Foto de portada: Julia Corado.
¿Puede el gobierno destituir legalmente a Consuelo Porras?
Según mi criterio, el presidente de la república tiene las herramientas legales para destituir a Consuelo Porras. El motivo de la reticencia a la utilización de ese andamiaje legal puede ser que la decisión finalmente va a chocar contra el muro de la Corte de Constitucionalidad (CC), tribunal que ha justificado todas las acciones ilegales de Porras. Una decisión más adversa de la CC podría inclusive ser el pretexto que necesita el sistema judicial corrupto para sacar del poder al presidente Arévalo.
Al principio del gobierno de Arévalo, Porras estuvo ausente, se decía que permaneció escondida para evitar una inminente destitución y captura. Ahora se ha vuelto a empoderar, haciendo pactos con diferentes sectores. ¿Debió Arévalo destituirla y enjuiciarla cuando asumió como presidente?
Tengo la sensación que pudo haberse aprovechado el estrecho margen en que la Corte de Constitucionalidad permitió al partido de gobierno operar en el Congreso de la República, porque hubo un consenso que, aunque exiguo, existió y se pudo aprovechar esa oportunidad.
Como ave rapaz, Consuelo Porras estuvo ahí desde la distancia, esperando las oportunidades para golpear al Gobierno, y lejos de ser el Ministerio Público (MP) la institución guardiana del respeto de la ley, se convirtió en la principal herramienta política de una oposición y sistema corrupto, que desvía los recursos del Estado para disparar contra el Gobierno.
No soy un experto en política, pero ya tengo más de cuatro décadas de vida, que me han permitido ver que la política es de momentos, y se pasó ese momento, pero no es el único, porque Consuelo Porras y su banda siguen provocando daños a la justicia, y por ende a la democracia.
En el tema de la elección de nuevos magistrados, ¿cree que podría ganar el pulso Porras para colocar a peones que le sirvan para seguir manteniendo el poder en los tribunales?
Como lo hizo en el proceso de selección de 2022, usó al MP como herramienta de intimidación contra comisionados de postulación. Tengo información verídica de reuniones realizadas por Consuelo Porras por medio de sus emisarios, Ángel Pineda y Claudia Arrecis, precisamente con ese propósito.
Lo que ocurre con Porras es un disparate en una sociedad que aspira a ser democrática, pero no es ilógico en el caso de una actora que ahora, además, busca esconder, ocultar y proteger todas las ilegalidades que ha cometido a lo largo de más de seis años en el puesto.
¿Qué se necesita para terminar con ese clima de incertidumbre y prácticas ilegales en relación al futuro de la justicia en el país?
La renovación total del sistema de justicia tiene muchos pasos. El primero debe ser la salida de Consuelo Porras y su cúpula del MP que podría provocar el inicio de un período de reingeniería institucional, porque seguramente Porras dejaría la pudrición en todas las dependencias y fiscalías.
Un segundo espacio que no debe desaprovecharse, a pesar de todos los vericuetos, es el espacio de la postuladora para altas cortes, donde la ciudadanía debe jugar un rol trascendental.
El consenso en el Legislativo es necesario para las reformas necesarias en materia de carrera judicial, carrera fiscal, y bueno una utopía en este momento sería la reforma constitucional para rediseñar el esquema de elección de altas cortes.
Si pudiera regresar en el tiempo, ¿habría alguna acción de la cual se arrepentiría de no haber efectuado, cuando fungía en la FECI?
A estas alturas considero que hay algunas acciones que pude haber realizado, pero por temor a lo que finalmente hizo Consuelo Porras, quedó pendiente o porque las situaciones se dieron en la víspera de mi salida: Debí plantear por lo menos tres antejuicios en contra de Alejandro Giammattei, debí haber llevado a los tribunales de justicia al círculo de Consuelo Porras que vendía información de casos de alto impacto y debí haber llevado a los tribunales a Néster Vásquez, algo que Consuelo Porras impidió.
Hace tres años salió del país, obligado por la persecución penal en su contra. Varios casos penales le ha sumado el MP desde entonces. ¿Tiene esperanzas de volver algún día?
La esperanza sigue latente, la verdad es que ha habido tanta injusticia, infamia, calumnia en mi contra. Sé que los señalamientos son absurdos y estupideces que ha utilizado el sistema para blindarse y autoprotegerse. Pero el daño que me ha provocado a mi y a mi círculo, es algo invaluable y que deberán pagar.
Muchos guatemaltecos continúan apoyando su gestión, a pesar de que el tiempo ha transcurrido. ¿Qué mensaje les envía desde el exilio?
Que otra Guatemala es posible, que la sociedad guatemalteca puede sobrevivir bajo el sometimiento a la ley. Que el tema de la destrucción y reconstrucción del sistema de justicia no debe ser ajeno y nos atañe a todos, y que, además de que hacer mi trabajo en la FECI me costó tan caro, no solo lo hice porque era mi obligación, sino que hacer servicio público también era una obligación frente a la ciudadanía a la que admiro y respeto.
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