Este año, en octubre, el Congreso elegirá a quienes integrarán las cortes. Esta elección puede decidir el futuro de cómo serán juzgados los casos de corrupción, y por eso es importante que prestemos atención.
En las últimas semanas hemos visto como procesos de corrupción en contra de Alejandro Sinibaldi y Manuel Baldizón han sido desestimados. Esto a pesar que -ambos- simbolizan el uso indebido de sus posiciones de poder para enriquecerse ilícitamente.
¿Por qué Sinibaldi y Baldizón pueden conducirse sin vergüenza en las calles del país?
La respuesta es simple: porque los jueces y el ministerio público se lo permiten.
Pero esa impunidad podría estar próxima a cambiar si desde hoy la ciudadanía se involucra en el proceso de elección de cortes.
Pero ¿cómo?
Una opción es convencer a los mejores profesionales a que se postulen en la elección del Colegio de Abogados. El Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG) convocó la semana pasada a sus agremiados a que participen de la Asamblea General que se realizará el próximo junio. En esta Asamblea General se elegirán los 12 representantes que integrarán la Comisión de Postulación que propondrá al Congreso una nómina de candidatos para elegir a magistrados de la Corte Suprema de Justicia, y otros 12 para la comisión que elegirá los candidatos de la Corte de Apelaciones.
Una segunda opción es ir a votar -al menos para los que puedan- y convencer al resto de profesionales a que lo hagan. En una elección como esta, unos cuantos votos sí hacen la diferencia.
Una tercera opción, para cuando las comisiones de postulación ya estén integradas, es vigilarlas. Cada uno de los representantes, no solo los abogados y los jueces, sino también los rectores y los decanos de las universidades, tienen en sus manos una responsabilidad enorme. La responsabilidad de elegir jueces que sean honestos e imparciales para garantizar que se cumpla un principio tan sagrado como lo es la igualdad ante la ley.
Recordemos que muchos de los que estarán en las comisiones estarán sujetos a una infinidad de presiones, pero estas pueden ser superadas si cuentan con el respaldo suficiente de la ciudadanía para hacer bien su trabajo.
Una cuarta y última opción, será la presión necesaria en el Congreso, pero tengamos en cuenta que cuando lleguemos a esa parte del proceso la decisión estará ya casi cocinada.
En elecciones anteriores nos han hecho pensar que la ciudadanía no tiene mucho que decir sobre cómo se eligen a los jueces que pueden tener una repercusión directa en nuestras vidas, pero la realidad es que ahora más que nunca, esta decisión tan trascendental no la podemos dejar solo en manos de los diputados.
Son pocas las batallas que pueden determinar el futuro de un país, esta elección de cortes es una de ellas, no podemos perderla.
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