El periodista Zamora Marroquín ha sido perseguido durante décadas por expresar su pensamiento y denunciar la injusticia, por gavillas a la orden de grupúsculos de poder político y fracciones de élites económicas, para quienes la libertad de expresión y pensamiento simplemente no debiesen existir pues, estropea sus abusos de poder y negocios al exhibirlos públicamente ante la sociedad. Así es larga la lista de denuncias penales en su contra, incluso por violencia en contra de la mujer, por haber entresacado el trasfondo de hechos políticos que involucran a mujeres de la política. Siempre ha habido jueces que acogen aquellas denuncias e iniciado procesos de orden penal. Algunos hoy, clausurados, otros desestimados y muchos abandonados. Se trató siempre de denuncias espurias.

El asunto llegó a la amenaza de muerte, allanamiento del hogar, secuestro e intento de asesinato y aún con ello y presiones económicas para que elPeriódico dejase de circular, el Periodista mantuvo su línea de pensamiento y acción en contra de las desproporciones del poder. Fue en el gobierno de Giammattei que, en un alineamiento de astros políticos y judiciales, dependientes de decisiones tomadas en el Callejón Manchen y contando con un voluntarioso denunciante, sindicado de lavado de dinero y otros delitos, sujeto a proceso penal y que pretende beneficios de la fiscalía. Acusa al periodista Zamora de lavado de dinero. De un día para otro pasa de acusado a acusador. El asunto genera inmediata suspicacia pública. Bastaron 72 horas de “investigación” para solicitar y obtener orden de allanamiento y detención de Zamora Marroquín. Posteriormente se allana elPeriódico, deteniendo de hecho su edición. Luego se detiene a la Auditora del Periódico y en una sucesión de hechos y tiempos, se captura de tres abogados defensores. Zamora finaliza el proceso con Auxilio de la Defensa Pública.

Zamora Marroquín desde un primer momento es esposado y en esa condición asiste a las audiencias judiciales, rodeado hasta por doce guardias penitenciarios. El periodista denuncia manipulación de la “prueba”: el dinero incautado como ilícito tenía cintillos bancarios, que demostraban el origen lícito de aquellos dineros. Sin embargo, cuando fue exhibido en el Juzgado, este carecía de los cintillos, los abogados hicieron ver la situación, pero el juez no atendió sus reclamos. En el mismo proceso se vinculó a la ex auxiliar fiscal Zamari Gómez por Revelación de Secretos. Un detalle clave en las resultas del proceso es el hecho que las pruebas de descargo que presentó Zamora fueron rechazadas por el Juez, dejándole en estado de indefensión. Incluso no se aceptó la declaración de cinco testigos propuestos por la defensa, por considerarlos impertinentes, en cambio, todas las pruebas de fiscalía fueron aceptadas. Dos personas nombradas por Zamora Marroquín, para declarar sobre el origen del dinero en cuestión no fueron escuchadas, en contrario fueron perseguidos penalmente y capturados. El juez en diferentes audiencias no permitió a Zamora Expresarse sobre los extremos del proceso. En la acusación, la persona que afirmó recibir el dinero “lavado” no pudo precisar la suma pues “no contó el dinero”.

El odio a Zamora quedó reflejado en el petitorio de la fiscalía: cuarenta años de prisión para el Periodista. Así, por razones como las expuestas y la garantía constitucional de libertad de expresión las Cortes deben resolver la libertad inmediata de José Rubén Zamora.