El debate del pasado 27 de junio entre los virtuales candidatos por el partido demócrata, Joe Biden, y por el partido republicano, Donald Trump, tenía un objetivo fundamental: demostrar que el actual presidente Biden se encuentra en las condiciones físicas y mentales para continuar cuatro años más en el cargo. El resultado fue desastroso para Biden y el partido demócrata que lleva ya más de dos semanas en estado de alerta roja y se dirige a un cisma que puede afectar al partido no solo en esta, sino que en las elecciones del 2028 y hasta 2032.
El virtual candidato (puesto que no ha sido confirmado como tal) y actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se mostró frágil, confundido y con una mirada perdida en el vacío durante su debate con Donald Trump. Al terminar el mismo, los rostros de periodistas, analistas y activistas del partido demócrata estaban pálidos, asustados y algunos al borde de las lágrimas. Al día siguiente columnistas en medios progresistas y socialistas, así como algunos financistas del partido hacían un llamado para que el presidente Biden diera un paso al costado y permita que otro candidato tome su lugar. Esta postura persiste y el tiempo es un factor que juega en contra del partido. El celebre actor y financista demócrata George Clooney escribió en el New York Times que no se puede luchar contra el tiempo es lo único que ha dicho sobre política que es acertado.
El partido se encuentra dividido en tres campamentos que deben, lo antes posible, encontrar una solución y convencer de la misma al presidente Joe Biden. El primero y más fácil es aquel que sostiene que Biden se debe mantener como candidato y prepararse lo mejor que pueda, posiblemente con nuevos asesores, para enfrentar la campaña electoral. Biden hasta este momento ha sostenido que se mantendrá en la contienda. Un segundo campamento, que sigue las reglas del partido, opina que Biden renuncie a la candidatura (y posiblemente a la presidencia) y ceda su lugar a Kamala Harris a quien algunos ya están promoviendo con sondeos de que pueda tener una posibilidad de vencer a Donald Trump en las elecciones. Por último, un tercer grupo de demócratas apuesta por un candidato nuevo, pero no pueden decir quien puesto que sería necesario que Biden renuncie primero.
Las agujas del reloj no se detienen y el cisma en el partido aumenta mientras que Donald Trump, sin mayor esfuerzo ve cada vez más cerca su regreso a la Casa Blanca.
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