Censura

Marcos Melchor Palencia

enero 18, 2025 - Actualizado enero 16, 2025
Marcos Melchor Palencia

Recientemente me han preguntado qué pienso acerca de la censura y sus efectos en la prensa. Con que no me censuren a mí, suficiente. Bueno, es un poco más complejo. Ya tuvimos mucho de eso, y al final se convierte en un tema político. También aclaro que no soy bueno redactando reportajes, o al menos aún no me dedico a eso.

Así que, si algún día escucha que tengo que ser censurado, alégrese: ya me he vuelto tema de conversación. Sonría al recibir la noticia, como el nuevo ministro del MICIV en plena conferencia de prensa. Ese sí andaba emocionadísimo con su nombramiento. Mucha suerte, la necesitará.

Me he creado una identidad falsa, con un nombre falso (que no deja de ser el mío), pero simplemente lo he desechado de un día para otro. Simplemente no me veo usándolo. Tampoco me gustaría que alguien más publicara con mi nombre, aunque, siendo completamente honesto, no suena muy bien esa idea descabellada.

He hablado acerca de la libertad, sus formas, la información, los medios y sobre el periodismo, y cómo este último no puede funcionar si no hay libertad. Es más o menos como un engranaje, o un motor, o algo por el estilo. Pero como no soy experto en ese tema, mejor no hablo. Ya le preguntaré a un ingeniero mecá… no sé qué, si sabe cómo funciona un motor. O si puede ser útil esa analogía.

Según el último Índice de Chapultepec de Libertad de Expresión y Prensa publicado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Guatemala sigue siendo parte de los países con alta restricción a la libertad de prensa en todos los sentidos. Ya se imaginará, querido lector, en qué situación estará Nicaragua o Venezuela. Aunque en esta última no tengo idea si siguen festejando la Navidad; les roban su libertad, pero les regalan… a Santa Claus dos meses antes, o después, o ya no sé en qué festividad estarán.

Me imagino que usted habrá esperado esta semana alguna columna con respecto a Zamora y su regreso, o algo relacionado con la situación legal que enfrenta (¿o enfrentamos?). Solo déjeme decirle que la libertad es más fuerte. Además, no sé ni por qué estoy hablando de esto; pude haber enviado un documento menos polémico sobre… el sexo, como el de la semana antepasada, generar tema de conversación y listo. Nada político. Ya me lo pensaré la semana que viene. Si me lee, o si ha llegado hasta este punto sin haber vomitado tanto, le pido que, por favor, me diga sobre qué más escribir. Ya no tengo ideas, no soy un antropólogo sexual con múltiples temas de conversación, así que, con mucho aprecio, le pido que me ayude.

No sé, querido lector, si en realidad conoce usted sus derechos, pero lo invito a leerlos o al menos a conocerlos de paso. Uno de ellos es cuestionar. Es el más emocionante para nosotros, los que cuestionamos hasta por qué el cielo es azul y no rojo. ¿Qué pasaría si lo fuera? ¿Se imagina? Yo no. Y si usted no sabe español, no importa, pregúntele a aquella que fue Registradora de la Propiedad que le lea la Constitución hasta en alemán. ¿Sabe por qué? Porque is free the expression of our ideas, our ideologies, because is a human right, very important. Y en italiano ya ni siquiera me molesto en traducirlo porque è molto difficile. È una lingua molto tecnica.

Mientras vivamos una dictadura judicial perversa, —tengo que aclarar que ni siquiera son mis palabras—, pensaré dos veces en autocensurarme. No tengo idea si alguna vez lo mencioné en algún otro texto, pero ahora le pregunto a usted: ¿lo recomienda?

Cuénteme.

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