Presidente, ¿nos seguirá decepcionando?

Elías Talé

abril 1, 2025 - Actualizado marzo 31, 2025
Elías Talé

Las veces que tengo la oportunidad de mencionarlo, expreso con libertad que en las pasadas Elecciones Generales del 2023 vote en primera y segunda vuelta por el partido político Movimiento Semilla, no por ser la mejor opción, sino porque se aproximaban épocas oscuras teniendo en el poder a psicópatas, mitómanos y corruptos como: Sandra Torres o Manuel Conde o los siguientes en la lista.   

Teniendo clara la realidad, vote por quienes me hicieron tener esperanza en que las cosas cambiarían, no cabe duda que en varios guatemaltecos resonó el eslogan; “nueva primavera”, evocando emociones profundas tome la decisión de elegir a quienes considere políticos probos, capaces y honestos. A nivel cualitativo pareciera ser igual a los gobiernos anteriores (a aquellos que señalaban con ímpetu), probablemente cuantitativamente están dando mejores resultados pero no es suficiente para las promesas y necesidades que tiene el pueblo de Guatemala.

Pobreza, desnutrición, desempleo, migración e inseguridad siguen siendo los mismos problemas de siempre, incluso se encuentran en aumento. Es lógico y razonable que en tan pocos meses no puedan existir cambios estructurales para reparar las condiciones de vida de un país históricamente saqueado por élites económicas y políticas, sin embargo, existía la mínima posibilidad de que las cosas fueran diferentes. En la actualidad, gozando del poder otorgado, Movimiento Semilla no ha cumplido con fidelidad aquello que ofrecieron en campaña electoral, son tantas las promesas vacías que no vale la pena mencionarlas. 

Ahora, solo queda analizar las acciones que le han hecho daño a la población para que se eviten repetir en el futuro, el actual gobierno no se puede permitir más errores sabiendo que la plena confianza fue depositada en ellos llegando al punto de organizarse de forma masiva y defender el voto popular para que asumieran sus cargos. 

Los errores más notables en el año y meses que tiene el gobierno de Bernardo Arévalo y Karin Herrera son: Resignación de Consuelo Porras al frente del Ministerio Público, elección de jueces y magistrados con evidentes nexos con el crimen organizado y la alianza criminal que opera en el país, elección de junta directiva del Congreso de la República (particular cederle poder en exceso a Nery Ramos), cambios constantes de ministros/viceministros y puestos de confianza del gobierno, propiciar caos social por medio del aumento al salario mínimo, imposición del seguro y utilizar recursos públicos para beneficio personal (baby shower).

Todo lo anterior aunado a la pésima comunicación del gobierno genera decepción total, es necesario recordarle a los funcionarios públicos que acceder al poder es una responsabilidad, pero sobre todo, deben trabajar por amor al pueblo de Guatemala, teniendo como objetivo final servir a la ciudadanía. 

El punto no es desearle el mal al gobierno, sino todo lo contrario, deben razonar y dejar de lado sus pasiones más profundas para brindarle al pueblo verdaderos cambios, sus acciones únicamente alimentan la narrativa de sus detractores y enemigos políticos para que se sigan acumulando más errores para desgastarse y dejar al país en ruinas. La vida de millones de personas está en juego, mientras ellos aprenden a gobernar se les acaba el tiempo y no se lograra ni el comienzo de la primavera.  

Tampoco se eximen de culpa los gobiernos anteriores y bancadas afiliadas a la impunidad, este sistema está corrompido y debe ser saneado con urgencia, estamos en la necesidad de demandar mejores acciones contundentes. Es necesario seguir exigiendo al gobierno mejores oportunidades, hacerles ver que todo un país los respalda, incluso con gallardía defendieron el voto popular, pero con el mismo ímpetu serán removidos si no son congruentes, honestos, responsables, transparentes y éticos en su labor.

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