En la conferencia de prensa, el ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Carlos Ramiro Martínez, junto al subsecretario adjunto para el hemisferio occidental de Estados Unidos, Eric Jacobsteinstein, anunciaron que Guatemala proporcionará refugio temporal a los liberados, quienes recibirán alojamiento, alimentación y asistencia médica con el apoyo de organizaciones internacionales como la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Martínez enfatizó que Guatemala ha reafirmado su vocación democrática al brindar apoyo a quienes han sido víctimas de persecución política. Anunció que el Instituto de Migración tendrá un lapso de 90 días para regularizar la estadía temporal de las 135 personas.
Por su parte, Jacobstein, subsecretario adjunto de Estados Unidos, explicó que la llegada de los exprisioneros fue el resultado de meses de negociaciones y esfuerzos diplomáticos entre su país y Nicaragua. Subrayó que los liberados ahora tienen la oportunidad de reconstruir sus vidas en un entorno seguro, gracias al apoyo de Guatemala y Estados Unidos. Agradeció al gobierno guatemalteco por su colaboración porque “Guatemala es un aliado clave en la región, un defensor de la democracia y los derechos humanos”.
Ante las dudas sobre la ciudadanía de los nicaragüenses, Jacobstein explicó que no hay confirmación de que el gobierno de Nicaragua haya revocado su nacionalidad, aunque en ocasiones anteriores sí lo ha hecho.
Cuando los periodistas cuestionaron si Guatemala había solicitado alguna compensación a cambio de recibir a los 135 nicaragüenses liberados, el canciller guatemalteco afirmó que no se ha solicitado ningún tipo de beneficio material o político.
Explicó que la decisión de brindar refugio temporal a los liberados es un acto basado en principios humanitarios y democráticos, sin esperar nada a cambio. «No pedimos nada», enfatizó Martínez, enfatizando que el gobierno guatemalteco actúa por un compromiso con la defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Otro de los temas abordados fue la posibilidad de más liberaciones en el futuro. Tanto Martínez como Jacobstein dejaron abierta la puerta a futuras negociaciones para la libertad de más presos políticos nicaragüenses, pero no ofrecieron detalles concretos al respecto.
Algunas críticas surgidas en redes sociales sugieren que este acuerdo podría ser visto como un paso hacia la firma de un «tercer país seguro», algo que fue rechazado por Martínez, quien aclaró que este es un caso de asistencia humanitaria bajo un esquema de movilidad segura, diferente al acuerdo criticado en gobiernos anteriores.
Finalmente, ambos gobiernos aseguraron que seguirán brindando apoyo a los 135 nicaragüenses, quienes tendrán acceso a ayuda médica, psicológica y legal mientras resuelven su situación migratoria.
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