Cárcel chilera

“El secreto de los delincuentes intocables es la concienzuda preparación en el sistema carcelario, que cuesta a la nación toda una fortuna”

Méndez Vides     julio 25, 2024

Última actualización: julio 24, 2024 8:39 pm
Méndez Vides

No hay cosa que más moleste que la preferencia indigna que beneficia a la delincuencia organizada.  Para el reino del mal las reverencias.  La lacra social nos mantiene de rodillas, con miedo, cobrando extorsiones semana a semana, mes a mes, con bono catorce y aguinaldo incluidos, al estilo de la vieja mafia siciliana.  Hasta las empresas grandes tienen que librar la batalla de pagar el ingreso de sus vehículos de distribución a ciertos sectores donde reparten productos de consumo de tienda en tienda.

 Hay múltiples casos lamentables de personas expulsadas de sus casas de madrugada, con apenas sus valores más preciados, para que los delincuentes las ocupen.  Hay asaltos en la calle, en los parqueos.   El secreto de los delincuentes intocables es la concienzuda preparación en el sistema carcelario, que cuesta a la nación toda una fortuna.   Allí empiezan los jóvenes desde muy abajo, humillándose y aplastando al débil, aprendiendo las reglas de la verticalidad de los protectores, y se preparan para ser parte de la organización criminal especializada en diversas facultades.  

Siendo conscientes de tal condición, nuestras autoridades van a construir para los delincuentes un edificio espectacular con forma de estrella de ocho picos, que bien podría simbolizar el poder del universo, con una calzada interior, torre de vigilancia al centro, y una gran muralla envolvente que no se entiende como impedimento para salir, sino muro para proteger a los residentes de ataques del exterior.  Digamos, en pocas palabra, una mansión al estilo castillo, con un costo de 16.5 millones el diseño, y que costará su construcción algo así como 668 millones, para que nuestros delincuentes ingresen con asombro a estudiar y sientan orgullo de pertenecer a tan imponente institución, la nueva cárcel de Masagua en la finca Cuyuta.

Para dimensionar la vergüenza del caso se puede comparar con el edificio del Centro Universitario del Sur en Escuintla de la Universidad de San Carlos, de construcción simple, práctica y económica, con columnas a la vista, muros con ventanas corrientes pintados de azul y blanco, fundida la terraza calurosa, desde cuyo corredor se puede apreciar un jardín con encaminamientos grises alrededor de la grama y un centro donde pudo existir una fuente, cuyo alrededor tiene una ilusoria forma de estrella fundida.  Nada más.    Para que los profesionales del futuro vayan entendiendo los valores de nuestro Estado.   Para abogados, médicos, ingenieros, profesores… sencillez y humildad, pero para la delicuencia, lujo.  

Para nuestros enemigos lo mejor, el edificio con estilo, impresionante, la gran estrella para quienes se aprovechan de la debilidad y se imponen por la fuerza.   

Construir la dichosa cárcel de Masagua sienta un mal precedente, porque denota a quienes se quiere y aprecia más.   Cuando las necesidades son muchas, como sucede en los hogares, se tiene que tomar decisiones razonables, e invertir en lo que más conviene.   E indigna que en Guatemala se dé tanta importancia a una prisión chilera, mientras se descuida la educación, cultura y ciencia.

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