegurar es que el hecho de que se hayan autorizado montos que van destinados para determinado municipio, que es el interés de que el diputado lleve obra y diga: “Yo traje esta carretera, yo traje este puente”, de nuestra parte no va de la mano de ninguna manera con algún tipo de facilidad para que alguien escoja un constructor. 

Va a hacer todo el proceso de ley, el proceso transparente, que apliquen los que tengan que aplicar; se van a hacer las licitaciones correspondientes y así se va a operar garantizando la transparencia de la construcción. 

Algunos de ellos lograrán que sus constructores participen y ganen, otros tal vez no, pero nosotros vamos a garantizar que el dinero que ha sido aprobado para implementar no se facilite como dinero para cualquier tipo de arreglo de esta naturaleza.

En el discurso del presidente Nery Ramos (durante la sesión plenaria) no lo mencionó y fue agudo en el sentido de que va a fiscalizar que los fondos que se aprobaron el año pasado se utilicen de la mejor manera. ¿Cómo está la relación con el presidente del Congreso?

-Tenemos una muy buena relación. Oímos el mismo discurso. Usted seguro oyó el discurso donde decía: “Este es el gobierno que fue electo de manera contundente y le hemos aprobado el presupuesto y creemos que vamos a trabajar y también vamos a hacer la fiscalización”.

Tenemos una excelente relación. 

¿Y con las demás bancadas? 

-Hay bancadas que son de oposición al gobierno y hay bancadas con las que tenemos arreglos que son más puntuales alrededor de ciertas iniciativas.

Hay bancadas que pueden estar en la oposición, pero que están interesadas en una iniciativa de ley que también nos interesa a nosotros y entonces se genera una convergencia. Y hay bancadas que están más claramente posicionadas en un respaldo al gobierno de la República.

Hablaba de la cooptación del sistema de justicia y de que ese era uno de los objetivos del gobierno, eliminar esa cooptación. El año pasado el Congreso nombró nuevos magistrados de Apelaciones y de Corte Suprema que no han dado muchos resultados de transformación.

-Ha sido el Congreso de la República. Al Congreso de la República no lo escoge el gobierno. Son los diputados electos por el pueblo en el curso de la primera ronda.

Pero su bancada fue la que operó también; hubo agentes del gobierno que también estuvieron involucrados. Aunque usted no haya interferido, tal como otros presidentes, en ese sentido sí hubo operación del Partido Semilla.

-El partido Semilla participó en la votación y operó en el marco del trabajo que hace toda bancada y ejerció su criterio y su voto. En algunos casos tuvo resultados que ellos querían; en otros casos fueron resultados que se iban de lado. Este es el resultado de una votación con un Congreso particularmente fracturado.

Es una Corte Suprema con magistrados de los que empezamos a tener resultados como el de Jose Rubén Zamora. El amparo a nosotros nos parece que es un indicativo de que las cosas pueden empezar a cambiar. 

Creo que estamos viendo una Corte Suprema que, en todo caso, es claramente distinta de la anterior.

¿Tiene un buen diálogo con el presidente de la Corte Suprema? 

-Con el presidente de la Corte Suprema tenemos diálogo. De hecho, tenemos reunión de los tres poderes del Estado. En diciembre tuvimos el último almuerzo y generalmente va a ser un almuerzo cada seis semanas que vamos a estar sosteniendo.

¿Y cuáles son las metas que usted quisiera del sistema de justicia?

-Yo creo que lo primero es que todo el sistema de justicia tiene sus propias metas. Lo que tenemos que hacer es que todo vaya confluyendo en el proceso de rescate del aparato de justicia, de la cooptación que da lugar, por ejemplo, a que existan jueces como Freddy Orellana, pervirtiendo la justicia de manera sistemática. 

Hemos tenido conversaciones sobre cuestiones muy concretas sobre cómo podemos colaborar entre los tres poderes para resolver problemas como el hacinamiento de cárceles, la prisión preventiva, el abuso que existe de eso, la creación de mecanismos para que se evite que por cualquier tipo de delito, violación, falta, se termine enviando la gente a que cumpla preventivamente muchas veces prisiones que son superiores a lo que le hubiera tocado si se hubiera celebrado el juicio.

La fiscal general (Consuelo Porras) insiste en obstruir. Ella misma se autonombró un obstáculo para su gobierno y además insiste en un golpe de Estado. ¿Tiene usted claro que la fiscal general va contra usted y su objetivo es derrocarlo?

-Yo tengo claro que, ya sea porque renuncie, ya sea porque el Congreso apruebe una de las iniciativas que hemos puesto para reformar la ley del Ministerio Público (MP) o porque llegue a su término, yo voy a nombrar al próximo o a la próxima Fiscal General de la República. Es cuestión de tiempo.

Si su objetivo era generar algún tipo de amenaza, de ingobernabilidad, etc., pues la verdad es que distrae, pero no obstaculiza. Nosotros seguimos adelante y lo mejor, la forma como podemos probar, es en el hecho de que estamos gobernando no para tratar de resolver el problema con ella, sino para los resultados que hemos venido dando en el marco de este año.

Pero en ese ínterin presentaron un antejuicio contra el juez que liberó a José Rubén Zamora y devolvió los cargos a los magistrados del Tribunal Supremo Electoral. La propia gente de su partido como Félix Alvarado o Ligia Hernández ha sufrido esas consecuencias dentro del gobierno. Periodistas, activistas de derechos humanos, fiscales, hay gente exiliada todavía por estos casos espurios de la Fiscalía General. ¿Cuánto tiempo hay que esperar? Es decir, ¿su mensaje es que la gente ya no tiene que esperar que la fiscal general salga?

-Vuelvo a decirle, ya sea porque renuncie, ya sea porque me aprueba el Congreso de la República las iniciativas de ley que hemos puesto para hacer la reforma que me permite hacer el cambio en ley, o porque llega a su término. No es una cuestión de cuánto tiempo vamos a esperar, es qué leyes, qué recursos legales tenemos a nuestro favor. Hay una cosa que yo tengo muy clara y es que, en la solución de esta situación, yo tengo que actuar en el marco de la ley y la ley me da esas opciones para hacerlo.

¿O conoce usted alguna otra…? 

¿Y qué le dice a la gente que está esperando que usted la destituya?

-Que en el momento en el que el Congreso de la República apoye las iniciativas de ley que nosotros hemos presentado para lograr las condiciones que me permitan destituirla, que es sencillamente recuperar el texto original que se encontraba en la Ley del MP, yo la voy a destituir. ¿O me está diciendo usted que lo que espera es que yo haga un acto ilegal…?

No, yo lo pregunto porque es el reclamo de la gente. 

-Yo lo que hago es en el marco de lo que me permiten las leyes. Ella sabe que se espera que renuncie; tengo puestas dos iniciativas, no una, en el Congreso de la República para lograr las modificaciones y, en última instancia, lo voy a hacer porque se le va a terminar el tiempo.

¿Cómo está esa negociación con el Congreso para aprobar esa reforma a la Ley del MP, que eso también interviene en la Corte Constitucionalidad porque posiblemente haya una interpretación de la no retroactividad, ¿cuáles son los avances en esa negociación?

-Nosotros hemos colocado una iniciativa y nuestra bancada está constantemente discutiendo para tratar de ir construyendo consenso alrededor de esa posibilidad. 

¿Y hay posibilidades? 

-Nosotros creemos que sí.

Ella (la fiscal general) se ha acercado mucho con el lobby al gobierno de los Estados Unidos o al menos a partidarios del presidente electo Donald Trump. ¿Les preocupa?

-Haber recibido una invitación de gente del Partido Republicano de la Florida es como si a alguien en México lo invitan del Partido Semilla de Suchitepéquez. Además, usted sabe que estos son paquetes que se venden y que le ofrecen, que por tanta cantidad de dinero va a estar usted. No es una invitación oficial, de ninguna manera.

Nosotros tenemos conductos formales con la administración norteamericana que viene, porque los empezamos a hacer desde que yo estaba como candidato. 

¿Tiene planificado usted algún viaje a Washington? 

-No, en este momento no lo tenemos, pero tenemos a funcionarios que están yendo, tenemos a nuestro embajador y nosotros tenemos los conductos abiertos con la administración norteamericana y eso es lo que estamos trabajando.

No necesitamos ese tipo de: “quiero que me inviten para que me vean en una fiesta en la Florida”.

Sin embargo, ella ya se reunió con el zar de la frontera.

-Sí. Nosotros tenemos reuniones con funcionarios que van a estar en el Departamento de Estado, que van a estar en el Consejo de Seguridad Nacional. No los hacemos públicos porque no nos interesa, no es ese el objetivo.

Nosotros no tenemos por qué entrar en ese tipo de cuestiones. Es una distracción al final; a nosotros lo que nos interesa es tener una definición muy clara de cuál es la base de política en términos de temas de migración, de seguridad, de comercio, con la cual vamos a establecer nuestra discusión con el gobierno norteamericano.

Hablando del gobierno norteamericano. Ese aviso, ese anuncio o amenaza de la deportación masiva, por los discursos que usted ha emitido en las últimas semanas, se entiende que hay una especie de derrota, una rendición sobre esa posible política migratoria del presidente electo Donald Trump; entonces usted está hablando de un programa de acogida en Guatemala. ¿Cómo va a funcionar ese programa?

-En primer lugar, el término de derrota es suyo. Nosotros operamos en la base de una realidad. Los estados toman decisiones con las que nosotros trabajamos y en este caso, afectan a nuestros connacionales en los Estados Unidos.

Tenemos un plan que tiene tres fases. Reforzamos la red consular y estamos trabajando en acuerdos para inclusive alcanzar un reforzamiento mediante la cooperación con otros países que están en situación similar como México.

Una primera fase es la atención a los migrantes en los Estados Unidos. Hay una segunda que es apoyo en el proceso de repatriación, generando condiciones para lograr que esa repatriación sea digna, sea hecha de manera correcta y que en Guatemala tengamos la capacidad para atender a los flujos que pueden llegar a venir. Y la tercera es empezar a trabajar para lograr que esas personas que regresan tengan la mejor inserción posible dentro de nuestro país, con capacidad para registrar habilidades, capacidades para certificarlas y para dar capacitación.

Utilizo la palabra derrota porque el gobierno de México y de Honduras se ha opuesto firmemente a esa posible política.

-¿Y usted cree que la única forma de manejar eso es por medio de discursos públicos? ¿Cuál va a ser el resultado? ¿Usted cree que el resultado de la declaración del gobierno de Honduras va a ser efectiva?

Nosotros tenemos nuestro proceso, nuestra preparación; la estamos haciendo y vamos a tener esa discusión con los Estados Unidos, siempre con la claridad de que el interés de nosotros es proteger y garantizar los derechos de nuestra población en Estados Unidos y en el proceso de retorno a Guatemala.

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