Es incomprensible cómo las amenazas contra nuestros migrantes se intensifican cada día y nuestras autoridades, encargadas de representarnos en el exterior, parecen incapaces de defender y dignificar a nuestros connacionales. Es imperativo reconocer que estos hermanos y hermanas no solo han enriquecido los países que los acogen, sino que también han mantenido a flote la economía de Guatemala y de toda Latinoamérica. En su más reciente discurso la presidenta Claudia Sheinbaum se refirió a los migrantes de la siguiente manera: “Nunca los olvidamos, todo lo contrario los reconocemos y los defendemos”. Estas palabras deberían ser el eslogan de nuestras autoridades.
El gobierno de Bernardo Arévalo y Karin Herrera no ha sido capaz de frenar las amenazas, han dejado que los mensajes racistas y clasistas dejen vulnerables a nuestros migrantes. Mientras tanto el gobierno plantea respuestas de corto plazo y superficiales, una decepción para un gobierno colmado de profesionales de alto nivel como se creía.
Basta con emitir un comunicado a nuestros héroes y heroínas de la patria que han tenido que dejar su tierra en busca de mejores oportunidades, todos ellos han sido víctimas de un estado elitista. En su más reciente comunicado la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) ha mencionado que los migrantes no están solos, por otro lado, el presidente y la vicepresidenta no han sido contundentes para frenar las amenazas de deportaciones masivas u ofrecer soluciones para evitar el flujo migratorio en condición irregular. El mensaje del gobierno es claro: están dejando solos a nuestros migrantes.
Los llamados “padres de la patria” no legislan en favor del pueblo, sino que favorecen sus propios intereses o el de sus allegados. Es lamentable que en tiempos de crisis carezcamos de un liderazgo, incluso varios legisladores viajaron a Estados Unidos para celebrar la investidura del exconvicto, racista y antiderechos humanos Donald J. Trump, es indignante que nuestros representantes celebren a quien ha sembrado odio y desinformación.
Es irónico que muchos de los trabajadores que fueron parte de la preparación del acto de investidura, a menudo son de descendencia ajena a la americana, muy posiblemente indocumentados, es lamentable que sean tratados con menosprecio. Ellos realizan trabajos esenciales, a menudo mal remunerados, para sostener a sus familias, incluso llegan al punto de poseer tres o hasta cuatro trabajos. Resulta absurdo que Trump y su gabinete menosprecien a los migrantes cuando ellos mismos son producto de la migración sumando a que este país ha sido construido gracias al esfuerzo de millones de inmigrantes.
La migración es un problema arraigado a nuestro país, han pasado miles de años desde que inició este asunto y sigue sin tener solución. La falta de oportunidades, explotación laboral y las condiciones precarias obligan a muchos a buscar un futuro mejor en el extranjero. Cabe mencionar que las ofertas laborales en Guatemala, ofrecidas mayormente por el sector privado lejos ser oportunidades se han convertido en maneras de sobrevivir, mientras el sector empresarial sigue enriqueciéndose a costa de la necesidad.
Es hipócrita promover discursos de libertad mientras gran parte de la ciudadanía está bajo el yugo de la explotación laboral, en malas condiciones y bajo amenazas constantes de deportación, la X Legislatura debe actuar de manera contundente para garantizar la protección y dignificación de todos los ciudadanos, dentro y fuera del país, deben parar los abusos hacia nuestros migrantes. Nuestros héroes y heroínas de la patria: nuestros migrantes, merecen todo el reconocimiento. Su incansable lucha por sus familias y por nuestro país es un ejemplo para todas y todos.
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