Calle del Incienso

La Calle del Incienso llegaba hasta el legendario Portal del Señor, justo donde ahora encontramos edificado el Palacio Nacional de la Cultura. Este emblemático portal es el escenario de la novela asturiana ‘El Señor Presidente’.

María Elena Schlesinger     agosto 18, 2024

Última actualización: agosto 17, 2024 7:16 pm

Una calle emblemática de nuestra ciudad es la sexta calle, que actualmente conecta el centro de la ciudad con el Anillo Periférico.  Fue siempre una vía muy importante, ingreso a la ciudad, tanto para viajeros y semovientes que llegaban del Occidente del país.

A finales del siglo XVIII tomó el nombre de Calle del Incienso hasta la Calle Real o Sexta Avenida, y se le llamó Calle del Obispo en dirección Oriente, de la Sexta a la Doce Avenida, por las instancias religiosas que se encontraban a su paso.

Al final de la Sexta calle, al ingreso o salida de la ciudad, se colocó un puesto de revisión militar llamado por la gente “guarda”, consistente en una estructura de piedra y calicanto, como entrada de finca, en donde pernoctaba un destacamento militar compuesto por unos cuantos soldados armados con bayonetas encargados de impedir el ingreso de los indeseables y rateros, guardas tan esmirriados y pobres como la gran mayoría de la población. 

Siguiendo la tradición secular española, que rezaba que en las afueras de los poblados y caminos se construyera una cruz de piedra para proteger a los moradores y a los viajeros, se construyó una gran cruz de piedra, a cuyo pie la gente comenzó a quemar incienso en los días de la Semana Mayor y el 3 de mayo, día de la Cruz, cuando la adornaban con flores y ornamentos de papel.

La Calle del Incienso llegaba hasta el legendario Portal del Señor, justo donde ahora encontramos edificado el Palacio Nacional de la Cultura.  Este emblemático portal, escenario primo de la novela asturiana, El Señor Presidente, alojaba los despachos del ayuntamiento, y tomó su nombre de una bellísima pintura al que se alojaba en el último cubículo o capilla, un óleo de gran formato del Jesús del Pensamiento o Divino Maestro, de gran devoción y cuidado por los vecinos en aquellos días.  El Portal del Señor se terminó de derribar con los terremotos del 17-18,

Para concluir, a principios del siglo XX había tres “guardas” importantes en la ciudad: El llamado Guarda Viejo en la entrada Sur de la ciudad, actualmente en las inmediaciones del Trébol; el Guarda Dulce, en el oriente, cuya dirección última era el puerto del Atlántico, y el Guarda del Incienso, el cual para llegar, los caminantes y viajeros tenían que subir una escarpada geografía, una ladera pedregosa de tierra.

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