Estadísticamente campeones, políticamente descendidos

Raúl del Valle     mayo 23, 2024

Última actualización: mayo 22, 2024 6:53 pm
Raúl del Valle

Dicen que las estadísticas son parte fundamental de la vida. Tan solo vean ustedes dos elementos tan distantes como la política y el deporte, en uno las estadísticas juegan un rol trascendental para la comprensión de los fenómenos y para proponer soluciones mejor enfocadas; mientras que, en el otro las estadísticas lo son todo, cantidad de jugadores, puntos en la tabla, anotaciones, cambios, amonestaciones, presupuesto, fanáticos, etc.

Ahora bien, lamentablemente tanto en la política como en las disciplinas deportivas, las estadísticas también son utilizadas como método de engaño y desinformación. Esta cautela hacia las estadísticas las ilustra muy bien una frase del escritor Mark Twain de hace casi 120 años en la que menciona que: “existen tres tipos de mentiras, las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas”. 

Guatemala en números y estadísticas ha demostrado un crecimiento sin precedentes en la postpandemia, con un 3.7% de crecimiento en su Producto Interno Bruto, que según proyecciones de BANGUAT y del propio Banco Mundial, esperan se sostenga este año y el próximo en el mismo rango porcentual. Sin embargo, en la práctica, estos números tan positivos y coloridos no se ven reflejados en la realidad de la gran mayoría de guatemaltecos que a diario deben luchar contra amplias brechas de desigualdad, precios altos a conveniencia de las élites, paupérrimos salarios, inseguridad, falta de infraestructura, y un limitado acceso a la salud y educación digna.

Pensando en ello situémonos en otro escenario en donde las estadísticas pueden mentir a tal grado de parecer increíbles, el futbol. Estamos en la recta final de muchas de las ligas del mundo, algunos a punto de jugar la final como en El Salvador, Honduras y México, otros en donde ya se definieron sus campeones, pero también en donde se han definido los equipos que descienden a categorías inferiores y deben luchar en la próxima temporada por regresar a las máximas competiciones de sus respectivos países.

Sin irnos muy lejos, aquí en Guatemala el pasado domingo se definió el campeón del Torneo Apertura 2024, aunque ya hace varias semanas que concluyó la fase regular se definían los dos equipos que descenderían de la máxima categoría, Coatepeque y Zacapa. Tomando como ejemplo este segundo equipo mencionado, el Club Social Deportivo Zacapa en el Torneo Clausura 2023 llegó hasta la semifinal, quedándose a un paso de poder competir por el trofeo de campeón. Es impensable que apenas una campaña después se estaría despidiendo de la máxima categoría del futbol nacional, a pesar de su buen desempeño pasado, marcado por inconvenientes entre sus dirigentes, cuerpo técnico y plantilla de jugadores.

No debemos tomar este ejemplo a la ligera, porque, aunque Guatemala ya se libró de ese garrafal cuerpo técnico que nos dirigía la temporada “democrática” pasada y que vivía diciendo que según las estadísticas estábamos muy bien, más bien estamos camino al descenso por culpa de esos integrantes en la dirigencia, técnicos y jugadores que siguen jugando en contra de este equipo que alguna vez gozó de prestigio.

De que nos sirven “indicadores económicos” positivos si casi el 60% de la población del país vive en pobreza multidimensional. O para que jactarse en campaña de que “lo bueno debe continuar” si lo único que han dejado los reciclajes de gobiernos que se juntaron en el periodo pasado fue hambre, corrupción desmedida y vergüenza. Este nuevo director técnico que lleva las riendas del país está siendo más severo, ya vimos que se rescindió el contrato de tres jugadores principales de su plantilla por no respetar las reglas del juego, y faltan aún muchos por depurar.

Pero para que este director técnico nos salve del descenso, los dirigentes del Congreso y las Cortes deben de cambiar, no sé de qué forma, pero algo debe de cambiar en este equipo, porque por más buenas intenciones que tenga el técnico, si nuestras bases como equipo situadas en el congreso, en el organismo judicial e incluso en el edificio del barrio Gerona, vamos a ser el próximo equipo descendido. Una Guatemala que alguna vez fue capitanía y símbolo de liderazgo, puede descender por creer que las mentiras y estadísticas de la vieja, reciclada y sucia clase política alguna vez serian realidad.

Héctor Raúl del Valle es internacionalista. Involucrado en simulaciones diplomáticas, participación ciudadana y dedicado al servicio.

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@hrdelvalle

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